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Hace unos días, la televisión mostró una película que podría comenzar a convertirse en un objeto de culto. Soy tu aventura, con Luis Aguilé, el propio Luis Luque y Diego Capusotto. Allí se lo veía a Luque haciendo de secuestrador de Luis Aguilé, que utilizaba su secuestro para bailar y cantar históricas –y tremendas– canciones demodé. Los personajes de Luque se han ido afincando hacia un costado más o menos definido. “Son personajes densos, conflictivos, oscuros, violentos y desafiantes laboralmente.” ¿No son encasillamientos? “No se repiten, son distintos, tienen conflictos, contradicciones, si no me aburre. En este caso, mi personaje es un policía que tiene una historia complicada con su viejo, y que este encuentro fortuito le hará cambiar de parecer. Es un policía pero que tiene ciertos valores. No todo el mundo es malo, no todos son buenos. En este país la corrupción es una cuestión de cultura. Hay corrupción en todos lados. Yo me formé en una sociedad corrupta.” Luque dice que no cree que sea determinante meterse a “investigar” la policía, a convivir con oficiales para aprender sus modismos. A excepción de una vez que tuvo que hacer de policía científico: “Ahí me fui a San Isidro a ver cómo trabaja la sección de Policía Científica”. Luque dice que le gustó pelear por El Deseo: “Me metí en el cuerpo del personaje, más allá del resultado real”.