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La actividad del turismo cobró fuerza en los últimos dos años ayudada por la coyuntura posdevaluación. Pero para darle un nuevo impulso, el Gobierno envió al Congreso un proyecto para sancionar la Ley Nacional de Turismo, que declara a la actividad como “estratégica y esencial para el desarrollo del país”. La Cámara de Diputados trataría el texto en la sesión de la semana próxima y, según las estimaciones que barajan en la propia Secretaría de Turismo de la Nación, el proyecto se convertirá en ley “antes de fin de año”. El texto contempla multas de hasta 100 mil pesos para los que infrinjan la norma. También establece la actividad como “un derecho social”: prevé la elaboración de un plan nacional para que los sectores de menores recursos “puedan viajar”, explicó a Página/12 el secretario de Turismo de la Nación, Enrique Meyer.
Esta norma sirve de marco para otros proyectos de ley encuadrados dentro de esta actividad, que se presentarán en los próximos meses. Estas iniciativas anexas estarán destinadas al ordenamiento de los feriados, a crear una normativa para los agentes de viajes, para los hoteles y tiempos compartidos, y tampoco se descarta actualizar la ley de turismo estudiantil, según anticiparon fuentes de la Secretaría.
El proyecto contempla la creación de nuevos institutos para “promover y regular el turismo como actividad socioeconómica, estratégica y esencial para el desarrollo del país”. Así, crea el Instituto Nacional de Promoción Turística, que apunta a ejecutar planes y programas para “promocionar la Argentina en el exterior, aprovechando la coyuntura con el tipo de cambio”, puntualizó Meyer. Además, crea el Comité Interministerial de Facilitación Turística, que será presidido por el secretario de Turismo e integrado por todas las provincias, para resolver los asuntos administrativos que surjan de la actividad. También establece por ley el funcionamiento del Consejo Federal de Turismo, que actualmente funciona con el fin de tratar la organización y planificación de actividades turísticas.
El texto crea, además, el Fondo Nacional de Turismo, que se compone de aportes privados, donaciones, publicidades y otros ingresos al Estado, y el Programa Nacional de Inversiones Turísticas, que prevé la distribución de créditos a las provincias para financiar proyectos vinculados al sector. En 2003, la actividad recaudó en total unos tres mil millones de dólares en el país. Según estimaciones de la Cámara del Turismo, este sector representa el 7,7 por ciento del PBI, pero la meta del Gobierno es que el sector llegue en los próximos cinco a diez años a ocupar el 11 por ciento del PBI argentino.
La Ley Nacional de Turismo reemplaza a la ley vigente, que data de 1957, cuando el sector era “radicalmente diferente” a la actualidad, señaló Meyer. La iniciativa actual tiene como objetivo “la protección y aprovechamiento de los recursos y atractivos turísticos nacionales, resguardando el desarrollo sustentable”. Según los fundamentos del texto enviado por el Ejecutivo, resulta “prioritaria dentro de las políticas del Estado”. Contempla, además, la posibilidad de otorgar incentivos de fomento turístico, entre los que se encuentran beneficios y estímulos para la realización de programas y proyectos.
El texto fue presentado en junio último por el presidente Néstor Kirchner en Casa de Gobierno. “El proyecto también fue exhibido en la Cumbre de Ministros, realizada este mes en Costa Rica, y aceptado por unanimidad por el resto de los países de Latinoamérica”, sostuvo Meyer.
Tras la presentación del Ejecutivo, comenzó el debate no sólo de las comisiones de la cámara baja, sino también la búsqueda de consenso con el sector privado. Tres meses después, los diputados parecen dispuestos a levantar la mano a favor de esta iniciativa en la próxima sesión, que se llevará a cabo el próximo miércoles. Incluso, el debate de días atrás por la creación de la empresa estatal de energía Enarsa –que se extendió por más de 9 horas– obligó a postergar el tratamiento del proyecto, a pesar de la visita del secretario de Turismo, Enrique Meyer, en la Cámara baja. Antes de que los legisladores terminaran de redondear el dictamen de comisión, el propio funcionario acudió a Diputados para explicar los alcances del proyecto. La decisión del Ejecutivo es impulsar “una política federal de Turismo para hacer de la Argentina un país turístico competitivo”, dijo. Antes de alcanzar el dictamen, las objeciones vinieron del lado del radicalismo, que planteó que las tareas de planificación deberán ser compartidas por la secretaría con los gobiernos provinciales, tal como sucede actualmente. Sin embargo, el proyecto aprobado en comisión indica que es la secretaría la que deberá “planificar el plan de inversiones y obras públicas turísticas”.