EL PAíS › INVESTIGAN SI EXISTIO EL ATENTADO CONTRA VAZQUEZ

Disparos que generan confusión

 Por Raúl Kollmann

El extraño atentado que sufrió el juez Adolfo Vázquez está siendo investigado casi en todas las instancias del Estado. Están pendientes en este momento las pericias sobre los dos orificios de bala que dejaron los supuestos atacantes en el Peugeot del magistrado, pero una de las cuestiones más llamativas es que, teniendo en cuenta el grueso calibre usado y que el balazo pegó en la puerta lateral izquierda trasera, no haya herido a la secretaria de Vázquez, que estaba sentada de ese lado, ni al propio juez, ubicado al lado de la mujer.
El vehículo tiene dos orificios. Uno en la parte trasera, en el baúl, y otro en la puerta lateral izquierda del asiento de atrás. Por orden del juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionatto Márquez, se están haciendo las pericias, pero un hecho de esas características –el ataque a un integrante de la Corte– mueve las instancias investigativas tanto a nivel nacional como provincial. Más allá de las órdenes del magistrado interviniente, las distintas policías y fuerzas de seguridad e inteligencia le están echando un ojo al asunto.
Según Vázquez, un vehículo Volkswagen se le puso atrás en la Panamericana y uno de los tres hombres que iban en ese auto le efectuó el primer disparo que pegó en el baúl. Después se puso a la par y el individuo sentado en el asiento del acompañante, con un arma con silenciador, hizo el segundo disparo, el más peligroso, el que entró por la puerta lateral y en forma asombrosa no impactó en la secretaria. Vázquez diagnosticó que no lo quisieron matar, que fue una advertencia y que el objetivo consistió en silenciarlo a través del miedo.
Un integrante de la Corte le dijo a Página/12 que Vázquez circulaba con un auto y un chofer que no era el habitual. El ministro del máximo tribunal sugería una historia extraña, algo así como que el ataque no existió y que la idea de Vázquez era hacerse pasar por víctima ante su inminente desplazamiento. En realidad, si hubo una maniobra de ese tipo, los disparos debieron haberse hecho antes, o sea que el supuesto engaño consistió en tener el auto parado en algún lugar, pegarle los dos tiros, salir después a la Panamericana y argumentar que sufrió un atentado.
Más allá de esa hipótesis, las pericias podrían ser una clave en la investigación porque –y en esto hay otro elemento llamativo– no existen testigos del ataque. En ese aspecto, el juez señaló que ni él se dio cuenta cómo ocurrieron los hechos, porque el atacante que disparó usó silenciador, algo que tiene lógica porque –según explicó un criminalista– en una operación de ese tipo al que dispara le sirve evitar el estruendo, incluso aunque se trate de una autopista. En realidad, la clave podría estar en el estudio balístico que determinaría si los disparos fueron hechos en movimiento, cuál fue la trayectoria y, en suma, cuál fue la mecánica del supuesto atentado.

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