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“El cine es fundamental para la reconstrucción”

El director Jorge Coscia es el flamante director del Incaa. Desde ese puesto propondrá “continuar las líneas exitosas de la gestión anterior”, y sostener al cine argentino como generador de trabajo.

 Por Roque Casciero

Jorge Coscia confiesa que jamás se imaginó que algún día sería director del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Sin embargo, dice tener “ganas de hacer gestión” en ese puesto que el secretario de Cultura, Rubén Stella, le ha encomendado desde ayer. Los puntos centrales en los que planea trabajar el director de Mirta, de Liniers a Estambul y Cipayos son conseguir el manejo de la totalidad del Fondo de Fomento para el Cine a través del Congreso, y optimizar las posibilidades de las películas en el momento del estreno. El objetivo de Coscia es “reafirmar el carácter del cine como industria cultural, algo clave en el diseño de un país posible”. “No empezamos de cero, hay logros y éxitos de una gestión anterior. La idea es continuarla, expandirla, mejorarla en el marco en que la crisis lo permita. Pero la gran enseñanza de una crisis es entender qué lugar debe ocupar la cultura en un proyecto de país. Muchas veces se piensa de qué modo el Estado diseña una política cultural, pero creo que tuvimos los Estados que tuvimos por la ausencia de una visión cultural propia, genuina, que ubique las cosas en su lugar. La cultura no es algo de segunda sino la base de todo. Y el cine es una parte importante en eso, porque es el modo en que nos vemos”, afirma.
–¿Cómo harán para capitalizar esos éxitos de la gestión anterior?
–En principio, el cine tiene comprometidos en el presupuesto nacional los mismos fondos que el año pasado. Igual, nosotros vamos a bregar por que el fondo de fomento sea extrapresupuestario, que sería la disponibilidad directa de fondos genuinos del cine argentino. Queremos que salga lo antes posible, pero no por decreto. Sería más valioso que lo votara el Congreso. Hay que comunicar muy bien que el cine no le saca plata a nadie, que son fondos genuinos, porque ante la crisis puede haber gente que piense: “¿Por qué le dan al cine?”. No podemos entender la cultura como un adorno. Cuando hablo de este tema siempre me remito a la Italia de posguerra, donde la primera señal de vida de ese país arrasado fueron las chimeneas sin humo del neorrealismo italiano. Hay que entender la cultura como herramienta fundamental de la construcción de un país sobre la base del trabajo y la producción. Y el cine es la expresión más clara de eso: cada película que se pone en movimiento son puestos de trabajo.
–¿Cuáles serán sus primeras medidas para lograrlo?
–Mi gestión va a fortalecer todas aquellas líneas que fueron exitosas durante la de José Miguel Onaindia, tratará de balancear las posibilidades entre todos los sectores que conforman esta actividad y de corregir algunas cuestiones que son centrales, como equilibrar las oportunidades frente al estreno y la exhibición. Hay que optimizar los recursos, no se trata más que de eso, para que las películas tengan oportunidades parecidas frente al estreno. Hoy, las películas tienen garantizados un par de avisitos en Canal 7 y la sala Tita Merello. O sea, tienen asegurado el fracaso, salvo que ocurra un milagro. Pero no me consta de ningún exhibidor que haya ido a buscar una película al Tita Merello para llevarla a una de las cadenas. Y cuando hablo de optimizar me refiero a tener una política centralizada, a gastar bien lo que se gasta mal, no a retirar fondos de la fase de producción. No digo que el Instituto actúe como una agencia de publicidad, pero sí que piense en difundir y promover el cine en su conjunto y cada película que haya sido fomentada.
–¿Seguirá adelante el Festival de Mar del Plata?
–Por supuesto. La decisión está tomada desde antes de mi llegada, pero además estoy de acuerdo. Hecho con austeridad, el Festival es una industria cultural. O sea, una fuente de trabajo relacionada a la cultura. El Festival es continuador de una política, tiene que ver con la promoción de una ciudad, genera trabajo y capitaliza los enormes recursos de infraestructura turística que tiene Mar del Plata. El presupuesto será de 900 mil pesos que no saldrán de los fondos de fomento, y no hay lugar para frivolidades: se está trabajando con recursos mínimos de un modo heroico.Vamos a pedirle comprensión a todo el mundo para que se entienda que no hacemos el Festival sobre el hambre y la sed de los argentinos sino porque genera trabajo, promoción y recursos para la Argentina.
–Ahora es funcionario. ¿Qué sucederá con su carrera como director?
–Podré aguantar, porque acabo de terminar un largo, Luca vive, sobre la vida de Luca Prodan. Faltan algunas etapas de posproducción en las que yo no intervengo. Lamentablemente, mi primera resolución informal fue recomendar que no se le otorgara el subsidio que ya se le había dado a la película para ir a Mar del Plata. No puedo aceptar ese subsidio, por más que sea legal. Fue duro, porque hay gente que empujó este proyecto durante dos años y que ahora paga un precio porque yo asumo como director del Instituto, pero ésta es la realidad.

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Coscia acaba de terminar “Luca vive”, su film sobre Luca Prodan.
 
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