SOCIEDAD › LUBITZ ACELERó PARA ESTRELLAR EL AVIóN, REVELó LA SEGUNDA CAJA NEGRA

Sangre fría y planes claros

La segunda caja negra del avión de Germanwings confirmó que el copiloto Andreas Lubitz estrelló la nave a propósito, y que para ello puso piloto automático y aceleró. Más médicos que lo trataron se pusieron a disposición de los investigadores.

El copiloto Andreas Lubitz aceleró al divisar los Alpes franceses y fue corrigiendo la trayectoria del avión de Germanwings, poco antes de precipitarlo contra las montañas, según reveló la segunda caja negra. Lubitz, que había quedado solo en la cabina y había bloqueado la puerta, “utilizó el piloto automático para emprender el descenso hacia una altitud de 30 metros, y luego, varias veces durante el descenso, modificó el piloto automático para aumentar la velocidad del avión en descenso”, informó la Oficina de Investigaciones y Análisis de la aviación civil francesa (BEA, en sus siglas en francés), tras analizar el registro hallado el jueves. Los detalles dados a conocer refuerzan lo revelado en la primera caja negra sobre la actuación del copiloto. De todos modos, las autoridades a cargo de la investigación detallaron que el dispositivo conserva cerca de 500 parámetros distintos y que el análisis continúa.

La segunda caja negra (Flight Data Recorder, FDR) fue hallada el jueves pasado, “al fondo de un barranco profundo”, informó la gendarmería francesa. Estaba ennegrecida por el fuego, y la fiscalía de Marsella detalló que, cuando una integrante del Pelotón de Alta montaña de la gendarmería francesa la encontró, estaba “totalmente enterrada”. Por ello había llevado tantos días dar con ella, explicó el fiscal Brice Robin, quien acotó que el dispositivo es “indispensable” para esclarecer los hechos.

La caja tiene el tamaño de un caja de zapatos, y registró “500 parámetros” del vuelo, entre ellos la velocidad, la altitud y el régimen de motor del avión, detalló el fiscal a cargo de la investigación, Brice Robin, durante una conferencia de prensa brindada en Marsella. La misma noche del jueves “fue enviada a los locales de la BEA”, donde los investigadores “empezaron las operaciones de apertura en cuanto llegó”.

De acuerdo con esos registros, “el piloto presente en la cabina (Lubitz) utilizó el piloto automático para emprender el descenso hacia una altitud de 100 pies (30 metros), y luego, varias veces durante el descenso, modificó el piloto automático para aumentar la velocidad del avión en descenso”, según informó el organismo a cargo del análisis de la caja. La intención del copiloto habría sido alcanzar la velocidad más alta posible para impactar en el macizo de Trois Evêches, a 1500 metros sobre el nivel del mar. Los nuevos datos confirman la hipótesis derivada de las grabaciones de la primera caja negra, que registró las conversaciones y los ruidos en la cabina y fue hallada poco después de la catástrofe. El dispositivo había llevado a sospechar que Lubitz decidió suicidarse y arrastrar con él a la muerte a las otras 149 personas que se encontraban en el avión. La BEA informó ayer que los “trabajos continúan para establecer el desarrollo factual preciso del vuelo”.

Por otra parte, la fiscalía de Düsseldorf confirmó que el copiloto Lubitz se sirvió de Internet para informarse “sobre las maneras de suicidarse” y sobre “las puertas de cabina de pilotos y sus medidas de seguridad”. De acuerdo con la revista alemana Der Spiegel, los investigadores de la causa confiscaron las historias clínicas de Lubitz que se encontraban en los archivos de cinco especialistas, entre los cuales hay neurólogos y psicólogos. Fueron los mismos médicos quienes acudieron a la policía para informar que Lubitz había acudido a sus consultorios, y ponerse a disposición de la investigación.

Ayer por la tarde, el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, sobrevoló en helicóptero la zona del accidente. El funcionario agradeció a quienes participaron en las tareas de rescate, investigación y vigilancia, pero también recordó a los habitantes de la región, a quienes agradeció “la solidaridad” con las familias de las víctimas, que sufren “un dolor que las circunstancias de esta catástrofe hace particularmente difícil”. “Nada puede calmar la pena de las familias, pero ustedes han mostrado una solidaridad admirable”, dijo Cazeneuve, que recordó que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente español, Mariano Rajoy, también expresaron su agradecimiento a los pobladores de la zona. El ministro señaló, por otra parte, con qué “eficacia y gran profesionalismo” realizaron un trabajo “particularmente difícil” los diferentes servicios del Estado.

En la zona donde chocó el avión, ya no quedan más restos humanos, por lo que la tarea de los equipos de gendarmería consiste en “recuperar los efectos personales” de las víctimas, señalaron los investigadores. En tanto, al menos restan entre “tres y cinco” semanas para terminar el proceso de identificación de los cuerpos. El fiscal Robin señaló que, para ello, “fueron aislados 150 perfiles de ADN”. Por la catástrofe, muchas aerolíneas que operan en territorio europeo comenzaron a aplicar una normativa que exige la presencia de al menos dos personas en las cabinas mientras las naves están en vuelo.

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La segunda caja negra registró “500 parámetros” del vuelo, entre ellos la velocidad y la altitud.
Imagen: afp
 
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