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Con las caras pintadas mitad de dorado y mitad con el dibujo de una calavera, como símbolos del oro y la contaminación, militantes de Greenpeace protestaron ayer frente a la Secretaría de Industria, Comercio y Minería de la Nación en contra del proyecto minero de Meridian Gold en Esquel y reclamaron al presidente Eduardo Duhalde que quite su apoyo a esa empresa. En tanto, la diputada por el ARI y presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Marcela Bordenave, viajó a la ciudad chubutense para dialogar con los sectores en conflicto y, consultada por Página/12, sumó más denuncias contra el plan de extraer oro y plata: “Esquel es un desastre, dejaron la montaña como un hormiguero y la comunidad ya no es la misma, está fracturada y enfrentada por la mina”, relató.
Con la protesta de ayer, Greenpeace extendió al centro porteño las manifestaciones y protestas que desde el año pasado realizan miles de esquelenses contra la explotación de una mina a 9 kilómetros de Esquel por parte de la empresa canadiense Meridian Gold. Además de insistir sobre el peligro de contaminación que implicaría ese proyecto, la ONG sumó esta vez un pedido al presidente: “En lugar de resguardar sólo los intereses de estas empresas, el gobierno de Duhalde debería impulsar una ley que prohíba la minería de oro con lixiviación de cianuro”, dijo Verónica Odriozola.
El uso de seis toneladas diarias de cianuro, previsto en el proyecto de explotación presentado por la empresa, es una de las objeciones principales de todos los que se oponen a la mina. Lo cierto es que a menos de tres semanas de la realización de un plebiscito convocado por el intendente Rafael Williams, cada vez son más los que se suman a los vecinos de Esquel movilizados contra la mina. El lunes pasado, los Vecinos Autoconvocados realizaron la quinta y última marcha de protesta antes del plebiscito, que será el 23 de marzo, y hasta allí llegaron pobladores de localidades cercanas como Lago Puelo, El Maitén, Epuyén y El Hoyo. Además, ayer recibieron el respaldo de entidades ecologistas rionegrinas como Bariloche Lihué y Comunidad del Limay, y de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de San Carlos de Bariloche, que se sumaron a la denuncia de los peligros que implicaría la instalación de la mina allí.
Por su parte, tras reunirse con el intendente, la diputada Bordenave aseguró que Williams “se comprometió a respetar el resultado del plebiscito si es contundente, y a no permitirlo si se comprueba que el impacto sobre el medio ambiente podría ser peligroso. Esto, aunque la comunidad apoye el proyecto”. En tanto, la legisladora criticó al gobierno provincial: “Hay muchas irregularidades en las negociaciones, y como no tienen explicaciones entonces no responden. Dan permisos con un estudio ambiental demasiado débil y amenazan con un juicio millonario que podría reclamar la empresa, pero que no es posible”.
El proyecto de Meridian Gold mantiene a la comunidad de Esquel enfrentada entre quienes temen al impacto ambiental y quienes esperan que la mina genere, tal como promete la empresa, cientos de puestos de trabajo que paliarían la desocupación en Esquel, que hoy alcanza a unas 6 mil personas, sobre una población total de 30 mil. Bordenave relató que “ya está destruido el equilibrio de una comunidad. Hay amenazas e incidentes todo el tiempo porque hay gente sin trabajo y se está jugando con eso. Se prometen contratos millonarios y flores a diferentes sectores para ganar apoyo a la mina. Eso es una forma de corrupción”, definió.
Según la presentación que los Vecinos Autoconvocados hicieron ayer en Bariloche, ya son cerca de 20 las denuncias por amenazas e intimidaciones que habrían recibido varios esquelenses militantes en contra de la mina. En tanto, Meridian Gold desmiente que su proyecto sea peligroso y asegura que desde 2000 se realizan monitoreos de agua por profesionales de la Universidad San Juan Bosco, contratada por ella.
Producción: Paula Bistagnino.