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Por Fernando Krakowiak

Los precios de los productos que componen la canasta básica de alimentos de los sectores más pobres aumentaron entre un 10 y un 30 por ciento luego de la devaluación del peso. Los supermercados tratan de disimular la suba de precios poniendo productos en oferta, sacando los precios de las góndolas, o reemplazando las marcas líderes por otras de segunda línea que se ofrecen a precios de primera. En la sucursal Villa Crespo del Supermercado Coto el kilo de azúcar sigue costando 0,59 centavos, pero en lugar de Ledesma se ofrece la marca Jaguel que antes valía 0,49 centavos. En Disco afirman que mantienen los precios sin remarcar. Sin embargo, el kilo de harina Blancaflor, que aparece sin precio en las góndolas, subió de 0,65 a 0,79. Mientras que la Polenta Mágica de 750 gramos aumentó de 0,99 a 1,29 pesos. En el supermercado Norte el aceite Lira de un litro subió de 1,99 a 2,32 pesos y varios productos de primera línea desaparecieron de las góndolas.
El comercio minorista también vio aumentar sus costos a raíz de la suba de algunos productos esenciales. Sin embargo, por ahora muchos comerciantes decidieron mantener los precios debido a la recesión que atraviesa la economía. José Rodríguez Nannis, secretario de Fedecámaras, afirmó a Cash que “los pequeños comercios debemos dejar de comprarle a las empresas que aumenten sus precios”. Durante la semana, los proveedores que abastecen a los almacenes y minimercados aumentaron casi todos los productos de la canasta básica. Sancor subió la manteca un 10 por ciento, el aceite aumentó un 15 por ciento y el vino de mesa trepó un 20 por ciento. El litro de vino tinto Termidor que antes costaba 1,10 ahora podría subir a 1,40 según le informaron a este suplemento varios almaceneros. La yerba mate también subió cerca de un 20 por ciento. El pollo, los huevos, las gaseosas y las galletitas aumentaron más de 10 por ciento. Mientras que las frutas y verduras se mantuvieron tal como estaban antes de la devaluación, salvo en el caso de las bananas y el kiwi que aumentaron debido a que son importadas.
La harina encabezó el ranking de subas al llegar al 40 por ciento en el mercado mayorista. La bolsa de 50 kilos que compran las panaderías costaba 14,50 pesos a comienzos de diciembre, pero luego de la devaluación subió a 23,25 pesos. El Centro de Industriales Panaderos afirmó que “el pan no debería subir más de 10 centavos”. Sin embargo, nadie sabe qué podría pasar en los próximos días. En muchos comercios afirman que la situación será más complicada cuando se levante el feriado cambiario y el dólar libre se distancie aún más de la paridad oficial.