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Domingo, 4 de marzo de 2007

RESTRICCION ENERGETICA Y CENTRALES HIDROELECTRICAS

Turbinas en el agua

Un estudio privado asegura que la producción de energía mediante el aprovechamiento de los ríos es fundamental para garantizar el suministro a mediano y largo plazo.

 Por Leandro Renou

En los últimos años, la energía se ha constituido en pilar fundamental en el proceso de reactivación económica. El crecimiento de la demanda eléctrica consumió el excedente de energía del cual se disponía. ¿Cuál debería ser, entonces, la fuente principal para producir más energía? Dada la coyuntura energética nacional e internacional, el país tiene necesidad de equilibrar su parque generador para no prolongar la actual dependencia del gas natural. “Se necesita mayor oferta eléctrica, de eso no hay dudas, sin desequilibrar aún más la actual matriz energética”, explicaron a Cash técnicos de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec), consultora especializada en el sector que está elaborando un trabajo que pretende explicar la necesidad de que la próxima central debería ser hidroeléctrica.

Y la idea no es un capricho: actualmente importamos de Bolivia el equivalente al 5 por ciento del consumo interno de gas, pero teniendo en cuenta los acuerdos ya firmados se espera que esa cifra suba hasta un 25. Es decir, va a crecer la dependencia del gas, lo que pondría en una posición compleja si, por ejemplo, el gobierno de Evo Morales decidiera de un día para el otro negociar un precio más alto del fluido o bien la nación que preside cayera en crisis política o social alterando, por diferentes razones, la provisión. A esto habrá que sumarle que como consecuencia de una declinación en los procesos de inversión para la extracción y producción de petróleo y gas, a partir de 2004, Argentina comenzó a padecer dificultades para atender simultáneamente el crecimiento del consumo interno y las mayores demandas de los países vecinos, especialmente Chile.

Por esa razón y teniendo en cuenta que los nuevos emprendimientos energéticos de privados tienden, por una cuestión de menor inversión inicial, a ser termoeléctricos, Fundelec comparó la estructura de costos de ambas fuentes. El saldo de esa investigación, al que tuvo acceso este suplemento, indican que el Costo Unitario de Instalación de una usina alimentada a gas ronda los 600 dólares por kw, mientras que en la hidráulica la cifra llega a los 1500 dólares. En cuanto a los valores de Operación y Mantenimiento, la termoeléctrica necesita un 11 por ciento por kwh, y la hidráulica sólo un 4.

“Por otra parte –explica Hugo Rodríguez, técnico de la fundación–, se deben sumar, para el caso de generación térmica, los costos adicionales por rutinas de análisis periódicos de gases de escape y el agregado de plantas de desmineralización de agua para ayudar a reducir las emisiones de NOx (responsable de la lluvia ácida) que implican una inversión adicional de 3500 dólares por mw instalado y eventualmente reforestaciones para reducción de partículas arrastradas por vientos y temperaturas que afectan directamente la eficiencia de las instalaciones”. Esto hace que la brecha de gastos generales de las centrales se acorte, manteniéndose, sí, la diferencia temporal en los plazos de ejecución y puesta en marcha: un año para la termoeléctrica y un mínimo de tres años con un máximo de cinco para la central hídrica.

Además, el informe de precios se completa con un plan para incentivar la inversión privada en generación hidroeléctrica a través de la confección de un fondo fiduciario –Fondo de Desarrollo Hidroeléctrico, según la denominación del informe– administrado por el Estado, que volvería a delegar la construcción de las represas en privados, reservando su rol planificador y coordinador. Respecto de las dudas que genera en los inversores la manera en la cual se recupera el dinero invertido, Rodríguez explicó que “se puede dividir la inversión total de una nueva central hidroeléctrica en tercios, con un plazo de recuperación a cuatro años por unidad comparativa de 100 mw de una instalación térmica, de este modo si para una unidad comparativa termoeléctrica de 100 mw con puesta en marcha a un año, su plazo de repago concluye al quinto año, es aceptable que para una hidroeléctrica, que requiere una inversión aproximadamente tres veces mayor, su plazo de repago concluya el quincuagésimo año”.

No obstante lo mencionado y con referencia al impacto medioambiental del CO2 (responsable del efecto invernadero) el informe destaca que la producción de este gas es de 900 kg /mwh para un ciclo abierto o diesel, de 560 kg /mwh para un ciclo combinado contra “cero” de una instalación hidroeléctrica.

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Una central hidroeléctrica implica más inversión que la construcción de una termoeléctrica.
Imagen: Télam

Claves

El país tiene necesidad de equilibrar su parque generador para no prolongar la actual dependencia del gas natural.

En el sector se está elaborando un trabajo que pretende explicar la necesidad de que la próxima central debería ser hidroeléctrica.

Se prepara un plan para incentivar la inversión privada en generación hidroeléctrica a través de la confección de un fondo fiduciario.

Es más cara que una central térmica, pero es menos costoso su mantenimiento y no es contaminante.

 
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