SOCIEDAD › SANTA FE QUEDO DESAGOTADA Y SIGUE EL MAL CLIMA

Bajo la amenaza de la lluvia

La ciudad de Santa Fe quedó desagotada ayer, según anunció el gobierno de la provincia. “Sigue habiendo muy pequeños reservorios, muy pequeños, en algunas zonas, pero evidentemente la labor de las bombas de extracción ha sido impresionante; se ha hecho en menos días de los previstos”, explicó el ministro de Gobierno, Carlos Carranza. También insistió en que son 23 los muertos confirmados, pero admitió que aún hay 20 personas desaparecidas. Ahora, las lluvias vuelven a echar sombras sobre la provincia: la Dirección de Obras Hídricas advirtió que las malas condiciones meteorológicas podrían seguir hasta mañana y que ya se registró un nuevo crecimiento en la altura del río Salado.
Luego de que el agua que inundó la ciudad por el desborde de ese río fuera expulsada totalmente, las autoridades del Comité de Emergencia fijaron como prioridad el retorno a una vida normal de la gente afectada, aseguró Carranza.
No será una tarea sencilla: los evacuados, según las cifras oficiales, son 18.800 personas, de las cuales 7700 están en escuelas y el resto en otros centros. “Si a esa cifra se le agregan las 21.178 cuponeras de los autoevacuados, se llega a una cifra total de 39.866 personas” que aún no regresaron a sus hogares, aseguró Carranza. Datos extraoficiales señalan, sin embargo, que los desplazados rondan en total unos 50 mil.
En tanto, la directora de Salud Mental de la provincia de Santa Fe, Selva Cafaratti, advirtió que entre la gente alojada en los centros de evacuados hay “mucho malestar” y admitió que “es difícil predecir el desenlace”, en referencia a la angustia y los problemas que acarrea la condición de inundados. Página/12 describió ayer la preocupación del gobierno de la provincia sobre las crecientes situaciones de violencia que genera el hacinamiento en los centros de evacuados.
En cuanto a la situación sanitaria, las autoridades siguen asegurando que está controlada, pese a que los casos de leptospirosis en la ciudad sumaban hasta el último relevamiento un total de 97 casos, con lo cual el número de afectados ya superó la sumatoria de los últimos tres años. En tanto, los casos de hepatitis se elevaron a 73, según informaron fuentes del Ministerio de Salud provincial.
Por otra parte, el gobierno confirmó ayer que en las zonas afectadas las clases comenzarán el próximo 2 de junio, pero en forma gradual, a medida que se vayan trasladando los evacuados hacia otros lugares de alojamiento.
El anuncio fue hecho durante una conferencia de prensa en la que el ministro de Educación, Daniel Germano, indicó que las clases comenzarán en los establecimientos que se encuentren desocupados y en condiciones edilicias adecuadas. Germano admitió que 28 escuelas no estarán este año en condiciones de ser rehabilitadas por los daños sufridos en las aulas y otros sectores de los edificios y que otras 12 directamente “no sirven más” por lo que deberán ser derribadas y reconstruidas. Una de las zonas más castigadas en este sentido fue el barrio Santa Rosa de Lima, donde cuatro escuelas tuvieron durante cinco días entre cuatro y cinco metros de agua. El ministro de Educación agregó que las pérdidas sufridas en Educación son, hasta ahora, del orden de los 35 millones de pesos.

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