SOCIEDAD › PRIMERAS CONCLUSIONES DE LOS DATOS DEL MODULO PHILAE

Un cometa por dentro

El cometa 67P/Churyumov, sobre el que aterrizó el módulo Philae de la sonda Rosetta, es “rico en materiales orgánicos, con pequeños signos de agua congelada”, muy poroso y tiene mucha menos densidad de la que se creía: su interior está vacío en un 80 por ciento. Así lo reveló un artículo publicado en la revista Science, que indica que pese a que el cometa de cuatro kilómetros de largo pesa unas 10 mil millones de toneladas, la baja densidad del astro le permitiría flotar en el mar.

La sonda Rosetta fue lanzada al espacio el 2 de marzo de 2004 y, tras recorrer durante diez años más de 6400 millones de kilómetros, el 6 de agosto entró en la órbita del cometa y el 12 de noviembre depositó en la superficie al módulo Philae, un pequeño laboratorio equipado con instrumentos para análisis científico.

Tras posarse sobre el 67/P, Philae rebotó dos veces y quedó en una zona en la que no llega la luz del sol, por lo que no tiene la luz necesaria para cargar sus baterías y trabajar de forma autónoma. Poco más de dos días después entró en hibernación, aunque antes pudo mandar a la Tierra información en bruto sobre los primeros análisis.

El objetivo de la misión es realizar mediciones para ampliar el conocimiento sobre la formación del astro y del Sistema Solar, con el fin de obtener datos sobre el origen de la vida a través de moléculas orgánicas, ya que se cree que los cometas son los restos invariables más antiguos del disco de polvo que dio origen al Sistema Solar hace 4600 millones de años.

La misión, cuyo fin estaba previsto para diciembre de 2015, podría extenderse durante un año más, según informó la ESA el miércoles. Además, Philae podría “despertar” entre mayo y junio para continuar con sus estudios. “Esperamos que despierte, pero nadie puede garantizarlo”, manifestó el director de Navegación Espacial Tripulada y Misiones de la ESA, Thomas Reiter.

Para que ello suceda, la temperatura del minilaboratorio debería superar 0 grado Celsius cuando el cometa se acerque al Sol, lo que permitirá que las baterías del módulo comiencen a cargarse de energía solar.

Según informó a través de su sitio web la Agencia Espacial Europea (ESA), a cargo de la misión, los científicos identificaron en el cometa “19 regiones separadas por límites distintivos”, que fueron nombradas como deidades egipcias. El sistema de cámaras Osiris logró captar el 70 por ciento de la superficie debido a que “las áreas restantes en el hemisferio sur aún no han sido completamente iluminadas desde la llegada de Rosetta”, explicó la ESA.

Además fueron identificadas cinco categorías básicas de tipos de superficie: cubierta con polvo; materiales frágiles con estructuras circulares; grandes depresiones; terrenos lisos; y superficies más consolidadas, tipo roca.

Sin embargo, el cuerpo se acerca al sol, por lo que gran parte de los paisajes fotografiados cambiarán pronto o desaparecerán. De hecho, el 67P parece estar perdiendo agua por el “cuello” que conecta sus dos extremos redondeados y contiene menos hielo en la superficie de lo que se creía.

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El Philae de la sonda Rosetta se posó en el cometa en noviembre pasado.
 
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