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Sábado, 19 de julio de 2003

INTERNACIONALES › SUBE EL DEFICIT Y CAE LA CONFIANZA EN LA ECONOMIA

George W. en caída libre

La Casa Blanca lo anunció con displicencia: el déficit del presupuesto será un 50 por ciento mayor que lo previsto en este año fiscal (y seguirá creciendo). Detrás del anuncio, está la determinación a seguir el camino de la ruina.

Por Claudio Uriarte

455.000 millones de dólares de déficit en lugar de 304.000 es una gran diferencia (del 50 por ciento, para ser precisos) y el alza de la estimación de la Oficina de Presupuesto de la Casa Blanca se produjo sólo en cinco meses. El dato indica que el modelo económico de George W. Bush sigue en caída libre, aunque Joshua B. Bolten, nuevo director de Presupuesto del presidente, eligió la interpretación opuesta: este déficit, dijo, es “manejable, si continuamos las políticas económicas pro-crecimiento y ejercemos una seria disciplina en los gastos”.
Traducción: la crisis se va a profundizar, con las previsibles consecuencias negativas para una economía internacional cuyos otros dos polos dinámicos –Europa y Japón– son cualquier cosa menos dinámicos. “Políticas económicas pro-crecimiento”, en la jerga particular del director de Despilfarro de la Casa Blanca, significa proseguir con los regalos impositivos a los ricos y corporaciones que generaron el déficit en primer lugar, y “seria disciplina en los gastos” la continuación de los recortes de ayuda federal a Estados que están al borde de la bancarrota –como el de California, primera economía de Estados Unidos–, pero que al presidente no le importan porque calcula que no van a votar por él en 2004 de todos modos. La hoja revisada de proyecciones señala también un déficit de 475.000 millones en 2004, 304.000 en 2005, 238.000 en 2006, 213.000 en 2007 y 226.000 en 2008. John Snow, el secretario del Tesoro, salió el viernes a intentar racionalizar esta crisis por la positiva, señalando que nadie quiere altos déficit y que se trabajará en los próximos años en pos de su reducción. Pero las nuevas sumas proyectadas, aun cuando no aparezcan nuevas revisiones al alza, representan casi dos billones de dólares en deuda nueva hasta el 2008, lo que sólo puede acentuar las preocupaciones –ya legítimas– de empresas e inversores. Tuvo que admitirlo hasta Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal. Pero Greenspan, un personaje que combina en dosis parecidas su afiliación republicana con su vanidad ante lo que él imagina que es su lugar en la historia, lo hizo en greenspanés clásico, admitiendo que estos déficit perjudican la recuperación, pero pintando un panorama inesperadamente optimista de la economía, en su presentación ante el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, el martes. Greenspan llegó a agregar que está dispuesto a bajar la tasa de interés de referencia aún más, aunque se encuentre ya en un 1 por ciento, el nivel más bajo en 45 años. Un poco más que baje, y se quedará sin tasa.
Uno de los golpes bajos con que la administración Bush está tratando de cubrirse es invocar los altos costos de la defensa y el antiterrorismo después del 11 de septiembre. Curiosamente, es un argumento en el que muchos sectores progresistas concurren, lo que parece basarse en una equitativa ignorancia de las cifras en juego y en una instintiva antipatía hacia el gasto militar. Pero, se piense lo que se piense de la política militar de Donald Rumsfeld, las cifras no encajan. Es cierto que los costos militares de la presencia estadounidense en Afganistán e Irak son de unos 5000 millones de dólares por mes; también es cierto que el gasto militar bajo George W. Bush se ha disparado un 50 por ciento desde los años superavitarios de Bill Clinton, a más de 300.000 millones de dólares. Pero ésta es una diferencia de algo más de 100.000 millones; con lo que más de 350.000 del nuevo déficit quedan en una especie de limbo explicativo. Y, si el patriotismo es el mejor refugio de un crápula (Samuel Johnson dixit), el énfasis sin tregua en las reducciones de impuestos muestra sin lugar a dudas qué porción de su programa el presidente no está dispuesto a sacrificar.

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El mundo

China registró un
crecimiento económico de 6,7 por ciento en el segundo trimestre, el más bajo desde 1991, a causa de la epidemia de neumonía atípica que golpeó principalmente el sector de servicios, pero también la agricultura.

La Comisión Europea gastó en Cuba 400.000 euros el año pasado, de los 7 millones de euros comprometidos, frente a los 12 millones destinados en 2001, indicaron en Bruselas fuentes del Ejecutivo europeo.

El desempleo en Ecuador se ubicó en 10 por ciento y el subempleo en 48,8 en mayo último, cuya población económicamente activa es de unos 4,6 millones de los cerca de 12,2 millones de habitantes, informó el Banco Central de ese país.

 
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