SOCIEDAD › POR QUE MANUEL TRUJILLO

Un rostro águila

Por S. A.

Al llegar a Nueva York, a finales de los ’60, se recuerda como un joven psiquiatra con muchos intereses en las humanidades, la poesía, la literatura, y muy pocos conocimientos de su profesión; aunque ejercía en Sevilla y ganaba dinero, e incluso tenía un par de “arreglitos de esos que surgen en España”: era médico de los grandes hoteles, un trabajo que le había pasado un médico amigo de la familia por saber inglés. Entonces, en España, la psiquiatría institucional tenía un modelo basado en manicomios y en consultas privadas, y el doctor Trujillo sabía que existía un fermento de visiones nuevas: el psicoanálisis, la psiquiatría comunitaria... Era la época de Marcuse, de los grandes desafíos conceptuales. Decidió irse a Estados Unidos, país al que confiesa amar profundamente, para hacer la especialidad durante un par de años. Luego se quedó otros dos, y así hasta hoy.
Su físico es convencional: estatura mediana, ni gordo ni flaco, poco pelo; hasta que una se fija en su perfil, justo en el triángulo que forman la ceja y el pómulo, con el ojo moviéndose en su interior. Entonces Trujillo se parece a un águila. Y ni siquiera la risa permanente con que acaba todas sus respuestas, o la sabiduría con que se toma la existencia humana –ése regalo, como él lo llama–, te dejan olvidar la mirada de águila que se entreve a medias y donde se muestra toda la listeza de este andaluz que trabaja en Nueva York, donde es director de psiquiatría del hospital de Bellevue, profesor en la universidad y ciudad en la que su labor tuvo una gran incidencia tras el desastre de los atentados del 11 de septiembre. En su consulta de psiquiatría, sus pacientes le dicen: “Doctor, es que usted es irrefrenablemente optimista”. En caso de necesidad, no lo duden, es capaz de poner en orden cualquier cabeza.

Compartir: 

Twitter

 
SOCIEDAD
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.