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“Haciendo psicodrama en grupo, discutiendo sobre el país, las personas se sienten más responsables de las cuestiones cuidadanas. Es una oportunidad para que los argentinos que están buscando fortalecerse para asumir su propia historia empiecen a escribirla de una forma más participativa y más intensa”, consideró, en diálogo telefónico con Página/12 desde San Pablo, la pedagoga y psicodramatista brasileña Marisa Nogueira Greeb, quien coordinó la primera jornada de psicodrama colectivo que se realizó el 21 de marzo de 2001 en esa ciudad, en alrededor de 150 puntos, con la participación de más de 8000 vecinos, a instancias de la alcaldesa del PT Marta Suplicy, también psicodratamista.
Hace dos meses Greeb hizo una “visita solidaria” a la Argentina, para interiorizarse a través de sus colegas sobre la movilización ciudadana generada a partir de la profundización de la crisis. De esos encuentros surgió la iniciativa de repetir la experiencia paulista en el país.
–¿Qué efectos tuvo aquella jornada en San Pablo?
–Rompió con los modos conservadores de tratar la política en la ciudad y se descubrió que es más interesante la política de grupos que la política de masas. Fue un acto revolucionario en el sentido de sembrar ciudadanía y terminó en la creación de un Movimiento de Etica y Ciudadanía. Por eso pensamos en repetirla en Argentina. ¿Por qué no hacer un psicodrama del país en este momento en que hay tanto involucramiento de las personas? A través de las asambleas barriales, los argentinos están apelando de vuelta a su alma ciudadana. Por eso se nos ocurrió pensar como disparador preguntas como qué país queremos, qué podemos hacer con él cada uno de nosotros, para dejar de depositar la responsabilidad en los otros. Como la democracia es representativa, se tiende a depositar en los otros las responsabilidades.
–¿Cómo explica la expansión que tuvo la propuesta a otros países?
–Como al poco tiempo de empezar a trabajar para esta jornada en Uruguay comenzó el problema del corralito, se nos ocurrió invitarlos a sumarse. Nosotros, en Brasil, estábamos en plena campaña electoral: no podemos depositar toda la responsabilidad en Lula, entonces, también lo vamos a hacer acá. Y cada día nos empezaron a llegar e-mails confirmando la participación de una nueva ciudad de otros países latinoamericanos. Todos pensamos que otra América es posible. Después se amplió a Europa en apoyo a otra América, una América con más equidad, más independiente, menos sumisa a los deseos de los imperios. Al menos, lo estamos intentando.
–¿Por qué en las plazas?
–Pensamos que sería muy significativo desde el punto de vista simbólico la toma de los espacios públicos.