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Viernes, 3 de febrero de 2006

TEATRO › TECNICAS CIRCENSES EN MAR DEL PLATA

El amor en el trapecio

Dilemma es un espectáculo de la argentina Kris Niklison, ex integrante del Cirque Du Soleil, junto a la brasileña Mónica Alla. La obra se presenta de jueves a domingos en la costa.

Las manos parecen aferrarse, pero no. El trapecio se va lejos y vuelve como un péndulo. Esta vez la mujer estira sus brazos mucho más, justo antes de que una voz explique que la encrucijada es siempre la misma: “vivir un amor y aceptar las consecuencias... o dejarlo pasar y arrepentirse”. En ese momento se deja ver con máxima transparencia la arquitectura oculta de Dilemma, una puesta con técnicas aéreas que prescinde de cualquier protección contra el peligro porque se refiere, precisamente, a esa particular forma de acrobacia física y mental que es el amor y que se presenta de jueves a domingo a las 23 en El Club del Teatro (Rivadavia 3422) de Mar del Plata.

Durante cincuenta minutos, Kris Niklison y Mónica Alla encarnan a dos enamoradas que esquivan con igual pericia los pastiches circenses y los lugares comunes del pensamiento vinculado con el erotismo. Niklison describe así el origen de su creación: “Queríamos trabajar las tensiones que enfrentan dos mujeres heterosexuales a las que se les aparece el problema de encontrarse atraídas entre sí”. “Junto al concepto y la forma, apareció el nombre, que resume en una palabra el núcleo del conflicto. En una noche –confiesa, divertida– tuve listos los lineamientos generales y los mandé al Fondo Nacional de las Artes, que nos dio el dinero para empezar a trabajar. Cuando todo estuvo listo, nos dimos cuenta de que lo que habíamos producido era exactamente lo que habíamos estado imaginando de manera inconsciente desde el primer momento.”

Hace dieciséis años que Niklison –cuyo improbable nombre oculta bien su origen argentino– decidió convertirse en trotamundos. La mujer que alguna vez fue figura del Cirque Du Soleil es consciente de que el show es resultado de su experiencia de errancia a través de los límites de países y disciplinas. “Con Mónica nos conocimos en Brasil, cuando fui a preparar un espectáculo. Yo tenía una formación más teatral y ella, que nació allá, había hecho una carrera vinculada con la capoeira, los malabares, la improvisación y las técnicas aéreas. A los pocos meses nos asociamos y terminamos haciendo la obra durante todo 2000 y 2001.”

Las diferentes etapas de la relación amorosa aparecen en Dilemma a partir de situaciones cotidianas, con vuelos sobre el escenario y trabajos de teatro físico que reproducen las armonías y contrapuntos de los ritmos orgánicos. En simultáneo, la brasileña María Inés Pires Gil engancha boleros, pop posmoderno y rocanroles, atendiendo al manejo de luces y poleas de los dos técnicos que completan el staff. “A través de elementos de lo cotidiano tratamos de desmitificar la relación”, afirma Niklison, que desde 1990 vive en Amsterdam. “Cuando en la obra aparece una pizza o una coca estamos intentando reconectar con la realidad.” El mismo fin persigue la interconexión entre el escenario y el espacio extraescénico. “Si vos querés hablar de vivir sin obstáculos –concluye la argentina–, la transparencia del dispositivo teatral es elemental.”

–¿Qué creen ustedes que pueden aportar las técnicas aéreas a un relato sobre el amor?

K. N.: –Es un asunto tan espinoso que desde el principio tratamos de buscar la manera de entrar con suavidad en el espectador. Intuíamos que el amor contiene el riesgo de una caída y la necesidad de un equilibrio, y descubrimos que las técnicas aéreas ofrecen un buen soporte para trabajar ese problema y para abordar ese tema, porque te proveen de la magia de salir del piso. Paralelamente, permiten citar, de alguna manera, ese aspecto inasible del amor.

M. A.: –Nosotros intentamos usar lo aéreo pero con contenido. Usamos solamente movimientos que digan cosas. Eso hace que esta obra tenga un ritmo distinto al de otros trabajos con trapecios y telas: tratamos un tema delicado con toda la sutileza que requiere.

Después de haberse presentado en más de veinte países de cuatro continentes, Niklison dice ver en Dilemma algunos de los aspectos que más la apasionan de la creación artística. “Hay cosas que nos han pasado que yo pondría en mi manual para montar espectáculos. Recuerdo un día en que nos estaba costando arrancar con la primera parte del espectáculo. Entonces nos hartamos y nos fuimos a tomar un vino. Hacía un mes que yo buscaba la música para la primera escena. Le dije al DJ que estaba ahí si tenía la canción Que será, será, por Doris Day y, como una visión, en el momento en que empezó el tema vimos toda la primera parte del espectáculo proyectada en nuestras cabezas. En ese momento me di cuenta de que, en un proceso creativo, también debe haber un espacio para cortar con todo; para ver qué viene de afuera.”

–Y hablando de cosas que vienen de afuera, ¿qué creen ustedes que pueden aportar a la escena argentina a partir de su experiencia de viajeras?

K. N.: –Yo sé hablar siete idiomas... me preguntás dónde es mi casa y no sé qué decirte... todo eso ha hecho que deteste el teatro puramente localista, porque lo entienden solamente unos pocos. Si en algo pudiera contribuir en el desarrollo de las artes escénicas, me gustaría abrir una pequeña puerta que comunique con el mundo amplísimo de cosas que se están haciendo en otros lugares. Por eso nos interesaba tanto presentarnos en un lugar tan nacional como Mar del Plata y en este momento particular de nuestro país.

M. A.: –Aunque los espectadores no conocían nuestros idiomas (la obra puede realizarse en español, portugués o inglés), en Rusia, en Egipto, en Irán y en Túnez nos entendieron perfectamente. Me parece que en ese sentido nuestra forma de trabajar puede significar un aporte para que personas distintas puedan pensar juntas.

Poco antes de empezar cada función, el equipo se reúne en círculo. Hablan entre ellos una mezcla de castellano, inglés, francés y portugués. Sin embargo, el esperanto improvisado que circula por la ronda es entendido perfectamente por cada uno de sus eslabones. Y si algo no se ha terminado de interpretar, todo queda claro cuando se encienden las luces, llega el público, las actrices respiran hondo, cierran los ojos y salen juntas acompañadas por la música.

Informe: Facundo García.

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Dilemma es una metáfora sobre los desafíos del amor.
Imagen: Ana D´Angelo
 
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