SOCIEDAD › CUARTO DETENIDO POR LA CASA DEL HORROR EN AVELLANEDA

“¿Contra quiénes estamos peleando?”

En una carta, la familia de la chica pidió sacar del caso al fiscal y a la Bonaerense. Hoy se reunirá con el presidente Kirchner.

Un hombre fue detenido ayer acusado de estar vinculado al homicidio de Yésica Mariela Martínez (“Marela”). Se trata de Julio Eduardo “El Loco” Guillén, de 22 años, primo de otro de los detenidos, Héctor Anselmo “El Nene” Sánchez, y quien además sería el albañil que enterró el cadáver de Yésica e hizo el contrapiso en la casa de Deán Funes al 300 de la localidad bonaerense de Avellaneda, donde el viernes pasado la Policía halló dos cadáveres: el de Yésica y el de Mónica Vega, de 13, en el pozo ciego de ese domicilio. Los padres de Marela, como ellos la llamaban, recordaron en una carta sus denuncias contra los Sánchez y los indicios en su contra. Y se preguntaron “contra quién estamos peleando”: “Tuvo que ocurrir un nuevo asesinato para que la verdad saliera a luz”, se indignaron y pidieron el apartamiento del caso del fiscal y la policía provincial. Hoy se reunirán con el presidente Néstor Kirchner.
Pareciera que el horror y la complicidad en el homicidio de Marela se habían instalado en los miembros de la familia que vivían en el domicilio de Deán Funes: El Nene Sánchez, principal sospechoso, que fue detenido el sábado; su hermano Hugo “Bebe” Sánchez y su pareja Elizabeth Frutos, arrestados el viernes y “El Loco”, primo del “Nene”, cuarto y, hasta el momento, último detenido en la causa, tras un allanamiento realizado ayer en la casa por la Delegación de Investigaciones (DDI) de Lomas de Zamora.
La detención de Guillén, el albañil que habría realizado las reformas en la vivienda donde encontraron los cadáveres, fue a partir de los dichos de un testigo de identidad reservada que declaró haberlo visto trabajando con palas en la casa donde fueron hallados los cadáveres los días en que desaparecieron las dos chicas. Según el testigo, los trabajos fueron efectuados por El Loco, El Nene y El Bebe. Los cuatro detenidos declararon ayer hasta altas horas de la noche ante el fiscal Carlos Hassan.
Precisamente, a la vuelta del lugar donde fueron encontrados los cuerpos vivía Marela, en Montes de Oca 470, donde ayer los padres, Víctor Martínez y Dominga Quiroga, afirmaron en una carta hecha pública que “cada vez que señalamos el rumbo que debía tomar la investigación se intentaba tender sospechas sobre nosotros y se desestimaban nuestras opiniones, a pesar de que Marela fue vista por última vez en el domicilio de los acusados, a pesar de los antecedentes de violación del principal acusado, de las declaraciones contradictorias y demás indicios que fueron desatendidos por el fiscal Devoto y las autoridades policiales intervinientes en la primera etapa de la investigación penal. Por eso nos preguntamos contra qué estamos peleando”.
Al frente de la vivienda, y ajados por el tiempo, todavía están pegados los afiches con la foto de Marela con la leyenda “Me Buscan”, como si los padres no pudieron creer que su hija esté muerta. El Nene fue trasladado de la Comisaría 1ª de Avellaneda, donde están alojados los tres restantes detenidos, a una cárcel de San Justo, en el partido bonaerense de La Matanza, por razones de seguridad y por expreso pedido de la abogada de los padres de Marela, Mariel Schneider.
La investigación de la Policía Bonaerense y del fiscal de Lomas de Zamora Andrés Devoto fue duramente criticada por el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, quien asistió a la morgue judicial donde fueron llevados los cuerpos de las nenas. El funcionario dijo entonces que pediría el apartamiento del caso de los efectivos provinciales y la “remoción” de las autoridades de la comisaría 1ª de Avellaneda, por la “desidia” e “impunidad” con la que manejó el caso.
Los padres de Marela reconocieron el cuerpo, que presentaba un avanzado estado de descomposición, por la ropa que llevaba puesta al momento de su desaparición, el 19 de octubre pasado, cuando había ido a un kiosco para comprar un regalo por el Día de la Madre. El cadáver de Mónica, la otra chica, había sido hallado en la madrugada del viernes último, desnudo y en posición fetal, en un pozo ciego de la casa de los Sánchez. Al continuar con las excavaciones, la Policía encontró otra chica muerta, envuelta en una sábana y oculta en un contrapiso tapado con cerámica. Era Marela. En la carta que los padres difundieron ayer, además de reclamar el apartamiento del fiscal y la Policía Bonaerense del caso, solicitaron la intervención de la comisaría 1ª de Avellaneda y pidieron también la participación de la Policía Federal y el seguimiento del caso por parte del ministro de Justicia, Gustavo Beliz.
Los familiares de las víctimas pidieron que mañana se prenda un vela “en todos los hogares del país”, entre las 19 a 19.05, en homenaje a las niñas. “Nuestra hija Marela –afirman Víctor y Dominga– cumpliría diez años dentro de un mes, el 21 de marzo. Volvería a la escuela el 8 de marzo, compartiríamos su sonrisa todos los días y estaría junto a sus hermanos siempre”, si no hubiera entrado a la casa de los Sánchez, la casa del horror.

Informe: Silvia Marchant.

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La familia de Marela hizo públicos sus cuestionamientos.
Pidieron la intervención de la Comisaría 1ª de Avellaneda.
 
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