SOCIEDAD › LA SONDA EUROPEA MARS EXPRESS DETECTO QUE HAY HIELO EN EL POLO SUR DE MARTE

El agua ya no es una quimera en el planeta rojo

Mientras el robot Spirit de EE.UU. dio ayer algunas señales de vida y devolvió cierta alegría a la NASA, su rival, la Agencia Espacial Europea, anunció con bombos y platillos el hallazgo de agua congelada en Marte por parte de su sonda Mars Express. La nave observó por primera vez cómo vapor de agua abandonaba la atmósfera marciana. La importancia del descubrimiento.

Por Federico Kukso

Marte sigue dando que hablar. Primero, fue la llegada del Spirit, un robotito parecido a un avestruz; después, la súbita opción por el silencio por parte de este vehículo todoterreno estadounidense (aunque ahora parece haber dado señales de vida); y ahora, el hallazgo de agua en forma de hielo. Lo curioso es que esta vez la autoría del descubrimiento no pertenece a la ostentosa NASA sino a su rival, la Agencia Espacial Europea (ESA). Según se anunció ayer en una conferencia de prensa realizada en el Centro de Control de la misión en Darmstadt (Alemania), la sonda Mars Express, que gira alrededor de Marte desde el 25 de diciembre del año pasado, detectó desde la órbita del planeta agua congelada en el polo sur del planeta rojo.
La alegría de los científicos europeos no podía ser mayor: después del cachetazo que le propiciara la agencia espacial estadounidense con el éxito de la misión que llevó al Spirit a apoyarse sobre suelo marciano el 4 de enero pasado y tras perder casi todas las esperanzas de recibir señales del robot espacial transportado justamente por la Mars Express, el Beagle 2, que perdió contacto con la Tierra tras aterrizar en Marte la pasada Navidad, podría decirse que ayer fue un gran día.
Lanzada el 2 de junio desde Baikonur (Kazajkhstán), la sonda Mars Express (llamada así por ser la nave construida más rápido que otra misión interplanetaria) observó por primera vez cómo vapor de agua abandonaba la atmósfera marciana y entraba en contacto con el espacio exterior.
Sin embargo, ésta no es la primera vez que se detecta agua congelada en el cuarto planeta del sistema solar. En 2002, la sonda estadounidense Mars Odyssey encontró, a través de su espectrómetro de rayos Gamma, grandes cantidades de agua congelada tanto en el polo sur como en el polo norte de Marte. “Es simplemente una corroboración de lo que hasta ahora suponíamos que existía”, explicó a Página/12 el doctor Fernando Colomb, jefe científico de las Misiones Satelitales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). Y agregó: “El hecho de que hayan descubierto nuevos depósitos de agua en estado sólido –en el marco de esta competencia sana entre las dos agencias especiales– sigue siendo importantísimo. La tecnología que lleva la Mars Express es muy superior a la de la Mars Odyssey y la resolución de sus imágenes es mayor”.
Según el director científico de la Agencia Espacial Europea, David Southwood, lo que encontraron fue agua congelada en la superficie de las capas blancas –formadas principalmente por dióxido de carbono congelado, el llamado hielo seco– del casquete polar sur de Marte. Pero hay más: las imágenes tomadas por la Cámara Estero de Alta Resolución (que saca fotografías tridimensionales a color con dos metros de resolución) de la Mars Express muestran que la distribución del dióxido de carbono en el hemisferio sur y en el hemisferio norte marciano no es la misma. La principal diferencia con lo detectado por la Mars Odyssey consiste en que los europeos ahora saben con precisión en qué lugar está el agua congelada (mientras que los estadounidenses sólo tenían una estimación), lo cual les permite ver cómo varía de estación en estación (actualmente está concluyendo el verano marciano).
La reacción de su contraparte estadounidense no se hizo esperar. “La NASA le restó importancia al descubrimiento de la sonda europea. En nuestras misiones anteriores (la Mariner 9, de 1971, y la Viking I y II, de 1976) ya confirmamos la existencia de agua en pequeñas cantidades sobre los polos, pero no la suficiente cantidad como se presume que había históricamente”, dijo a este diario Mario Acuña, científico argentino que trabaja en la agencia espacial norteamericana y es investigador principal del satélite Mars Global Surveyor que en el año 2000 fotografió canales en la superficie marciana que, según los científicos, sólo pudieron producirse a consecuencia del flujo de agua. El descubrimiento anunciado con bombos y platillos por los europeos podría contribuir a elegir con precisión los sitios ideales para mandar misiones tripuladas en busca de rastros de vida pasada. Nuevo o no, el descubrimiento es valiosísimo. Es un eslabón más que se añade a la cadena de hallazgos sobre el rojizo planeta vecino. Tanto la NASA como la ESA se encuentran enfrentadas en una nueva carrera espacial cuyo objetivo principal es la detección del elemento esencial para la vida: agua en forma líquida. Es que sin agua, no puede existir la vida tal como la conocemos. Mientras tanto, todos los descubrimientos suman para la confección de un perfil que indique cómo alguna vez fue Marte en el pasado (tal vez un lugar muy húmedo bañado hace 3,5 mil millones de años por grandes ríos, lagos y tal vez incluso un océano) y cómo es en el presente.
Además de buscar agua desde órbita, la Mars Express tomará imágenes de toda la superficie a gran resolución; compondrá un mapa tridimensional de la composición mineral del suelo y hará un análisis minucioso de la atmósfera y de la circulación global de los vientos.
La sonda de la ESA, que mide 1,5 metros de largo, 1,8 de ancho y 1,4 de alto, y “vivirá” un año marciano (687 días terrestres), sacó su primera postal a color el 14 de enero pasado cuando se encontraba a 275 kilómetros a ras del suelo: una foto del Gran Cañón de Marte (Valles Marineris) en alta resolución (12 metros por pixel). Desde entonces, ya fotografió 1,87 millones de kilómetros cuadrados del planeta, una extensión equivalente a la de Portugal, España, Francia, Alemania y la provincia de Buenos Aires juntos. Dentro de dos meses, los científicos europeos harán que la nave apunte sus cámaras buscando posibles lechos de lagos y mares a profundidades de hasta cuatro kilómetros con ayuda de un sistema de radar especial.
Según anunciaron los científicos europeos, por ahora todos los instrumentos a bordo de la navecita funcionan perfectamente. Entre ellos, una cámara estereoscópica provista por Alemania; un espectrómetro planetario; un dispositivo francés para hacer mapas minerológicos; una batería de litio que se carga con paneles solares y una computadora interna que procesa la información recogida hasta que el contacto con la Tierra se establece.
Pese a que casi no tienen esperanzas de recibir señales del robot que la Mars Express llevó encima durante más de seis meses, el Beagle 2 (bautizado en honor del barco que transportó a Charles Darwin por el Océano Pacífico), los científicos europeos continúan con sus ojos puestos en Marte tratando de averiguar qué hizo que el planeta rojo perdiera su supuesto ambiente húmedo y si ese oscuro destino también alguna vez le tocará a la Tierra.

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Imagen del canal Reul Vallis, formado posiblemente por flujo de agua, captada por la sonda europea.
 
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