ESPECTáCULOS › ENTREVISTA A ALFREDO CASERO, UN ARTISTA QUE PARECE REIRSE DE TODO

“Quiero hacer humor en televisión, pero por ahora no me dejan”

El actor está presentando un espectáculo teatral titulado “La opción del barrio”, en compañía de su hijo Nazareno y del cómico Alakrán. Viene de filmar una película con Adrián Suar y Leticia Brédice, pero afirma que no es un actor de carácter y que le dan risa los que necesitan “compenetrarse con un personaje”.

 Por Mariano Blejman

Aunque pareciera que todo sigue igual, el tiempo no pasó en vano para Alfredo Casero. El germen de “Cha Cha Cha” está intacto. Es más: aquel joven Casero no sólo no pudo ser destruido, sino que está más fuerte que nunca. Es como si el Dr. Vaporeso hubiera tomado carrera para volver con todo. Y, de hecho, reapareció en el nuevo espectáculo titulado Casero (la opción del barrio) que comparte con su hijo Nazareno y el recordado Alakrán, con el “auspicio” de la Fundación Vaporeso, en el teatro Concert. Pero queda claro que Casero no es el mismo, por ejemplo cuando muestra un clip donde él canta frente a 70.000 japoneses en el Mundial 2002. El público oriental vitorea la llegada de Casero al escenario y corea desaforado el hit “Shimauta”. La ovación nipona crispa la piel de cualquiera. Y “Cualquiera puede”, dirá un texto al final del clip.
Hay una sola exigencia para ver su nuevo show Casero...: saberse la letra de la Marcha de Vaporeso. Para recordar el aire chachachesco, se puede usar como ayuda memoria, la última temporada de “Cha Cha Cha” La parrilla del señor, que I-sat está repitiendo todos los viernes a las 23. Pero entonces, ¿es un show para entendidos? “No... El que no me entiende que se mate”, dice. El humorista acaba de terminar su papel en El día que me amen una película producida y actuada por Adrián Suar y Leticia Brédice, bajo la dirección de Daniel Barone. Allí, Casero hace casi de sí mismo “pero más loco”, agrega. De ese trabajo, pero también del ballottage, del comunismo del Dr. Ricardo Vaporeso, de vivir en Puerto Madryn, de la guerra de Irak, del “loco” Suar, de los discursos de la señora de Kirchner y también de la Patagonia, habló en esta entrevista con Página/12.
–Pasó el tiempo y “Cha Cha Cha” sigue siendo referente.
–Sí. Uno hace algo y ya no le pertenece más. Da bronca cuando hay afanos demasiado escandalosos y nadie toca un pito, es como cuando uno ve una ex novia apretando con un pelado. “Me dejaste por él y yo mirá... tengo pelo”, podré decir. Pero no se puede hacer nada.
–¿Cómo puede describir su nuevo show?
–Uno sabe más o menos para donde empieza, cómo sale, de dónde sale y cómo se acomoda. Pero el resto no sé. Estoy tratando de que mantengamos un bajo perfil. Usted sabe que yo estoy muy cerca del humor de Alfredo Casero. A mí me influenció mucho “Cha Cha Cha”... (ironiza). Este humor me encanta. Ahora, en serio, es una alegría, estoy laburando con quienes siempre laburé y con mis hijos. Son amigos que comprenden y acompañan y quieren hacer... Y hacen lo que les digo, sino los cago a trompadas y no me la devuelven. Es muy feo laburar con gente que no te entiende. Además, hago dibujos animados en video, cosas mías, con animaciones de Matías Donda, Marcelo Rodríguez y el Nuque.
–Después de sus trabajos en Canal 13, ¿va otro público a verlo?
–Sí, a las señoras les volamos la peluca y después vemos. Si la mina ya garpó se va con la peluca en la mano. Pregúnteme, ¿ensayan mucho?
–¿Ensayan mucho?
