SOCIEDAD › QUISIERON COBRAR POR UN SECUESTRO Y TERMINARON DETENIDOS

Cómo negociar su propio rescate

A una abogada de Beccar le robaron el celular. La mujer llamó, haciéndose pasar por un familiar. Le dijeron que la dueña del móvil había sido secuestrada. Hizo la denuncia y acordó el pago de un rescate. Tras un tiroteo, los dos secuestradores truchos fueron detenidos.

Una abogada, matriculada en San Isidro, asumió el curioso rol de “negociar” el pago de su propio secuestro, aunque ella estaba libre como un pájaro. El extraño caso comenzó cuando la abogada Mónica Graciela Iglesias fue asaltada por dos jóvenes que la interceptaron cuando llegaba a su casa, en Beccar, partido de San Isidro, en compañía de su pareja, Francisco Maschio, de la misma profesión. Los delincuentes les robaron el dinero, una campera, el celular y el auto en el que se movilizaban. Cuando se dirigían a realizar la denuncia, en una comisaría de Boulogne, la abogada resolvió hacer un llamado a su celular, en poder de los ladrones, aunque se hizo pasar por una prima suya. Ante la posibilidad de sacar un dinero extra, uno de los delincuentes le dijo a la supuesta “prima” que tenían en su poder a la abogada Iglesias y pidió un rescate por el “secuestro virtual”, una modalidad en auge. Iglesias siguió el juego y prometió pagar el rescate en la zona de José León Suárez, partido de San Martín. La abogada dio aviso a la policía que, previo tiroteo, detuvo a los falsos secuestradores, dos jóvenes de 18 y 17 años.
El cuento del tío comenzó a gestarse en la noche del domingo. Cerca de las 21.30, los abogados Iglesias y Maschio fueron asaltados por dos ladrones. Luego de amenazar a la pareja con sus armas, los delincuentes se llevaron dinero, objetos de valor, el auto y el teléfono celular. La mujer llamó a su propio celular y uno de los asaltantes comenzó con ella –quien dijo que era “la prima de la abogada Iglesias”– una negociación orientada a fijar el pago de un rescate por la vida de la supuesta secuestrada.
Iglesias siguió el juego y estableció un principio de acuerdo, en cuanto a la cifra del rescate, cuyo monto fue mantenido en reserva por los investigadores. Luego de prometer un futuro contacto, la mujer hizo la denuncia en la comisaría de Boulogne, cuyos efectivos montaron un operativo para tratar de dar con los asaltantes, siguiendo la señal satelital del celular. Con la autorización expresa del fiscal de Boulogne, Ricardo Costa, un agente de policía se hizo pasar por otro pariente de la abogada supuestamente secuestrada. De ese modo se acordó un monto y un lugar de pago, en una zona poco transitada de José León Suárez.
El pago del rescate, tal como habían planificado los uniformados a cargo del operativo, fue realizado por una mujer policía. Uno de los delincuentes cobró el rescate, mientras el otro se mantenía a una distancia prudencial de 200 metros. Cuando los dos comenzaron el escape, fueron perseguidos por una comitiva policial y se produjo un enfrentamiento a tiros. “Los jóvenes se defendieron a balazos y trataron de escapar, pero fueron detenidos sin que se produjeran heridas en ninguno de los dos bandos”, hizo saber ayer una fuente policial.
Los ladrones se entregaron y la policía pudo secuestrar una pistola, el celular de la abogada y la campera del abogado. Uno de los detenidos tiene 18 años y fue puesto a disposición del fiscal Ricardo Costa, mientras que el chico de 17 años fue derivado a un juzgado de menores. Los dos vivían en Villa Hidalgo, un barrio precario ubicado en José León Suárez. Hasta anoche no se había informado si tenían antecedentes, aunque la evaluación previa indicaría que “son dos ladrones con muy poca experiencia, que cayeron fácilmente en la trampa”, comentó uno de los investigadores. El auto en el que iba la pareja asaltada fue hallado en las cercanías de la villa Las Ranas, en Villa Ballester.
Los cargos, según adelantó el fiscal Costa, son por robo doblemente calificado por el uso de arma y en poblado y en banda, extorsión en grado de tentativa y atentado y resistencia a la autoridad, por el tiroteo previo a la detención. La moda de los secuestros “virtuales”, es decir falsos, comenzó a principios de año. Al comienzo se hicieron amenazas a los padres de chicos que estaban de vacaciones. Les decían que su hijo estaba secuestrado y se le pedía el pago de un rescate en efectivo y tarjetas telefónicas prepagas.
Un matrimonio de Traslasierra, en Córdoba, pagó tres mil dólares en efectivo y 210 pesos en tarjetas para que liberaran a un hijo suyo que nunca había sido secuestrado y que estaba de vacaciones en la playa, ignorando lo que sucedía. Para convencer a las víctimas del engaño, los delincuentes de más experiencia suelen hacer una descripción detallada de la presunta víctima, lo que permite pensar que hacen inteligencia previa y que no son “tan improvisados como los chicos que cayeron presos” ayer, comentó una fuente policial.

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Durante el asalto, le robaron el celular, y a la abogada se le ocurrió llamar a los ladrones.
 
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