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Miércoles, 22 de junio de 2005

AGRO › FUERTE CRECIMIENTO DE LA PRODUCCION Y EXPORTACION DE CARNE AVIAR

Los pollos salen volando

 Por Susana Díaz

Desde la salida de la convertibilidad la producción y las exportaciones de carne aviar no dejaron de crecer. La excepción fue 2002, cuando la caída del consumo interno se convirtió en el dato central. El cambio de tendencia a partir de entonces se explica también por la evolución favorable del ciclo internacional, con un mercado externo con buenos precios y demanda en expansión. En 2005, el dato clave será el aumento de las exportaciones, que en los primeros tres meses del año registraron una suba interanual del 67 por ciento.

De acuerdo con datos de la Secretaría de Agricultura, en 2004 se produjeron 866 mil toneladas de pollos, el 22 por ciento más que en 2003. De este total, se exportaron 89 mil toneladas por un valor de 78 millones de dólares. Como se ve, si bien las ventas al exterior son importantes, el grueso de la producción, prácticamente el 90 por ciento, se destina al mercado interno. Por eso, en términos de evolución de la industria local, fue particularmente importante la limitación a la entrada de pollos desde Brasil. El vecino país llegó a ser un problema para los productores argentinos. Para tener una idea de esto basta decir que una sola de sus plantas faena un volumen equivalente a la totalidad de la producción local. En su momento, Argentina no fue solamente un mercado de destino, sino de colocación de stocks excedentes, lo que explicaba las quejas por importaciones a precios de dumping. Pero desde el año pasado Brasil se convirtió en uno de los principales proveedores del mercado ruso. Además, la pequeña diferencia de tipo de cambio con Argentina actuó y continúa actuando como una barrera. El año pasado, las importaciones totales de carne aviar fueron de 12 mil toneladas, lo que significó una baja del 52 por ciento en valor.

Siguiendo las proyecciones de Agricultura, para 2005 se espera un aumento del 10 por ciento en la producción, que llegaría a las 920 mil toneladas. Las exportaciones, en tanto, podrían llegar a las 120 mil toneladas. Fuentes del sector frigorífico consideraron que estos cálculos son conservadores, ya que las exportaciones podrían llegar hasta las 150 mil toneladas y un millón la producción. De todas maneras, resulta claro que el crecimiento gradual del consumo interno no parece suficiente para acompañar lo que se espera crezca la producción, lo que vuelve clave la expansión de las exportaciones. Algo de esto ya se registró el año pasado, cuando la fiebre aviar en el sudeste asiático reforzó el proceso. Actualmente la Argentina exporta pollos enteros y deshuesados a Holanda y Alemania y carnes y derivados al sudeste asiático, China y Japón. Estos últimos dos mercados necesitan todavía consolidarse. Este año se espera abrir mercados en América del Norte, especialmente Canadá.

En el mercado interno, los años ‘90 dejaron su huella. Por un lado las multinacionales, entre ellas Cargill, abandonaron la plaza local por sus problemas de rentabilidad, lo que significa que hoy la totalidad de la producción es desarrollada por capitales nacionales. Por otro, los pequeños productores prácticamente desaparecieron. Los típicos criaderos de los llamados pollos parrilleros están en su gran mayoría integrados a los frigoríficos. En este segundo escalón las primeras diez empresas realizan el 70 por ciento de la faena, lo que habla de una gran concentración y, por lo tanto, de poder de fijación de precios. No obstante, los valores internacionales junto al poder de compra de los super mercados han actuado como reguladores. El precio que paga el consumidor final también está influido por el comportamiento de los mismos actores.

Las fuentes de la industria avícola destacan que continuar el aumento de la producción significa antes que nada realizar inversiones en el primer escalón, las granjas. Recientemente se conocieron algunos anuncios de inversiones futuras de capitales de origen netamente agrario (los Grobo en cercanías de Río Cuarto). La interrelación es evidente. El 60 por ciento del costo de producción de pollos lo representa la alimentación, fundamentalmente maíz. En última instancia, como sintetizan algunos productores, la producción aviar es el proceso de conversión del maíz en carne.

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