FINANZAS › FUERTE CAIDA DE LAS COTIZACIONES DE LAS ACCIONES
Y un día la fiesta terminó
Las excusas son varias, desde un cambio en el contexto internacional hasta el repunte de la inflación local. Pero lo cierto es que el mercado estaba inflado y llegó el momento de la toma de ganancias.
Por Claudio Zlotnik
¿Se pinchó el mercado? ¿Las acciones dejaron de ser un negocio atractivo? ¿Terminó el veranito en el recinto? Las dudas recorren las 20 manzanas de la city. Lo cierto es que las últimas turbulencias alarmaron a los financistas y se produjo una salida en manada. Para los inversores, la cuestión pasa por saber si se trató de un hecho aislado o si, por el contrario, hubo un cambio de tendencia en la plaza.
Así como se dan las rachas alcistas que parecen imparables, lo más probable es que ahora se produzca una corrección bajista de los precios. Un cambio de ciclo. Después del canje de la deuda, las perspectivas de un cambio en el contexto internacional y de una aceleración de la inflación alertaron a los inversores. Y se desató la histeria: en el peor momento, el índice MerVal llegó a caer 12 por ciento en una rueda y media.
Hubo dos hechos que encendieron las luces amarillas en el recinto:
n En el plano internacional, la suba de las tasas de mediano y largo plazo, que dan cuenta de los temores a que Alan Greenspan acelere el proceso de suba de la de corto plazo.
n También impactó la decisión del Banco Central de incrementar, aunque sea en forma leve, la tasa de interés de corto plazo, de 3,05 a 3,15 por ciento anual. Fue el primer retoque alcista en el costo del dinero en un año y medio.
En un mercado “sobrecomprado”, con una gran cantidad de inversores que se endeudaron para comprar papeles y sumarse a la fiesta, la mínima señal de que el panorama podría cambiar dio lugar a ventas masivas. Esos operadores que habían tomado cauciones se apuraron por desarmar sus posiciones. En algunos grandes fondos de inversión se activaron los denominados “stop losts” (parar pérdidas), que desembocan en liquidaciones de acciones cuando las cotizaciones perforan determinado nivel.
El hecho de que el ajuste de los precios se esté dando con altos volúmenes de negocios les hace pensar a los corredores que la tendencia bajista continuará. Otra señal negativa fue que la caída empezó con los papeles bancarios, el sector que suele dar inicio a los ciclos.
Los financistas prefieren esperar a tener más certezas sobre el panorama en Estados Unidos y, quizá más aún, de si la economía argentina convivirá con una inflación más alta a la estimada hasta ahora. En su programa monetario, Martín Redrado estimó que el índice de precios minoristas subiría un 8 por ciento como máximo. La última encuesta entre economistas organizada por la propia autoridad monetaria indica que el consenso ya se encuentra en 8,1 por ciento. Algunos son más pesimistas: el equipo del Banco Francés, comandado por Ernesto Gaba, ya ubica la inflación anual en el 12 por ciento.
La expectativa de una mayor inflación indigestó al mercado. En un escenario así se corre el riesgo de un enfriamiento de la economía y, por lo tanto, de menores ganancias empresarias.
En este contexto, en el microcentro ya hacen apuestas. Cada vez gana más consenso que el ajuste bajista acumularía otro 5 a 8 por ciento (un MerVal de 1350 a 1400 puntos). Y que recién la tendencia alcista se retomaría a mediados de abril. Siempre y cuando no se confirme que la Argentina entró en una espiral inflacionaria.