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Si se generalizara el uso del cinturón de seguridad en la Argentina, se salvarían 1000 vidas por año en accidentes de tránsito, según un especialista en seguridad vial. Pero el “si...” que encabeza este párrafo también resume las cuestiones que la decisión del gobierno porteño deja abiertas: la principal –destacó otro especialista– es que el control sea un programa sostenido en el tiempo, y no una campaña transitoria. El programa debería apuntar a convertirse en una política de Estado en la ciudad, más allá de quién estuviera en el gobierno. Y los primeros en cumplir la normativa deberían ser los conductores y médicos de las ambulancias municipales y los policías de los patrulleros, que hasta hoy incumplen la normativa que deberán controlar. Por otra parte, hay datos auspiciosos: en una encuesta, el 81 por ciento de los conductores estuvo a favor del control del uso de los cinturones, y entre 1998 y 2000, cuando hubo un programa relativamente sostenido, el cumplimiento de la norma se duplicó.
“En países donde se generalizó el uso de cinturones de seguridad, la cantidad de muertos en accidentes de tránsito disminuyó hasta un 40 por ciento”, señaló Eduardo Bertotti, titular del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV). Alberto Silveira, de Luchemos por la Vida, estimó que “de los 7055 muertos por el tránsito que hubo el año pasado, unos mil se habrían salvado de haber usado cinturones de seguridad”.
El ruego de Bertotti es “que esto no resulte ser una campaña aislada sino un programa que apunte a generar una política de Estado y que se sostenga en el tiempo, con evaluaciones periódicas. España, por ejemplo, se maneja con planes trienales”. Bertotti recordó que “entre 1998 y 2000, la ciudad instrumentó un programa a cargo de AUSA –‘Abrochate a la vida’–, que, pese a sus limitaciones, logró llevar al 20 por ciento el uso del cinturón; pero se discontinuó y la utilización volvió a caer a la mitad”.
Según destacó Silveira, “los controles deben generalizarse en distintos puntos de la ciudad, deben efectuarse también de noche y en feriados. Y el uso de cinturón debe empezar por los funcionarios: muchos choferes y médicos del SAME no los emplean, y tampoco lo hacen muchos policías en los patrulleros”. Bertotti subrayó “la importancia de contar con una agrupación policial de tránsito específica y prestigiada: en España, son los policías mejor pagos, los más capacitados”.
Esta semana, Luchemos por la Vida efectuó una encuesta sobre 487 conductores que iban a renovar su registro: a la pregunta “¿Considera que el cinturón de seguridad es útil en caso de accidente?”, el 98 por ciento contestó que sí; a la pregunta “¿Está de acuerdo con que se controle su uso?”, “para nuestra sorpresa, la mayoría, el 81 por ciento, contestó: ‘Sí’”, revela Silveira.