ESPECTáCULOS › “CIENTIFICOS” DEBUTA EN TELEFE

“Sólo hay que presentar los contenidos de forma creativa”

Adrián Paenza conduce el ciclo de divulgación que, desde hoy, pone a la ciencia en el menú de la televisión privada.

Al término de la entrega de los Martín Fierro del año pasado, el director artístico y de programación de Telefé, Claudio Villarruel, se acercó a felicitar a Adrián Paenza por la estatuilla ganada por Científicos: industria argentina y mostró interés porque el ciclo del 7 pasara a la pantalla que maneja detrás de cámaras. El conductor creyó que se trataba de un cumplido más que de una intención real. “A todos les dirá lo mismo”, admite Paenza que pensó en ese instante. Sin embargo, fue grande la sorpresa cuando en noviembre Villarruel lo convocó, junto a Claudio Martínez, el productor del ciclo, a una reunión concreta para negociar las condiciones del traspaso. Finalmente, la negociación llegó a buen puerto y lo impensado –que un ciclo educativo sobre ciencia llegara a un canal privado– se hizo realidad: desde hoy, todos los domingos a las 11, Científicos... se podrá ver por la pantalla de Telefé.
Luego de los 104 programas emitidos en el canal estatal desde mayo de 2003, Científicos... pasa al canal líder de audiencia de la TV nacional para seguir mostrando qué hacen los científicos que trabajan en el país y para qué lo hacen. “La estructura del ciclo va a ser la misma. La diferencia es que va a estar protegido de otra manera: el presupuesto que había en Canal 7 y el que tenemos hoy en Telefé son absolutamente diferentes. Antes se hacía todo a pulmón. El cambio genera un salto en calidad, ya que ahora podemos recorrer todo el país y ver lo que se hace en relación con la ciencia y la tecnología a lo largo de todo el territorio”, explica Paenza en diálogo con Página/12.
–El hecho de que un canal privado ponga al aire un programa científico educativo, que no apunta a obtener rating sino a darles una opción más a los televidentes, ¿es un hecho aislado o es parte de un proceso más amplio?
–Que Telefé apueste a un programa de estas características es un hecho muy loable. Y que encima nos digan que no nos preocupemos por el rating porque vamos a estar sí o sí hasta fin de año es inaudito. ¿Cuándo Telefé te iba a decir que no te preocuparas por el rating? Si se mira integralmente, creo que no se trata de un hecho aislado. En este momento, hay una enorme cantidad de notas de ciencia y suplementos científicos en los medios gráficos. Por otro lado, hay muchas colecciones editoriales sobre ciencias. Este contexto algo indica.
–Usted está dentro del ámbito académico y reside en Estados Unidos durante buena parte del año, ¿ése es un contexto sólo argentino?
–Es un fenómeno mundial. La Argentina está siendo sombra de una moda, porque siempre se manejó por ciclos. Lo que ocurre es que ésta es una moda curiosa. Que Telefé haya apostado a Científicos... marca que se puede hacer convivir la TV comercial con los contenidos educativos. No es casualidad, tampoco, lo que ocurre en estos momentos con The History Channel, Discovery o National Geographic. Se demostró que hay un nicho para todo, sólo hay que presentar los contenidos de forma creativa. Pero repito: nuestro objetivo no es dar respuestas sino generar preguntas. En la medida en que hagamos eso, el ciclo va a contribuir. No hay manera de que una persona se siente frente al televisor y no le interesen cuestiones relacionadas con la medicina, biología, economía, química; por qué funciona un celular o por qué levanta vuelo un avión.
–¿Cree que “bajar” lo científico a lo cotidiano fue el mayor logro del ciclo?
–Ese es un logro de la gente que lo pensó, tanto Claudio Martínez como su mujer, Edi Gerber, que es una de sus productoras. Creo que entendimos que en la era del zapping, el programa tenía que ser un zapping dentro de un ciclo. Por eso mostramos y analizamos muchas cuestiones, asociando cine con ciencia, por ejemplo. Científicos... es un ciclo de los científicos pero no para ellos, sino para los ciudadanos en general. No emitimos un seminario científico porque sería inentendible para la gente. La ciencia es una oferta televisiva extraordinaria porque, más allá del estudio y los tiempos que conllevan las investigaciones, se trata de una rama muy atractiva para todos.
–Es paradójico que pese a la relación positiva entre medios de comunicación y ciencia, el presupuesto argentino destinado a esta área y a tecnología sea muy bajo, en relación con su Producto Bruto Interno.
–Ese es un problema histórico. Igual, vale decir que Kirchner ha incrementado mucho el presupuesto. Claro que estábamos en una situación tan deprimida que aún no alcanza. Pero la diferencia es que este gobierno ha mejorado no sólo el presupuesto, sino que también aumentó el pago de las becas en el Conicet. Yo conocí a presidentes de los últimos 30 años y puedo asegurar que muchos desconocían la tarea que se hacía en el Conicet, muchos menos sabían que había becarios; pocos, que cobraban 700 pesos y a casi ninguno le importaba hacer algo para cambiar esa situación. Porque en Argentina no hay una fuga de cerebros, hay una estampida de cerebros. Y Kirchner aumentó un 50 por ciento las becas, y sin que haya carpa blanca de por medio. Lo hizo de forma activa. Y que su primera acción de gobierno haya sido ir a Paraná a solucionar la huelga docente es todo un cambio. ¿El presupuesto alcanza? No. Comparado con el de Brasil, Chile y México, Argentina está en deuda infinita con la ciencia.
–¿Por qué cree que, con realidades similares, tanto Brasil como Chile y México van a la vanguardia en el tema científico y tecnológico?
–Porque ellos tienen políticas de Estado, cosa de la que Argentina carece. El país, en estos momentos, tiene una única política de Estado clara, que es la que se relaciona con el tema de la salud y con los medicamentos genéricos. Es un impacto que afecta a muchos intereses económicos y favorece a la sociedad. Esa es una política de Estado que trasciende a las personas, aunque es valorable que la haya hecho Ginés González García. El tema del aborto para la Argentina ya no puede seguir siendo una discusión filosófica, porque en estos momentos las madres se mueren por hacerse abortos en condiciones deplorables. En Brasil, México o Chile no se pone en discusión el porcentaje de PBI destinado a la ciencia.

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“El objetivo es generar preguntas”, define Paenza.
 
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