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Jueves, 3 de julio de 2014

TEATRO › TEATRO LOS MONTY PYTHON SE JUNTARON SOBRE UN ESCENARIO DESPUES DE TREINTA Y CUATRO AÑOS

Actuando el lado luminoso de la vida

El legendario grupo cómico inglés, cuyos integrantes tienen entre 71 y 74 años, regresó el martes en el O2 Arena de Londres, ante un público extasiado que disfrutó del repaso de viejos “hits”. La prensa británica no trató tan bien la vuelta.

Sólo los Monty Python son capaces de empezar un espectáculo de forma tan irrespetuosa: aún reinaba un silencio expectante entre el público de Londres cuando por la pantalla irrumpió volando la cabeza del fallecido Graham Chapman, que rebota como una pelota entre los planetas. Cuando los cinco artistas restantes aparecieron sobre el escenario, el estadio estalló. Y es que después de 34 años sin actuar juntos, a los ingleses no les hacía falta romper el hielo de ninguna manera.

Las bandas suelen tener un problema en los escenarios: los fans sólo quieren escuchar los viejos hits, mientras que los músicos prefieren tocar sus temas nuevos. En ese sentido, los Monty Python y su público estuvieron de acuerdo: ya fuera con sketchs como el del “Loro muerto” o la “Canción del leñador”, estos cómicos de culto cumplieron con todos los deseos de su audiencia. “Sería raro tratar de hacer y escribir a esta edad cosas distintas de nuestros mejores sketchs”, había dicho Eric Idle poco antes del inicio del show en vivo en el estadio O2 Arena de Londres. Y fue así como la primera de diez noches, el martes pasado, se convirtió en una versión ampliada para escenarios del programa de televisión Flying Circus, que hizo de los Monty Python estrellas a partir de 1969: los números se sucedieron de forma casi arbitraria, interrumpidos por gags por momentos absurdos.

Es cierto que la canción “Silly Walks Song” es nueva, que en los años ’70 no había chistes sobre smartphones que vibraban y que el espectáculo de baile estaba concebido específicamente para este escenario. Las apariciones en pantalla de los físicos Stephen Hawking y Brian Cox sorprendieron tanto como la actuación del cómico Stephen Fry. Sin embargo, los míticos Python decidieron no brindar demasiadas novedades inesperadas a su público, que los seguía con los ojos encendidos desde las butacas, cantando y aplaudiendo. “Para eso estamos aquí”, dijo Sue, de 68 años, oriunda de Leeds. “Para dejarnos llevar por los recuerdos y sentirnos jóvenes de nuevo.”

John Cleese, Eric Idle, Terry Jones, Terry Gilliam y Michael Palin pudieron permitirse de todo. Al recontar los distintos tipos de quesos para su famoso número, Cleese se olvidó en una parte de la letra y no pudo evitar reírse. Daba lo mismo, el público lo celebró. Los cómicos de entre 71 y 74 años se tomaron tantas pausas para recobrar el aliento que, en resumidas cuentas, pasaron poco tiempo sobre el escenario. Pero dio igual, ya que los videos de los filósofos que juegan al fútbol y de las “Tontas Olimpíadas” (esas de la carrera de personas sin sentido de la orientación) entusiasmaron igual.

Sin embargo, la prensa británica no se mostró tan satisfecha. “¿Hemos pagado todo este dinero para ir al estadio a ver material de los Monty Python que puede verse en el DVD And Now For Something Completely Different?”, se pregunta el diario The Independent. “Con estas dos horas y media, ¿algún infiel se convertirá a los Monty Python? No, no lo harán”, criticaba The Times. Y The Guardian apuntaba a la “barriga” de Cleese. Pero a los fans les da igual. “Hacen lo que queremos ver y cantan lo que queremos escuchar”, sentencia Thomas, de 19 años, que vino a Londres desde Normandía a propósito para el espectáculo. Y lo cierto es que entre el público había muchas canas y alguno que otro bastón, pero también otros tantos que aprendieron a andar con los Monty Python o que ni siquiera habían nacido cuando los cómicos saltaron a la fama.

Vestidos de mujeres, con lápiz de labios y voz aflautada, los Monty Python resultaban quizás incluso más graciosos a los 70. Al final del espectáculo, los cinco hombres sudorosos y con el aliento entrecortado se pararon sobre el escenario y cantaron “Always Look on the Bright Side of Life” (“Mira siempre el lado luminoso de la vida”). Y se despidieron como en los buenos viejos tiempos.

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El espectáculo de los Monty Python fue como una versión ampliada del programa de tevé Flying Circus.
 
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