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“Un porteño genuino, coherente, muy de barrio”

Músicos que tocaron con el Polaco, otros que lo conocieron, y otros, más jóvenes, que rescatan su figura desde la admiración y el respeto:
- Adriana Varela, cantante: “Fueron muchos los momentos que compartimos con el Polaco y que me hicieron crecer no sólo artísticamente; me enseñaron sobre la vida. Lo más grosso fue haber cantado con él en Michelangelo Balada para un loco, cuando los dos salíamos a escena juntos y él arrancaba con el recitado. Tengo la imagen de los momentos previos a subir, él mirándome y dándome garra, haciéndome con el puño cerrado la seña de ‘fuerza’. En él conocí a un porteño genuino, coherente, muy de barrio y fundamentalmente un artista”.
- Litto Nebbia, músico y productor: “Tuve la suerte de producir los últimos cuatro álbumes del Polaco. Siempre era muy emocionante estar con él. Se mezclaba nuestra preocupación técnica para que la grabación estuviera buena y nuestra carga emocional. Además de ser un cantante con un refinamiento armónico increíble, era una persona muy tierna, casi un niño. Nos hemos pasado tardes y tardes haciendo esos discos, alternando con sus anécdotas y ocurrencias... cosas que han quedado intactas en nuestro corazón. Con su mujer e hijos seguimos rescatando material inédito de actuaciones en vivo, con el propósito de mantener su recuerdo, y también hacerlo conocer por las nuevas generaciones”.
- Pino Solanas, cineasta: “Era un hombre de una intuición poética extraordinaria que antes de hacer cada tema lo masticaba, lo rumiaba, decía que había que trabajar muchos años para desentrañar lo que hay detrás de algunos versos. Yo lo seguía al Polaco desde muy joven, y siempre le insistía en que teníamos que hacer algo juntos. El se reía y me decía que no servía para la actuación. Yo le explicaba que él era un actor nato, actuaba todos los tangos. Finalmente Cacho el Kadri, que era mi productor, gestionó su participación en Sur. Todos los tangos que él hace ahí son tomas únicas, no hay playback, es el sonido directo de la calle”.
- Raúl Garello, bandoneonista y arreglador: “Nunca voy a olvidar el momento en que grabamos El gordo triste. En ese tango él escuchó el playback antes de poner la letra y me dijo: ‘Mandámelo que voy a intentar ponerle la voz’. Estábamos el técnico y yo, y creo que uno de los hijos del Polaco. Lo hizo perfecto, salió del estudio muy emocionado y enseguida se puso el saco, sin escuchar lo que había hecho. Nos dijo: ‘No me va a salir mejor que esto, así que ya está’. Y se fue, casi sollozando”.
- Néstor Marconi, bandoneonista: “Tuve la suerte de trabajar con él desde los ‘80 en lugares míticos como Caño 14 o Michelangelo. Cada vez que tocaba con él, se producía algo especial. Además de como un amigo y un compinche, lo recuerdo como ese ser único que fue capaz de tocar cantando”.
- Juan Vattuone, cantante: “Llegué a cantar con él en un club de barrio, el Islandia de Villa Urquiza. Me impactó su forma de decir el tango. Con ese ‘decir de nuevo al tango’ tendió un puente hacia nuevas generaciones que no estaban acostumbradas a escuchar tango. También le daba chapa con la gente joven su propia historia, esa manera suya de decir las cosas y de enfrentarse con su propia verdad: todo el mundo sabía que se tomaba un pase y él no lo careteaba, parecía más un rockero que un tanguero”.
- Ariel Ardit, cantante: “Alrededor de Goyeneche parece haber un cliché que dejó fijada su voz a la de los últimos tiempos. Pero lo que hizo como cantante cuando su voz estaba en toda su perfección técnica fue mucho más allá, basta escuchar lo que dejó grabado con la Orquesta de Troilo. Supo tomar lo mejor de los cantores que lo precedieron y a los que admiraba”.
- Peche, cantante de Buenos Aires Negro: “Fue lo más grande que tuvo el tango en el último tiempo. Cuando Piazzolla presentó acá María de Buenos Aires, fue abucheado. La prensa lo mató. A la mañana siguiente, Goyeneche le estaba tocando el timbre para cantar esos temas. Era un jugado. Empezó a cantar con puntos y comas, marcó un estilo”.
- Jorge Goyeneche, cantante: “Cuando yo era chico, mi viejo, el Polaco, notaba que yo tenía facilidades para cantar, pero nunca me presionó ni me marcó lo que tenía que hacer. A lo sumó me llevó alguna vez a Grandes valores del tango a cantar con él. Yo le decía que no podía entender el tango. Y él me contestaba: ‘Crecé, hijo, crecé. Viví. Ya te va a gustar’”.

Producción: Karina Micheletto y Oscar Ranzani.

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