ESPECTáCULOS › CANAL 13, TELEFE Y SU POLITICA DE NO RESPETAR LA GRILLA

Reloj, no marques las horas

En su pelea por el rating, los canales emiten sus ciclos con hasta 40 minutos de retraso, en un ajedrez que le falta el respeto al público.

Nota de la R.: Estimado lector. Si bien usted tiene a un costado de este artículo una detallada grilla que contiene los horarios y los programas de cada uno de los cinco canales de aire de la televisión argentina, Página/12 le sugiere no darle demasiado crédito a la programación enviada por las oficinas de prensa de Telefé y Canal 13, pues los horarios de comienzo y finalización de sus ciclos están sujetos a cambios repentinos decididos por sus programadores, quienes prefieren sucumbir a los designios del rating antes que respetar la relación con el público. Desde ya, muchas gracias y perdone la inexactitud en la información, pero es estrictamente responsabilidad de terceros.

No es una broma, ni un mea culpa editorial: es la pura realidad. Desde hace unos meses, la nueva “moda” televisiva de los dos canales líderes es la impuntualidad con la que comienzan y finalizan la mayoría de sus ciclos, que en ocasiones llega a diferir del horario original en casi 40 minutos. Un nuevo e inédito round en la lucha por el rating que perjudica, una vez más, a los indefensos televidentes.
La estrategia de que los ciclos comiencen o finalicen antes o después del horario original se inició el mismo día en que debutaron Los Roldán y Los pensionados, el 9 de febrero. El primero en modificar la programación sin aviso previo fue Claudio Villarruel, gerente de contenidos de Telefé, quien ese día hizo comenzar la tira de Ideas del Sur unos minutos antes de las 21 y no emitió tandas comerciales durante los 50 minutos que duró el primer envío. De hecho, ese día Los Roldán culminó a las 21.53 y no a las 22 como estaba previsto. En términos de rating, la jugada fue un éxito: Los Roldán promedió 37.1 contra los 21 puntos de Los pensionados, que por entonces cumplió con el horario previsto. A partir de allí, para Telefé y el 13 el horario de la programación pasó a un segundo plano.
La “viveza” de transgredir sistemáticamente los horarios tiene un único objetivo para los canales: acaparar la mayor cantidad de público posible, el mayor tiempo posible. De hecho, en el horario prime time, cuando finaliza un ciclo ya no se emiten ni los créditos ni la tradicional tanda comercial como separador: se empalma de manera directa el programa que le sigue, para no dar lugar a que los televidentes activen el zapping. El televidente es, entonces, rehén de los caprichos de los programadores. El martes pasado, por ejemplo, la primera edición de Telefé noticias (cuyo horario original va de 12 a 13) se extendió de 11.56 a 13.25, corriendo casi media hora toda la programación diaria del canal; Telenoche, en tanto, se emitió de las 19.58 a las 21.31, cuando en realidad es un programa de una hora de duración; La niñera (cuyo horario original va de 20.30 a 21) fue de 20.42 a 21.25, Los Roldán y Los pensionados (21 a 22) fueron de 21.30 a 22.30 y Los simuladores de colección y Padre coraje (22 a 23) se emitieron de 22.30 a 23.30.
Nunca en la historia de la televisión argentina los televidentes tuvieron tantas complicaciones para seguir fielmente un programa como en estos días. Ya ni siquiera los televidentes pueden grabar los ciclos, pues no saben a qué hora empiezan ni a qué hora terminan. De hecho, los canales no oficializan el retraso de alrededor de media hora de la programación por una sencilla razón: ni siquiera los programadores saben a qué hora van a emitir sus ciclos. Todo se decide día a día. La impuntualidad llegó a la TV argentina y, parece, no hay quien frene esta nueva lógica impuesta por los canales líderes, aunque América, el 9 y el 7 se esfuercen en “entregar a tiempo”. “El Comfer –señala Julio Bárbaro, interventor del organismo– no puede hacer nada porque no tiene ninguna responsabilidad en los horarios de programación. El cumplimiento de los horarios establecidos es parte de la libertad, aunque también responsabilidad, que tienen los canales.” Una competencia que, incluso, trasciende la pantalla: Página/12 intentó dialogar con ambos programadores para esta nota, pero en las oficinas de prensa de los respectivos canales encontró la misma respuesta: “¿Quién va a hablar del otro lado?”. Ante la imposibilidad de que alguna de las partes diera el primer paso, ya que si no habla uno no habla el otro, ningún directivo pudo (quiso) defender su posición.

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Padre Coraje se anuncia a las 22, pero suele comenzar a las 22.30.
 
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