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¿Por qué los empresarios insisten en la sobreocupación?
–En los lugares que yo conozco se trabaja horario normal. Es un fenómeno que se da mucho más fuerte en los servicios, en donde directamente no se pagan las horas trabajadas de más. En la industria, generalmente, se abonan como hora normal o un 10 por ciento arriba. Es una manera de bajar costos en épocas de crisis. A veces es mejor tomar medidas como pedirle a la gente que trabaje más horas por la misma plata que cerrar y dejarlos sin empleo.
¿No sería mejor que todos trabajaran ocho horas y bajar la desocupación?
–El tema es que nadie quiere incorporar un trabajador que luego se transforme en un problema. Un ejemplo, en la Cámara de Diputados aprobaron una ley que dice que si un trabajador denuncia el trabajo en negro, no se lo puede despedir por dos años. Estas cosas le dan miedo a la gente. No estoy defendiendo el trabajo en negro, pero es así. Una pyme que tiene 10 empleados le pide a la gente que trabaje dos horas más por día y no toma otro trabajador. Yo también pienso que sería preferible bajar la desocupación, porque la gente tiene que trabajar. No sirve tenerlos un montón de años cobrando un plan jefes de familia.
Entonces estaría de acuerdo con suspender las horas extra por dos años para que haya más trabajo.
–No se puede generalizar. Depende de cada empresa. Nosotros fabricamos caños. Nuestro trabajo puede subir o bajar: no es constante. Hace unos años teníamos un turno más. Había gente que la habíamos incorporado y tuvimos que despedirla. Los empleados que manejan ultrasonido, que están preparados para detectar una falla en un tubo, no se forman de la noche a la mañana. Si ahora que aumentó un poco el trabajo tengo que salir a buscar gente y enseñarle a trabajar, cuando los forme ya bajó la producción otra vez. Se podría instrumentar en textiles, por ejemplo.