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Domingo, 27 de julio de 2008

E-CASH DE LECTORES

Infamia

Una vez más queda demostrado que en un mundo donde el factor económico prevalece sobre cualquier otra consideración, por más humanamente valiosa que ésta sea, el verdadero poder no reside en los gobiernos que sólo cuentan con los votos de la mayoría de los ciudadanos sino en las corporaciones de mayor peso económico. No podemos olvidar tampoco la gratuita contribución que estúpidamente hacen a ese Poder algunos sectores de la población magistralmente definidos por Jauretche. Es por eso que cuando los pseudo periodistas independientes, que profanan el ejercicio de su profesión, agreden groseramente al gobierno democráticamente electo a la vez que disimulan u ocultan descaradamente las barbaridades que cometen esas corporaciones, no están haciendo otra cosa que servir sumisa y arteramente al verdadero Poder. Desde que comenzó el conflicto con el campo, los ciudadanos comunes hemos visto consternados cometer públicamente a sus dirigentes toda clase de delitos, desde el corte de rutas, el desabastecimiento, las salvajes agresiones a todos aquellos que no pensaban como ellos hasta violentas presiones y amenazas a los legisladores. ¿Qué validez jurídica y política puede tener una decisión adoptada por un Congreso amenazado públicamente de la manera en que éste lo fue? ¿Qué escándalo hubieran hecho los medios si los que hubiesen cambiado su voto hubieran sido legisladores de la oposición y no los pusilánimes que traicionaron su mandato? ¿Cómo un reclamo supuestamente justo y canalizado institucionalmente y no de la manera violenta en que lo fue puede poner en peligro la paz social? Por eso afirmo que, mucho antes que el Gobierno, aquí perdió el pueblo argentino y la democracia, y que una inmensa cuota de responsabilidad le cabe por ello al infame periodismo que caracteriza a los grandes medios de comunicación, vergonzosos servidores del Poder.

Francisco Jorge Martínez Peria
LE 7.737.709
Abogado

Monocultivo

La enorme mayoría de los que apoyan al mal llamado “campo” ignoran o “hacen como que...” que la soja transgénica es transgénica porque la modificaron para hacerla resistente al glifosato con el que fumigan los campos. El glifosato es un veneno que envenena (valga la redundancia con la que pretendo resaltar su poder ponzoñoso). Como todo monocultivo, perjudica la tierra, la desertifica. La gente del campo de verdad sabe que hay que rotar los cultivos (si un año sembraron soja, será otro vegetal al siguiente). El 54 por ciento de los terrenos cultivables de la Argentina ya están sembrados con esa soja, y eso es terrible. La avaricia, la voracidad y el egoísmo, por ahora, han triunfado. Gracias, autoritarios (los que lo hicieron posible), por sembrar muerte en nuestras tierras para abarrotar vuestros bolsillos.

Alicia Blanco
DNI: 10.120.670

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