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El celular puede ser tomado como objeto de la cultura pop, y así sería insertado en una tradición de intercambios entre la historia del arte y los objetos de consumo. Entre otras posibilidades que ofrece a los artistas visuales, incorpora el sonido en instalaciones sonoras y visuales, estimula la imaginación y no la imagen, e introduce algo tan “ridículo” como el concepto de imagen sonora. Sus usos permiten pensar la incomunicación, crean nuevas narrativas, puede aludir a banalizaciones de símbolos patrios (como en la obra del uruguayo Nicolás Branca) o repensar nuevas costumbres como el uso del Para Elisa de Beethoven en el contestador, que sería como ver un paisaje de Monet mientras uno espera en un laboratorio con el pis en la mano. Yo estoy planeando posibles aplicaciones para el próximo Personal Fest (el festival electrónico auspiciado por la marca): celulares intervenidos e instalaciones telefónicas. Es sólo el comienzo...

* Curadora de Artes Visuales.