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Por Ana Lia Milanesio

Los sectores vinculados a la sustitución de importaciones aumentaron su producción, en promedio, un 40 por ciento. Esa mejora se generó en un contexto de crédito casi inexistente y, por lo tanto, con aporte de capital propio como recurso para la recuperación de la actividad. En el comportamiento sectorial de ese proceso, el rubro de los textiles, calzados y cueros representó el 55 por ciento de la sustitución de bienes importados, proceso que actualmente está amenazado por la desaceleración de la economía brasileña, que está haciendo crecer las exportaciones hacia Argentina. En ese marco, ¿hay margen para continuar una dinámica sostenida de sustitución de bienes importados?
En la industria del calzado –sector predominantemente de pymes, con el 85 por ciento de las firmas con menos de 20 operarios– la producción global se incrementó un 26 por ciento durante el año pasado. “El sector del calzado tiene disponibilidad de capacidad productiva, tecnológica y humana para continuar con la sustitución de importaciones”, explicó a Cash, Carlos Bueno, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado. El empresario advirtió que actualmente “se está trabajando en un 70 por ciento de la capacidad instalada”, con espacio para diseñar nuevos productos porque “existen los insumos y el capital humano”. Para el industrial el acceso al crédito sigue siendo una materia pendiente. “Hace una década que las pymes sobreviven sólo del aporte de capital de las dueños, el crédito de los proveedores y el descubierto de cuenta corriente como único financiamiento bancario”, explicó.
En sintonía con la industria textil, los fabricantes de calzado observan una tendencia alcista en el ingreso de productos brasileños al mercado argentino, por lo que reclaman una política industrial para protegerlos. “En todo el mundo, la industria textil es administrada.” En tal sentido, Pablo Karagozian, empresario textil, expresó a Cash que la “estructura productiva del sector tiene un 30 por ciento de capacidad global para seguir creciendo. No alcanzamos un techo, como pregonaban algunos sectores, y por eso necesitamos importaciones para cubrir la demanda del mercado interno. El problema en el corto plazo es la invasión indiscriminada de los productos brasileños, porque naturalmente por razones de tamaño se termina imponiendo. No es que no podamos competir con Brasil, tenemos precio y calidad, de hecho exportamos hilados a un mercado competitivo como el de Estados Unidos”. En la Argentina se estima que el sector ocupa a 400.000 trabajadores, donde solamente el agrícola –cosecha de algodón– representa 150.000 puestos.