El 20 de diciembre, una multitud de mujeres corrió hacia el escenario tras un recital de Enrique Iglesias para abrazar y besar al cantante, mientras otras le lanzaban su ropa interior. Ocurrió en Colombo, capital de Sri Lanka. Ayer, el presidente del país, Maithripala Sirisena, afirmó que los organizadores del concierto deberían ser “azotados con colas de peces raya tóxicas”, un castigo reservado a los peores criminales de la era medieval.