ESPECTáCULOS › UN MAPA CINEMATOGRAFICO DEL PAIS DESCUBRE LAS IMAGENES DEL INTERIOR

Filmar, una forma de no estar ausente

Desde Santa Cruz hasta Salta, pasando por Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Corrientes, Mendoza y La Pampa, toda una legión de cineastas no profesionales empeña hasta los ahorros que no tiene con tal de plasmar en imágenes una realidad que los directores de Buenos Aires se empeñan en ignorar. “Intentamos mostrar los que pasa en nuestras provincias”, dicen.

 Por Mariano Blejman

Si todo esto fuera una película, probablemente sería una road movie. Un film en viaje por las “rutas argentinas”, o lo que va quedando de ellas. Porque existen películas que incluyen en sus planes de rodaje el uso de bicicletas para trasladar equipos de filmación. O películas donde el intendente del pueblo pide un video turístico a cambio de hospedaje y comida para el equipo de producción. También puede ocurrir que para filmar un aspirante a director tiene que vender un Fiat 600 –más un Renault 4– para ser convertidos en efectivo y así poder filmar el primer corto de la vida. Y es probable, más bien seguro, que los actores sólo cobren la comida y los técnicos trabajen “de onda”. Todo eso puede suceder cuando aparecen historias que merecen ser contadas en lugares alejados de los grandes centros urbanos. Y están quienes quieren contarlas, pero la precariedad de recursos ahuyenta a cualquier poco entusiasmado. Página/12 conversó con realizadores de Salta, Córdoba, Rosario, Neuquén, Corrientes, Mendoza y La Pampa y realizó un mapa cinematográfico (que incluye cortos, largos, animación y documentales) de quienes trabajan en las provincias, ante el oído sordo y la vista ausente del resto del país.
En materia de road movies, el horizonte de la historia va de sur a norte. En el comienzo continental de este país –Santa Cruz– la reciente estrenada Bonifacio, de Rodrigo Magallanes, dijo presente. Durante más de dos años, treinta personas lucharon contra viento, marea y leyendas patagónicas para filmar una historia de terror, cerca del Glaciar Perito Moreno. “Nos quedamos encerrados varios días en los trailers porque la lluvia había cortado los caminos. Una parte del equipo fue evacuada por Prefectura”, cuenta Magallanes desde el sur. La cámara viaja a Neuquén donde está Radio y Televisión del Neuquén, una productora del Estado donde trabaja Miguel Algarte, que opina desde el frío: “A pesar de depender del Estado, no tenemos gran infraestructura. Intentamos mostrar lo que pasa en la provincia, en la medida que nos lo permiten”. Algarte está más abocado a la actividad del gobernador que a otra cosa. Aún así, se las arregló para tener algunos premios Prensarios y unas cuantos Martín Fierro del interior.
La Pampa es el set ideal para escenas de desamparo. Tomas ficticias y reales vive Silvio Tejada, quien preside la agrupación La Piara desde hace cinco años. No tan lejos están aquellos días en que para filmar se tenía que mover en bicicleta. “Manejamos un mismo código y la esperanza de que el cine sea una herramienta artística”, cuenta Tejada. Junto a la cineasta Juliana Rodríguez, La Piara realizó un documental sobre la escritora Olga Orozco, nacida en esas tierras, llamado Cadáver exquisito. “Filmar es complicado: los costos son altos, pero hay que crecer en producción, es el motor de cada proyecto.” Ahora están haciendo una “superproducción”, Caci que se fue, de Daniel Martínez, donde trabajaron 20 personas con más de 200 extras “para una toma que simulaba una manifestación”, cuenta Tejada, que se vio acompañado de la comunidad pampeana. Martínez, el director, estudió en Buenos Aires. Se volvió a La Pampa “a pasar unas vacaciones” y se quedó a filmar. “Rodamos en un momento complicado. Pero fue profesional: hasta incluyó catering”, cuenta Martínez.
A fuerza de pedalear fijo, Córdoba es una ciudad próspera en fenómenos de proyección nacional. Sin embargo, el cine no es su fuerte, al menos en forma masiva. María Eugenia Luján realizó su corto titulado Betty, una comedia dramática con el siguiente argumento: es la historia de una mujer, una amiga, un esposo y un auto rojo que la persigue a Betty. Ella se dedica a su hogar, su amiga vende productos de cosméticos y tiene un marido cuya relación es fría y distante. El corto, de 15 minutos, costó la exuberante cifra de 700 pesos. Los que trabajaron no cobraron, sólo se cubrieron gastos como cospeles, comida, taxis.
En Corrientes existe Videocum, un grupo de fotógrafos, plásticos, diseñadores y camarógrafos. “Somos protagonistas de nuestra propia cultura. Juntamos recursos recopilando pesitos. Gestionamos subsidios de empresas, pero resulta complicado”, cuenta Beatriz Morilla. El documental se llama Paraná Pira Rekohagui y es sobre buscadores de peces del Paraná, correntinos que realizan su pesca artesanal con redes, desde sus canoas isleñas. Del deterioro ecológico y reducción en la cantidad de peces, señalan como responsable a Yacyretá. En el grupo está el fotógrafo Miguel Alvarez, documentalista e investigador del libro Esteros del Iberá, quien visita el Iberá desde 1982 y realizó un archivo con 2500 fotografías y 300 horas fílmicas. También tiene un banco de imágenes, con 10.000 fotografías de la provincia y 300 videos.
La cámara gira hacia el norte: en Salta está Santiago Alvarez, 28 años, diseñador de Imagen y Sonido de la UBA, porteño, viviendo allí desde que terminó de filmar Esperando las almitas, un documental sobre “El día de todos los muertos” en la yunga jujeña. Financió el documental con sus ahorros, consiguió pasajes de favor y resistió un mes en Jujuy. Alvarez anduvo a dedo “a pesar de mi miedo a que me afanen la cámara (de u$s 2000). Hice la edición canjeando laburo en una productora. Me ofrecieron trabajo, así que me quedé”, cuenta desde un borde del país. Su trabajo fue presentado en la Casa de la Cultura de Salta y también en Buenos Aires. Estar en Salta, dice, le permitió llegar cerca de lugares con una tradición fuerte y manifestaciones de sincretismo religioso. “Quiero mostrar cómo desde la tradición y las fiestas populares aquí se sigue resistiendo la invasión cultural”, cuenta Alvarez, que fue despedido de Telefónica. Pero esa es una historia aparte.

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“Esperando las almitas”, un documental en la yunga jujeña.
 
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