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Domingo, 4 de agosto de 2002

LO QUE LAVAGNA LE PODRIA DECIR A PAUL O’NEILL

El memorándum secreto

Muchos piensan que el encuentro entre Lavagna y O’Neill va a ser un ejercicio en futilidad. Pero no necesariamente, dice esta nota.

 Por Claudio Uriarte

El inminente arribo de Paul O’Neill ha dado lugar a una serie de memoranda con distintos y conflictivos enfoques del script discursivo más apto para Roberto Lavagna frente al ilustre visitante. Uno de esos resúmenes puede haberse leído así:
“Bienvenido a la Argentina, señor secretario, bienvenido. Primero que nada, déjeme que le diga que usted me gusta un montón, y que aprecio sinceramente los esfuerzos que ha hecho para comprender la situación argentina. Pero lamento tener que decirle que esos esfuerzos aún no han ido lo suficientemente lejos. En estos momentos, la economía de Estados Unidos tiene un problema de credibilidad, y no veo por qué razones los plomeros y los carpinteros argentinos que quedan deban pagar por un esquema de codicia empresaria, irresponsabilidad impositiva y alto gasto público que no equivalen, realmente, a un programa sustentable. A veces pienso que les gusta ser así: los republicanos, en más de 20 años, ni siquiera han sido capaces de presentar un presupuesto equilibrado (o de mantener el que heredaron). Desde luego, cada país es dueño de hacer lo que quiera, pero para mí, como ministro de Economía de la Argentina, esto tiene una sola traducción posible: no hay ni habrá dinero del FMI para la Argentina, por la simple razón de que Estados Unidos, que es el principal contribuyente del FMI, se ha quedado sin dinero. En otras palabras, señor Secretario, estamos muy conmovidos por su gesto de costearse hasta acá en estos momentos difíciles, pero mucho me temo que su visita ha sido enteramente superflua.
“Por favor no me malinterprete; no querríamos dar estos pasos, pero lamentablemente, y hasta que Estados Unidos se embarque en un camino de crecimiento sólido, nos vemos obligados a suspender nuestros vínculos con ustedes. Usted sabe: “business are business”, y esto no es nada personal: lo sabe; la economía es lo más pragmático que hay, y atarnos a un cuadro de defraudaciones contables seriales, pánicos bursátiles, déficit creciente y crecimiento estancado, simplemente por lo que pueda venir después, sencillamente no es viable. Cuando hicimos los convenios múltiples de cooperación militar, logística y táctica con las FARC, el ELN, las AUC, los cocaleros de Bolivia, Ecuador y Perú, el general Lino Oviedo en Paraguay, los negociantes árabes en Ciudad del Este y los Sin Tierra en Brasil, it was the economy, stupid; un capitalista que se precie vende cualquier cosa, sean pianos o salchichas, acero o caramelos, según su ventaja comparativa; y en estos momentos, la oportunidad de formar una masa crítica con base en el narcotráfico, los capitales árabes y persas que financian a Osama bin Laden y los intereses de Rusia y China fue demasiado tentadora como para desaprovecharla: ya se han reactivado el misil Cóndor y el programa nuclear; ya las pampas argentinas tienen nuevos cultivos y aeródromos; ya hay nuevas facilidades de montaje militar offshore para quien quiera y pueda pagarlas pagarlas, y eso, para decirle la verdad, ha generado un tremendo flujo de inversiones y una multiplicación del número de argentinos con empleo. En realidad, esto no debería ser una sorpresa para ustedes, que desde el 11 de septiembre han dicho que las bases más lógicas para Bin Laden y los de su clase son los llamados ‘failed states’, los estados fracasados”.
“Le deseo un muy buen regreso a Estados Unidos, señor secretario. ¡Ah!, dicho sea de paso; me enteré que estuvo de gira por Africa con Bono, y por eso me permití reservarle, para la última noche que pasará en Buenos Aires, un tour de la Villa 31 acompañado por Fito Páez. Have a nice evening.”

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