SOCIEDAD › EL VATICANO PROHIBIO ORDENAR CURAS HOMOSEXUALES

Ser gay no es un sacerdocio

El Vaticano publicó ayer la instrucción aprobada por el papa Benedicto XVI que pide a los obispos de la Iglesia Católica que cierren el acceso al sacerdocio a seminaristas homosexuales, considerados —por su orientación sexual— inadecuados para asumir esa misión. Así, quedó fijada la política hacia los gays en el sacerdocio de la Iglesia Católica, cuya doctrina señala que se trata de una sexualidad “intrínsecamente” equivocada.
La medida fue ordenada por el fallecido papa Juan Pablo II, luego de que estallaran varios escándalos de abusos de alumnos y pupilos perpetrados por sacerdotes.
El Vaticano, dice el documento, ordena impedir la ordenación de seminaristas que practican la homosexualidad o los que presentan “tendencias homosexuales profundamente arraigadas”, o que apoyan a la “cultura gay”. En medio de las disposiciones, recomienda evitar “toda discriminación” y señala que los hombres que hayan logrado vencer lo que describe como “tendencias homosexuales” durante los tres años previos a su solicitud de ingreso a los seminarios, podrían ser admitidos.
El texto, elaborado por la Congregación para la Educación Católica, provocó acalorados debates en los últimos días cuando se filtró a la prensa y fue publicado anticipadamente el 13 de noviembre pasado por la agencia católica italiana Adista, bajo el título “Limpieza ética”. La Instrucción fue aprobada por Benedicto XVI el 31 de agosto de 2005 y firmada el 4 de noviembre pasado por el Prefecto para la Congregación de la Fe, el cardenal Zenon Grocholewski.
El trabajo, de nueve páginas, tiene como título “Criterios para el discernimiento vocacional respecto a las personas con tendencias homosexuales en vista de su admisión al seminario y a las órdenes sacras”. El texto consta de tres capítulos y una breve introducción con una referencia indirecta a los casos de los curas paidófilos, donde se afirma que el “tema particular” de la admisión o del rechazo de los homosexuales en los seminarios “se hace más urgente por la situación actual”.
“Si un candidato practica la homosexualidad o presenta tendencias homosexuales profundamente arraigadas, su director espiritual, así como su confesor, tienen el deber de disuadirlo”, dice el documento.

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