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Domingo, 18 de julio de 2004

E-CASH DE LECTORES

TIPO DE CAMBIO

¿Qué sucede cuando un país subvenciona sus exportaciones? Vemos el caso de los EE.UU. con subvenciones para el algodón. La potencia económica subvencionaba este producto debido a la gran cantidad de mano de obra que se utiliza para lograr la tela de algodón (materia prima con valor agregado). También es el caso de Argentina cuyo Banco Central emite dinero para mantener sobrevaluado el tipo de cambio real de las divisas, pero sin un objetivo específico de especialización como tampoco de empleo de mano de obra, sino con el objetivo de aumentar beneficios a empresas exportadoras, principalmente de commodities. ¿Es necesaria esa política económica para proteger la economía local? No, seguramente esta medida radica en paliar cambios estructurales locales indispensables para que nuestros productos ocupen posiciones internacionales competitivas. Durante casi una década existió la convertibilidad $ 1 = U$S 1. Al principio dicha medida estaba justificada en razón de haber logrado una estabilidad contra los ataques especulativos de inversiones volátiles. Tanto políticos como economistas creyeron que la estabilidad lograda era una panacea, no importando el posicionamiento de la producción argentina como tampoco el déficit de las economías provinciales que produjeron un endeudamiento creciente. Así, con la convertibilidad, el país soportó como pudo la importación de calzados chinos y brasileños, y hasta pollos, latas de tomate y arvejas también brasileñas. Algunos habitantes aprovecharon el tipo de cambio fijo que se fue subvaluando y viajaron a los lugares que viajan las personas más ricas del planeta (Egipto, Caribe, Polinea, etc.). Otros pocos habitantes aprovecharon para comprar el auto importado o camioneta importada de sus sueños. Lo que no pareció importarles a los políticos y economistas fueron los miles de fábricas que cerraron, al resultar más negocio importar que producir en Argentina, y sobre todo gastar y endeudarse. Hasta que la ficción de la convertibilidad trajo a la realidad una economía excesivamente endeudada y con mucha mano de obra desocupada. Luego, el estallido socioeconómico se continúa regulando el tipo de cambio. Esta vez de forma contraria a la última etapa de la convertibilidad, sobrevaluando el mismo y beneficiando a los exportadores. Y los efectos también son los contrarios; vendrán turistas, se exportarán muchos cereales y ganado, y sólo se importarán productos necesarios del exterior. Quizá lo positivo sea que ingresan divisas, ¿pero se justifica sobrevaluar la cotización de las divisas que ingresan? En toda nación librecambista el tipo de cambio regula el comercio exterior, porque un tipo de cambio naturalmente elevado desalienta importaciones. Pero si esta sobrevaluación no es natural, sino que es impulsada por autoridades monetarias, entonces se benefician las compras de los extranjeros, porque por un dólar que debe valer $2,50 los extranjeros compran bienes por $3,00. En definitiva, se protege a la industria con ayuda de las autoridades monetarias locales.
CPN (UBA) Gabriel Rigoni
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