–No. Tenemos claro dónde salir y después todo lo demás, mientras más imperfecto salga, mejor para mí. Es como “Cha Cha Cha” en vivo.
–¿Quién financia realmente a la Fundación Vaporeso?
–Yo, que soy un multimillonario.
–¿Cuáles son sus objetivos?
–Vaporeso no hizo nada en la vida. Todo lo que probó no le anduvo. Pero lo hizo con tanto cariño y tanta devoción que es todo aquello que no funcionaría, que no es como se debería hacer, que no es vendible y no sirve para nada. La canción dice: “Una vez nos tiraron con una moto, la barajamos y la pusimos a andar”, es como que para todos tiene que ser igual, todo eso es auspiciado por Vaporeso. Nomás para hacerme el comunista ¿no?
–¿Eso es para usted ser comunista?
–Y sí, digo yo. ¿O no? A mí me ha pasado en una manifestación contra Patti: grité, grité y grité mucho, y ¿vio que muchas veces parece que cantan mal en esas marchas? El problema es que lo que distorsiona es la bocineta. Porque se hace como una corneta.
–¿Son los problemas de comunicación de la izquierda?
–Yo no sé nada de la izquierda ¿Qué pasa? ¿Están por volver? (Se hace el asustado.) Si no es la izquierda son los árabes, si no son los árabes es la izquierda. ¡Déjenme vivir en paz!
–¿Por eso vive en Puerto Madryn?
–No, si vuelve la izquierda me voy a vivir a Pilar (se ríe). Estoy viviendo en el sur porque allá tengo mi casa, acá la perdí porque me jugué todo en un casino flotante y me quedé sin un peso (hace una pausa y piensa). Creo que estoy diciendo cualquier cosa y después me va a agarrar Rodrigo Fresán... En Madryn vivo hace 10 años. Pero todo tiempo pasado me lo olvido. Miro de nuevo “Cha Cha Cha” y digo ¡qué loco!, como si no lo hubiera hecho yo. Porque lo que voy a hacer siempre me resulta más divertido.
–En la película de Suar, ¿hace de usted mismo?
–Sí, ¿y qué? Si yo soy siempre mí mismo. ¿A quién quiero mentirle? Ahora, entre hacer una cosa distinta y hacer de uno mismo, hacer de uno mismo divierte más. Por eso actúo siempre en primera persona. Cuando me enamoro de una azafata y se me arma un kilombo, hago de primera persona y me siento para el orto o no. En este caso era justo, me caía Adrián Suar, que actúa de sí sismo un poco, porque el tipo viene con un cuadro de locura que lo mirás y cuidado... Si laburás en primera persona lo que vos ves está pasando. No soy un actor de carácter. Si me pagan para que me meta en la piel de un descuartizador de niños de Oklahoma, estaría bárbaro. Pero si tengo que hacer algo efectivo, que tiene que ver con lo que me pidieron, hago eso. ¿Qué querés, que haga de José de San Martín para que nos caguemos de risa? Tengo que hacer otra cosa.
–Pero pudo hacer algo distinto...
–Me filmaron en un hospicio, con un tipo con problemas que lleva otro nombre pero es Adrián Suar. Porque uno tiene que hacer de sí mismo y ser bueno. Podés ser vos mismo y decir “hola” y listo, te dormís una siesta. O podés ser como el presidente que habla en tercera persona. ¿Sabes por qué un tipo habla en tercera persona?, porque tiene miedo de no ser suficientemente humilde y sabe que no debe hablar demasiado de él. Pero yo digo que no, porque Casero es bárbaro y yo también. Somos lo mismo, yo hablo de mí. Maradona habla en tercera persona. Y ojalá que le vaya bien a Maradona. Porque es un bajón la separación.
–¿Lo dice por experiencia propia?
–Si lo dijera por experiencia de otro sería un pelotudo.
–¿Mira televisión?
–Acá no. En Puerto Madryn tampoco.
–¿Cómo se ve el país desde allá?
