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Se sumará la Argentina al club de los países que declararon la cesación de pagos con los organismos financieros internacionales? En caso de que la respuesta a esa pregunta resulte afirmativa, el país compartirá cartel con algunos asiáticos y africanos que cayeron en default: Congo, Costa de Marfil, Irak, Liberia y Zimbawbe integran la lista de incumplidores con el Banco Mundial, por un total de 2284 millones de dólares. La Argentina por sí sola debe mucho más que eso. La deuda con el BM asciende a 9600 millones, mientras que el pasivo con el BID trepa a 8600 millones.
Esta comparación pone en evidencia que el no pago de la Argentina provocaría un serio desequilibrio en los balances de los organismos internacionales. Como ocurre con los grandes deudores, los prestamistas –en algún momento dichosos por haber dado con un buen cliente– sufren por las consecuencias que podrían deparar el incumplimiento de su principal deudor. En ese sentido, vale la pena conocer en detalle la relación crediticia entre el BM y el BID con la Argentina.
La exposición del BID y del Banco Mundial con la Argentina es una parte decisiva para comprender la actitud de cada uno de ellos frente a la crisis. Los 9600 millones que se le debe al BM representan el 8 por ciento del total de préstamos otorgados por la entidad. Y a la vez equivalen al 29,6 por ciento de su patrimonio neto. Pero las proporciones varían sustancialmente en el caso del BID. Uno de cada cinco dólares prestados por esta entidad se destinaron a la Argentina. Una proporción que se eleva al 65 por ciento si se compara el volumen de esos créditos con el patrimonio del banco. Con esos números, se entiende la mayor disposición de Enrique Iglesias, presidente del BID, a seguir negociando con el gobierno de Eduardo Duhalde antes que éste se declare en cesación de pagos, poniendo en una situación de elevada vulnerabilidad a esa institución internacional.
El pago más relevante que se avecina es con el Banco Mundial. Serán 723 millones de dólares más otros 79 millones en concepto de intereses. Si bien este compromiso está pautado para mediados del mes que viene, Roberto Lavagna tiene la posibilidad de abonarlo un mes más tarde. Esta postergación automática fue utilizada por el Gobierno en los últimos compromisos. No obstante, si el Gobierno ya está decidido a incumplir, sería interesante que lo hiciese antes de fin de mes: todavía restan pagar 98 millones al FMI; 151 millones al Banco Mundial y 49 millones al BID, entre vencimientos de capital e intereses de la deuda. En total: 298 millones de dólares.