SOCIEDAD › LA CAPSULA ORION CUMPLIO SU MISION INICIAL

Primer paso exitoso en la conquista de Marte

La nave despegó de Cabo Cañaveral, alcanzó los 5800 kilómetros, dio dos vueltas a la Tierra y regresó a la atmósfera, tras lo cual amerizó en el Pacífico. La cápsula podría ser utilizada por la NASA para enviar en la década de 2030 la primera misión tripulada a Marte.

La cápsula Orion, la nave espacial diseñada por la NASA para ensayar lo que a mediados de la década de 2030 podría ser una misión tripulada a Marte, despegó sin incidentes, alcanzó una altitud de 5800 kilómetros, realizó dos vueltas a la Tierra y, como estaba previsto, regresó, entró en la atmósfera y amerizó sobre el océano Pacífico. El viaje, que no había podido realizarse el jueves por motivos climáticos y técnicos, duró cuatro horas y media desde que la cápsula despegó de Cabo Cañaveral hasta que volvió y fue rescatada de las aguas del Pacífico, a mil kilómetros de Baja California. El dispositivo recorrió 96.000 kilómetros y logró internarse en el espacio más que cualquier otra nave en los últimos 40 años, además de ser la primera nave, desde las del programa lunar Apolo de los ’60 y ’70, diseñada para llevar tripulación.

Originalmente, Orion debía despegar el jueves y no ayer. Sin embargo, ese lanzamiento fue pospuesto tras cuatro intentos fracasados: el primero, porque había un barco en una zona cercana; el segundo y el tercero, por el viento fuerte; el último, por un problema en las válvulas del cohete propulsor Delta IV, que ayudó en el despegue de la cápsula.

El despegue fue a las 7.05 de Cabo Cañaveral y, según informó la NASA, que comunicó gran parte del proceso a través de su cuenta de Twitter, todos los sistemas funcionaron “perfectamente”. En pocos minutos, Orion superó cinco veces la velocidad del sonido, y tras 17 minutos en el aire alcanzó la órbita prevista. Al alcanzar los 5800 kilómetros de altitud, superó en más de diez veces la altitud de la actual Estación Espacial Internacional (ISS), que se encuentra en órbita a unos 420 kilómetros.

Orion estaba equipada con sensores para medir y registrar todos los aspectos del vuelo, y también llevó una cámara desde la cual transmitió imágenes que la NASA y grupos de trabajo involucrados en el proyecto fueron tuiteando mientras duró la misión. Al entrar en órbita, la cápsula se desprendió del sistema de lanzamiento, gracias a un mecanismo que fue diseñado para expulsar a una posible tripulación en caso de problemas con el cohete. Todo lo sucedido con Orion fue monitoreado desde el Centro Espacial de Houston. En el momento en que pasó el océano Indico, Orion perdió contacto con esa base, como había sido anunciado que sucedería, pero durante ese lapso la nave siguió almacenando información. Una vez completada la primera vuelta a la Tierra, un propulsor incorporado relanzó en órbita a Orion, para que continuara el viaje.

La nave atravesó en apariencia exitosamente el cinturón de Van Allen, una zona de radiación considerada peligrosa y que podía estropear el sistema. Orion pasó a través de él en las dos vueltas que realizó a la Tierra, y el escudo diseñado para proteger al dispositivo de las radiaciones parece haber funcionado.

La NASA había advertido que el regreso sería la parte más peligrosa del viaje, porque el reingreso en la atmósfera genera cantidades extremas de calor. Ese efecto quedó registrado en una de las imágenes que, una vez finalizado el ensayo, distribuyó la agencia aeroespacial norteamericana. Por entonces, la cápsula llevaba una velocidad de casi 32.000 kilómetros por hora y estaba sometida a una temperatura de 2200 grados centígrados.

Superada esa instancia, y cuando la cápsula empezó a ser visible para las cámaras de la NASA como un punto que caía rápidamente entre las nubes, Orion abrió el dispositivo de tres paracaídas, blancos a rayas coloradas, que facilitaron un descenso más lento y controlado. La nave fue rescatada de las aguas con ayuda de la Marina norteamericana.

El vuelo de prueba recogió información sobre la resistencia que el sistema de navegación y de la electrónica de a bordo podían ofrecer al enorme calor, y también comprobó el funcionamiento de los paracaídas a la hora de aterrizar naves en el mar californiano.

La construcción de la cápsula Orion y su puesta en marcha demandó alrededor de mil millones de dólares. Hacia 2021, cuando se estima que se realizará el primer vuelo tripulado, la misión podría llegar a costar más de 20.000 millones de dólares. A mediados de la década de 2030, la nave podría realizar su primer vuelo tripulado a Marte. Por eso mismo, la NASA tuiteó ayer: “La prueba con Orion es un paso decisivo en nuestro camino a Marte”.

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