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De acuerdo con lo que viene conversando con el Presidente, ¿qué posibilidades ve de que decida implementar un plan distinto al del Fondo?
–El Presidente es consciente de que queda poco tiempo para hacer estos cambios. El piensa de modo abierto. Sabe que tiene que tener en la manga una salida sin el Fondo. Y también está convencido de que sin autoridad de Estado no se puede gobernar. Esto no es un problema ideológico. Cualquier país en una emergencia implementa un plan de crisis.
¿Sobre qué temas lo consultó Duhalde en los últimos días?
–El Presidente me preguntó si podemos aumentar salarios sin incrementar la inflación. Y, por supuesto, le respondí que sí. El sabe que tiene que reactivar rápido y que la fórmula para lograrlo no es ortodoxa. También está preocupadísimo porque comience la sustitución de importaciones. Sueña con volver al pleno empleo.
¿Qué otros temas le preocupan?
–Teme que la inflación se coma el salario y genere una depresión económica que termine en una crisis institucional. Por eso estuvimos hablando de cambiar este sistema de retenciones por uno que fije el impuesto en un precio de dólar fijo. Por ejemplo, el trigo se exporta a 2,20 pesos por dólar; el resto, aunque la moneda americana se vaya a 4, queda para el Estado. Esto desalentaría la especulación de los exportadores y les daría un precio cierto a los productos que más aumentaron.
¿Es cierto que Duhalde le dijo que empiece a precalentar, que puede entrar en cualquier momento?
–Yo no tengo ambiciones personales. Lo único que puedo decir es que el Presidente ya se dio cuenta de que el FMI está haciendo tiempo y que el país no puede esperar. Nosotros pusimos a disposición de Duhalde nuestro plan. El puede implementarlo con quien quiera.
¿Cuál es su equipo de trabajo?
–Estamos trabajando juntos con Edgardo Rodríguez, José Sbatella, Eduardo Setti, Jorge Venalcasar, Carlos Leyva, Eduardo Curia y Sergio Carboneto, mi hijo. Son todos militantes del peronismo y el Polo Social.
¿Qué resultado piensa que tendría su plan de 300 días?
–Apuntamos a un crecimiento del 7 u 8 por ciento. Así recuperaríamos un millón de puestos de trabajo.