SOCIEDAD › LLEGA EL IPAD A LA ARGENTINA, A UN PRECIO MUY ALTO

Tabloides eran los de antes

La llegada del producto estrella de Apple –que ya vendió más de tres millones de “tablets” en el mundo– pondrá a los medios de papel en una encrucijada: el iPad podría ser la salvación para el periodismo gráfico y a su vez generar una nueva y peligrosa dependencia.

 Por Mariano Blejman

Mientras la circulación de los diarios en papel ha disminuido sistemáticamente en los últimos diez años (tanto que Arthur Sulzberger, director general de The New York Times confesó hace unos días que en “algún momento” dejarán de salir en papel), y en Argentina hay una guerra desatada por el control del papel prensa que tal vez en unos años sea obsoleto, llega al mercado argentino un “artefacto” que fue presentado en abril de este año en Estados Unidos y que bien podría ser no sólo un nuevo gadget para fanáticos de la empresa dirigida por el inmutable Steve Jobs, sino también una especie de salvavidas para la industria editorial cotidiana. Así como desde hace unos años el modelo iTunes pareciera estar salvando a la industria de la música, ya que maneja en Estados Unidos el 70 por ciento del negocio digital, el iPad pretende quedarse con (o salvar) el negocio editorial. En concreto: hoy se hará la presentación a la prensa y mañana estará disponible en el mercado argentino el iPad, esa plataforma digital de tamaño tabloide pergeñada por Apple (la compañía más valiosa del planeta) que permite la descarga controlada de productos editoriales diseñados especialmente para la plataforma. Pero –una vez más– Apple no vende sólo un objeto, sino también un modelo de negocio.

Por su formato y su sistema operativo blindado, el iPad ilusiona a la industria de los diarios con la recuperación del diseño gráfico en la lectura digital y la jerarquización virtual del contenido periodístico. En sus diferentes versiones tiene conexión por wifi y por red celular 3G (aunque todavía no había sido informado qué operadora trabajará con las iPads en Argentina), posee una pantalla de 9,7 pulgadas y es un objeto de fácil traslado, muy estable, de alta usabilidad, aunque muy criticado por su pobre performance en su arista productiva: con el iPad apenas se puede leer, ver videos, escribir, navegar, usar el GPS, y sus primera versiones venían sin cámara de foto. Sin embargo, podría ser un salvavida para aquellos que conciben –como el mismo Steve Jobs– que la prensa convencional todavía tienen un rol fundamental en la vida 2.0.

Pero en el mundo de Jobs, claro, nada es gratis: por un lado, por el precio del lanzamiento del producto (que va de 3400 a 5500 pesos por unidad, dependiendo de los modelos, contra los 500 dólares que valen los modelos inferiores en Estados Unidos), el iPad será para la gran masa de lectores de diarios en Argentina, todavía, un objeto de deseo. Esa cosa que uno querría tener, algún día, cuando cobre un doble aguinaldo y no tenga cuentas pendientes. Sin embargo, en el primer mundo se vendieron 300 mil iPads el primer día y tres millones en tres meses. Desde entonces, los medios tradicionales norteamericanos han invertido miles de dólares en rediseñar versiones para los iPads. The New York Times, The Wall Street Journal y revistas de lujo como Vanity o Wired ya tienen sus versiones para iPad que además del contenido periodístico, tiene producción audiovisual. Los medios llevan años lidiando en caída libre contra lo que algunos llaman “el pecado original” de haber liberado los contenidos on line. Así, cuando vieron la salida del artefacto, los grandes medios se volcaron a hacer aplicaciones para iPads y revivieron –al menos eso parece por ahora– la naufragante industria de los medios en papel.

“¿Puede el iPad salvar a los diarios?”, se preguntaba la periodista Mercedes Bunz, de The Guardian, a comienzos de año. Entre los testimonios recogidos por la periodista estaba el del magnate Ruper Murdoch quien dijo que el invento “podría estar salvando la industria de los diarios”, mientras que para Geoff Elliot, de The Australian, el “hype” (cómo había sido inflado el producto) estaba “justificado”, mientras que el propio editor de The Guardian Alan Rusbrigder pensaba, un poco más cauteloso, que “los lectores decidirán”.

Hasta ahora, los grandes diarios venden aplicaciones como si se tratara de un kiosco y curiosamente las suscripciones son más caras que las de papel. Como sea, a medida que aumente la disponibilidad de iPad (y sus competidores que ya empezaron a salir al mercado, pero no ofrecen el mismo modelo de negocio que Apple), en los próximos años habrá una nueva ola conservadora en materia de información disponible en la web producida por los grandes medios. Porque, como se dijo, Apple no propone sólo la llegada de un artefacto, sino también un modelo de negocio del cual quiere participar, y por el cual está dispuesto a pasar la barrera de la neutralidad tecnológica, como lo hizo con la música. Así como hasta hace unos años la pelea era por el control del papel, la industria periodística comenzará a depender de una sola empresa que produce el artefacto y ofrece su modelo de distribución. Se sabe, el capitalismo ama los monopolios.

En los últimos días, en coincidencia con el lanzamiento de los iPads en cinco países de América latina (Argentina, Chile, Ecuador, Perú, Colombia), se adelantó en Estados Unidos que la empresa anunciaría un nuevo sistema de suscripción para periódicos. Entre las condiciones que pondría Apple es retener un 30 por ciento de las suscripciones vendidas a través del Apple Store y el 40 por ciento de las ganancias en publicidad para ese formato. Lo que ofrece a cambio la compañía situada en Cupertino, como un valor agregado, es la posibilidad de que los medios accedan a información vital sobre los tipo de lectores que adquieren los productos editoriales. Ese será –según Apple, claro– el costo que los medios tradicionales deberán pagar para recuperar fidelidad, atraer en mejores condiciones la publicidad on line y poder volver a cobrar por el contenido. Por lo pronto, mientras Twitter desintegra día a día la fidelidad de los lectores con sus medios tradicionales, y en coincidencia con la explosión de los iPads en Estados Unidos, el histórico diario The New York Times anunció que para comienzos de 2011 dejará de ofrecer su contenido on line de manera gratuita y ofrecerá solamente un servicio por suscripción.

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Steve Jobs, director de Apple, la compañía más valiosa del planeta.
 
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