ESPECTáCULOS › AVI LEWIS RUEDA AQUI UN DOCUMENTAL PARA LA TELEVISION CANADIENSE

“Argentina es un ejemplo mundial”

El marido de Naomi Klein concreta un retrato filmado de las diversas formas de resistencia que caracterizan la actualidad de la Argentina.

 Por Mariano Blejman

El realizador Avi Lewis, esposo de la gurú globalifóbica Naomi Klein, autora del best seller No Logo, parece tener consigo el don de la persuasión. Le costó trabajo, pero al fin, un día, pudo convencer a los responsables de la cadena televisiva pública CBC de que la Argentina era muy parecida a Canadá, por lo cual mostrar su realidad era un bocado de cardenal para sus teleespectadores. Lewis planteó que rodar aquí un documental permitiría mostrar al público canadiense los riesgos de la globalización, que el supuesto nuevo orden mundial puede acarrear crisis, dolores y conflictos en carne propia a los ciudadanos de aquel ordenado país. “Por supuesto que Canadá no es la Argentina”, cuenta ahora, varios meses después. “Pero para un canadiense es más fácil comprender los riesgos del modelo neoliberal en este país, donde puede reconocer e identificarse con sus ciudades cosmopolitas, con grandes recursos naturales, que en otros países de América latina, donde las diferencias estructurales hacen que la gente del llamado Primer Mundo se sienta más alejada.”
Lewis llegó al país por primera vez en noviembre de 2002 para participar, con su documental Gustavo Benedetto, del Festival DerHumAlc. En ese trabajo, el canadiense cuenta la historia del motoquero asesinado el 20 de diciembre en la esquina del HSBC, durante la revuelta que terminó con la caída del gobierno. Incluso logró filmar durante una noche cómo un policía levantaba la placa recordatoria. Esa imagen fue utilizada por el programa argentino “Puntodoc”. A pesar de que está aquí desde hace cuatro meses trabajando, Lewis es reacio a hablar con la prensa. En principio, armó una inmensa preproducción a la espera del equipo canadiense que filmará unos tres meses. “Nuestra idea fue cambiando con el tiempo. Porque la situación también cambió. Y estamos contentos de que así sea”, cuenta en un loft alquilado en San Telmo, donde armó su equipo de trabajo lleno de argentinos y visitantes interesados en el docu-activismo. Lewis dice que ante todo quiere registrar las formas directas de democracia que han desarrollado los argentinos. “Hay una democracia sangrienta, corrupta y desacreditada y otra que está naciendo desde las bases”, opina. “La Argentina se convirtió en una esperanza para el movimiento antiglobalización.”
La segunda visita que el matrimonio hizo en abril entusiasmó al realizador con la idea del documental. Lewis tenía experiencia en televisión, ya que trabajaba diariamente en un programa de la CBC. Sin embargo, dejó todo para venirse este año a capturar los procesos sociales de la Argentina. Para Lewis, la gente aquí está haciendo cosas concretas, cansada de la abstracción y las discusiones estériles. “El MTD de la Aníbal Verón está trabajando en proyectos autogestivos con un valor excepcional”, dice. Con el aporte de varios productores argentinos, Lewis ya registró fábricas ocupadas, comedores, cartoneros, piqueteros, asambleas, escuelas tomadas. La idea es preparar el terreno lo más posible y filmar si las situaciones son imperdibles, para la llegada de más extranjeros ya que un mínimo de realizadores debe ser canadiense.
La intención del realizador es permanecer hasta las elecciones de abril, “si es que hay elecciones”, dice. Igualmente se irá con suficiente material. “En elecciones es cuando la política que viene floreciendo en las bases sube a la superficie. Independientemente de que la gente vote o no, se pone en escena el trasfondo político”, opina Lewis, quien dice haber estudiado el cambio en el país, de la euforia inicial a la construcción paciente. “Los cambios tardan en llegar”, recuerda.
Klein participa del documental, aunque de manera tangencial. Por ahora, está escribiendo columnas de opinión para The Guardian en Inglaterra y The Nation, en Estados Unidos, sobre temas como el Foro de Porto Alegre o la conflictiva situación en Venezuela, entre otros. Lewis quiere retratar las escuelas, “porque los maestros son parecidos en el Primer Mundo”. O sea, un grupo de maestros es fácilmente reconocible por un ciudadano europeo o candiense. Lewis ya está pensando, en un futuro, en vender el documental –que en principio tendrá 44 minutos, una hora de televisión– a otros países. Si todo va bien puede convertirse en un especial de 90 minutos.
“Lo que sucedió en el país es un ejemplo de lo que pueden hacer las fuerzas neoliberales”, resume el canadiense. “Nosotros estamos felices de haber venido ahora a filmar a la Argentina y no el año pasado, en medio de la ebullición. El año pasado hubiéramos estado equivocadamente entusiasmados.”

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Lewis vino al país junto a Naomi Klein, y lleva adelante un ambicioso proyecto para la cadena CBC.
 
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