Victoria Basualdo y Diego Morales coordinaron la publicación de La tercerización laboral. Orígenes, impacto y claves para su análisis en América latina, donde participaron además otros cinco investigadores (Andrea del Bono, María Alejandra Esponda, Guillermo Gianibelli, Andrés López Cabello y Laura Perelman). Los autores explicaron los incentivos para publicar el libro, al tiempo que narraron algunas de las vivencias extremas de trabajadores que aparecen en la investigación.

Diego Morales: –El juicio por el asesinato del militante Mariano Ferreyra fue el principal disparador de este libro. El episodio dejó a la vista de todo el mundo las acciones del sindicalismo empresario y la colaboración de los agentes públicos a través de la Policía Federal. Un tercer elemento para entender el disparo de la patota sindical contra Ferreyra no fue tan visible y se relacionó con el fenómeno de la tercerización. En el ferrocarril había trabajadores de planta con ciertas retribuciones, mientras que otros asalariados tercerizados cobraban la mitad del salario respecto del de convenio, a pesar de que realizaban las mismas tareas. También los beneficios laborales, los derechos y las posibilidades de organización eran muy distintos. La idea del libro apuntó a evidenciar que lo del ferrocarril no fue un caso puntual, sino que existe una cuestión mucho más profunda de la estructura económica local, regional y mundial.

Victoria Basualdo: –Concentramos el análisis en los sectores metalúrgico, call center, telefónicos, textiles y estatal-bancarios. Hicimos entrevistas que permiten alcanzar una mayor comprensión de la precarización. Los testimonios reflejan en primera persona y de forma cruda los efectos de la tercerización sobre los trabajadores. En el libro se narran, por ejemplo, las condiciones de trabajo en la fábrica textil Elemento, que se dedica a producción de medias para grandes marcas. Los operarios tienen cámaras focalizándolos todo el tiempo para controlar las tareas. Hubo una de las trabajadoras que fue sometida a una presión desmedida que la llevó a prenderse fuego en señal de protesta.

Victoria Basualdo: –Aparecen cuestiones de género y de inmigración que convierten a los tercerizados en una fuerza laboral muy vulnerable. Por caso, las mujeres que mantienen solas a sus hijos tienen que bancar situaciones extremas de maltrato laboral por terror a perder el trabajo y la única fuente de ingreso. Un elemento interesante que apareció en las entrevistas con los trabajadores fue que los que lograron pasar de contratos a planta permanente cuentan que sentían que ellos valían menos que los compañeros. Y dicen que su obsesión ahora es rescatar a los que quedaron en esa misma situación. Así como en los ’90 el desempleo ocupaba el lugar del infierno, hoy la tercerización y precarización juegan ese rol.