SOCIEDAD › LA JUEZA DICE QUE EL SABADO EL CASO ESTARA RESUELTO

Una mesa de torturas en el zoo

Los investigadores creen que Patricia Villalba murió en una sesión de torturas, en el zoológico privado de Musa Azar. El represor fue atacado a huevazos por una multitud al salir del juzgado.

 Por Alejandra Dandan

Ahora sí, el doble crimen de La Dársena está cerrando uno de sus grandes capítulos: los investigadores saben ya cómo, dónde y por qué una madrugada, la del 6 de febrero de este año, alguien cargó a Patricia Villalba en un auto para torturarla sobre la mesa de un galpón que está en el zoológico privado del ex comisario Musa Azar. Esta es la hipótesis con la que trabaja ahora la jueza María del Carmen Bravo, del tribunal de La Banda: “Tenemos cerrada en un 100 por ciento la muerte de Patricia, ahora nos queda la de Leyla”, le indicaba ayer a Página/12 uno de los colaboradores del juzgado. Los elementos que sostienen esa hipótesis forman parte de una acaudalada base probatoria que ayer y durante tres horas escuchó Musa Azar durante de una indagatoria del juzgado. A pedido de su abogado, la indagatoria se suspendió hasta mañana y aunque el ex comisario se salvó de las preguntas de la jueza no pudo esquivar, en cambio, a la multitud que lo abucheo y le tiró hasta con huevos cuando salía del juzgado.
La velocidad que adquirió la investigación del doble crimen en estos días se debe centralmente a las declaraciones de tres policías que estaban procesados por otro caso, el crimen de Oscar Seggiaro, un ganadero brutalmente asesinado en marzo por una banda de policías dedicada, entre otras cosas, al abigeato. Aunque en esa ocasión los policías actuaron, aparentemente, de forma autónoma, los investigadores del crimen de La Dársena están convencidos de que era una banda que trabajaba bajo las órdenes directas del ex comisario Musa Azar para hacer todo tipo de trabajo, incluso el traslado de los cuerpos de las jóvenes asesinadas.
Bajo esa tesis, el juzgado de María del Carmen Bravo les tomó declaración durante el sábado, domingo y el martes de esta semana a los tres policías, imputados en este momento por asociación ilícita y encubrimiento en el doble crimen. “Los policías no confesaron solos –explicó una de las fuentes–, lo hicieron cuando se vieron cercados por las pruebas”, aclaró. Estos policías, tal como lo adelantó Página/12 en su edición de ayer, son Héctor Albarracín, Pablo Gómez y también Daniel Mattar, el chofer personal del ex comisario. Los tres reconocieron frente a la jueza que trasladaron los cuerpos de Patricia Villalba y Leyla Nazar hasta La Dársena, el monte donde fueron encontradas el 6 de febrero. Aunque con acusaciones cruzadas sobre los alcances que cada uno tuvo en la tarea, los tres admitieron que trasladaron el cuerpo de Patricia “desde una mesa que está en un galpón del Arraga, el lugar donde Musa Azar tiene su zoológico privado, a pedido del jefe máximo”, indicó la fuente consultada.
Ahora la jueza deberá probar si alguno de estos policías también participó de la sesión de torturas que terminó, supuestamente, matando a Patricia. Por el momento, el camino elegido por María del Carmen Bravo apunta a Musa Azar. Ayer lo sentó en su juzgado y durante tres horas lo sometió a la lectura de los elementos de prueba que sostienen la acusación que pesa en su contra. Por el momento, y sólo por el momento, los cargos son “jefe de una asociación ilícita, incumplimiento de los deberes de funcionario público, malversación de caudales y encubrimiento del doble crimen”. La declaración del propio Musa más la recolección de pruebas que aún faltan podrían agravar su situación y los cargos.
De acuerdo con dos fuentes de relación directa con la investigación, uno de los elementos de más peso acumulados en la causa contra Musa Azar son las declaraciones de los tres policías. Habrían admitido que la orden para recoger el cuerpo de Patricia fue del ex comisario. Además, una serie de escuchas telefónicas y cruces de llamados que están en el expediente consolidarían la figura de asociación ilícita entre Musa y los policías. Aunque las fuentes no proporcionaron detalles sobre los cruces de teléfonos ligados a la causa de La Dársena, admitieron que existen llamados de unos a otros en el caso Seggiaro.
Durante estos días, este diario publicó resultados de las nuevas pericias e investigaciones que se hacen sobre los cuerpos y sobre la zona donde aparecieron. Entre esos elementos, se mencionó que las dentelladas que aparecieron en los huesos de Leyla Bshier podrían ser de un pequeño felino, roedores o de un puma, animales que no están en La Dársena sino, según las hipótesis, en el zoo de Musa Azar. Pero además de las marcas o de los animales, algunos creen que en el zoológico podrían estar escondidos algunos de los 115 huesos que faltan del cuerpo de Leyla. Debajo de la mesa del galpón donde pasó aparentemente Patricia, existe una capa de cemento “de poca antigüedad”, dijeron las fuentes. Esa capa de cemento podría ser revisada mañana cuando se haga el allanamiento previsto por la jueza. Ese día, según admitió, concluirá la recolección de pruebas: “Los autores materiales e ideológicos del caso están entre las personas que ya fueron apresadas en la causa –dijo ayer–: el sábado se resuelve el caso. De 1 a 10, estamos en 7,50, y el sábado se completan los 2,50 restantes”.

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Musa Azar recibió una andanada de insultos y huevazos al salir de los tribunales.
 
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