–En la Patagonia se ve más humano. Es muy duro vivir en el sur. Es muy caro, la gente es bastante especial. Tengo mi grupo de amigos, vivo ahí aunque podría vivir en otro lado, pero me tocó ahí. Fui de casualidad.
–Pero se fue quedando...
–Sí, fui sedimentando.
–No mira televisión, pero está al tanto de lo que pasa...
–No estoy apegado a las realidades manipuladas, porque no creo que la gente sea tanto una cagada como dicen. La gente es como es, no es que nosotros somos perdedores. Decimos ser perdedores pero afuera nadie cree eso. Afuera ser argentino es importante. A los españoles a muchos no les gustamos y a mí muchos españoles no me gustan. Dios es esquitativo. Y ya no existen más fronteras.
–Las están queriendo levantar de nuevo.
–Bueno, que las levanten. El country de Europa tiene sus problemas y el de Estados Unidos también.
–Hay un rumor de que vienen por la Patagonia.
–Sí, que vengan. ¿Cómo se la van a llevar? Ya estamos esperando un virrey. Y, perdido por perdido, cuando los yanquis digan “a chupar la pija”, chuparemos todos juntos y alguno morderá. El mundo cambió para mal, pero gracias a Dios ha cambiado porque venía de una manera que ya sabíamos que se iba al carajo. Bueno, ya se fue. Es así, cada 40 años el humano cae. ¿Cuántos muertos hubo en Irak? 5000, por el negocio del petróleo. No es nada, es muy moderno. Al lado de los 30.000 de Argentina que hubo para ver si nos podían manejar por terceras personas. Los tipos fueron, hicieron pin pin pin, entraron y ya está. No les podés decir nada. ¿Qué podemos seguir esperando? ¿Escuchar los discursos de la señora de Kirchner o los de media voz de Menem que está achacado? Tendremos que esperar que llegue el virrey en 5, 7 o 10 años, de acuerdo con la presión de las corporaciones del mundo. Pero siempre que veo un español o un norteamericano, les digo, “che te felicito por lo de Irak, estuvo bárbaro. ¿Te vas a comprar otro BMW?” Porque también es un karma vivir del lado de los ricos.
–Acá iba a cambiar algo, ¿y qué pasó?
–Nuestro país tendría que discutir la forma de llevar nuestra política internacional, nuestra manera de acomodarnos ante el nuevo mundo. Aunque a la larga los políticos son gente sin estirpe. El policía no tiene estirpe, los productores de TV, muchos periodistas, o actores, o actrices, no tienen estirpe. No son duraderos. Ya nos pasó con otra mentira que no era verdad. Yo que viví en época de Martínez de Hoz, sabía que la estabilidad duraba lo que un pedo en una canasta. Aunque parece que no aprendemos...
–¿Volverá a hacer humor en la televisión?
–Sí quiero. Pero por ahora no me dejan. En estos años aprendí muchísimo y puse cosas buenas. ¿Usted alguna vez miró un travesti cuando se la están clavando? Pues si miró o si mirara, supongo que sí, usted también podría hacer de Roberto Kiti. Yo soy Roberto Kiti, el personaje de la tele. Me dan risa los tipos que dicen “necesito compenetrarme con el personaje”. Yo soy yo. Pero si Dios decía que tenía que ir a Hollywood, me iba a Hollywood.
–¿Por qué quiere que la gente lo mire?
–Me encanta estar con la gente. No importa cuántos vengan. Hago poca publicidad, trato de hacer un boca a boca. Que sea genuino, que se rían a carcajadas, que canten la Marcha de Vaporeso, que vean cosas raras, cosas nuevas. Y que después vayan a comer y después se pongan a coger.

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Casero dice que hay “afanos demasiado encandalosos” a “Cha Cha Cha”, el viejo ciclo televisivo que la señal de cable I-Sat repite los viernes.
 
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