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Martes, 8 de julio de 2014

TEATRO › GUSTAVO PARDI PROTAGONIZA POETA EN NUEVA YORK

Cuando el oficio nunca termina

A la vez que protagoniza el espectáculo de poesía que dirige Mariano Dossena, que recorre las sensaciones que atravesó Federico García Lorca en su visita a Nueva York en 1929, el actor participa de Como les guste y Sacco y Vanzetti.

 Por Paula Sabatés

Los sábados coquetea con ser Federico García Lorca, los miércoles se traslada al mundo shakespeareano y de jueves a domingos viaja a principios de siglo para contar la historia de dos inmigrantes italianos. Gustavo Pardi no tiene paz. O la tiene más que nunca, porque actuar lo “vuelve loco” desde que era muy chico. El actor de 35 años vive un gran momento profesional y asegura que se siente un privilegiado. Poeta en Nueva York, el espectáculo de poesía que dirige Mariano Dossena y él protagoniza, ganó este año el Premio Florencio Sánchez a Mejor Unipersonal y ya va por su tercera temporada en el Centro Cultural de la Cooperación, luego de presentarse en España. Las otras obras en las que participa (Como les guste, comedia de William Shakespeare adaptada y dirigida por Jorge Azurmendi; y Sacco y Vanzetti, de Mauricio Kartun, con dirección también de Dossena) todavía no cumplen un mes de funciones y ya son muy celebradas por el público. Como si fuera poco, está ensayando un cuarto espectáculo, llamado Como un tigre en la boca, que se estrenará a fin de mes y que, como en Poeta..., lo obligará a sumergirse en el mundo de la poesía.

Pero pese a tanta actividad, en la charla con Página/12 el actor se muestra tranquilo. Y sobre todo muy consciente: “El camino del actor es una rueda, a veces te toca y a veces no. Siempre entendí que el derecho de piso se paga durante mucho tiempo, quizá por siempre. Y a lo mejor eso no está mal, no está mal que las cosas me sigan costando mucho”. Y aunque reconoce que los frutos que maduran de su largo recorrido por el teatro, el cine y la televisión le dan ciertas facilidades que antes no tenía, asegura que aún se está encontrando. “Este oficio nunca se termina. El peligro del actor es asentarse”, reconoce Pardi, que brilla en su actuación en Poeta..., obra que recorre las sensaciones que atravesó Lorca en su visita a Nueva York en 1929.

–Está haciendo tres clásicos: Shakespeare, Lorca y Kartun. ¿Le interesa particularmente ese tipo de textos o se dio por casualidad?

–Siempre me gusta ir a los clásicos. He tenido bastante suerte porque la gran mayoría de las obras que hice fueron de autores clásicos y grandes. No creo que sea casualidad. Más allá de que coincidieron las fechas de los proyectos, creo que la convocatoria a ellos tiene que ver con las cosas que uno transmite y que uno decide, que va forjando una identidad del actor. Por eso me cuido mucho en lo que elijo hacer, porque creo que la elección muestra siempre una opinión. De todos modos, experimentar siempre es muy placentero con todo tipo de textos.

–Tiene una mirada muy positiva sobre el trabajo en el teatro independiente. Siempre dice que hay muchas oportunidades...

–Es que creo que hay tantas salas, tantos espacios y tanto público de teatro, que es muy fácil salir a hacer. Además, hoy con las redes sociales uno puede hacerse hasta prensa a sí mismo. Que es duro, difícil y agotador, y que es muy difícil económicamente vivir del off, no hay duda. Pero siempre voy a ser partidario de luchar para hacer algo propio. De buscar un texto, convocar a un director y a actores que estén en la misma de uno, y salir a hacer. De hecho, Poeta en Nueva York surgió así. Después vino la producción y todo, pero fue un proyecto que soñamos con Dossena desde la autogestión. El actor ya no puede depender de circunstancias ajenas. Cuando se dan, es maravilloso; pero si no, hay que luchar igual. Al menos, mi experiencia personal siempre fue así.

–¿Cómo definiría este momento de su carrera?

–Por un lado, se están abriendo muchas puertas. Creo que empecé a tener un alcance que antes no tenía. Lo veo reflejado en el trabajo y en las cosas para las que estoy siendo convocado. Por otra parte, estoy empezando a entender muchas cosas. Estoy más analítico. Siempre fui más mandado y muy de darle para delante sin detenerme a analizar sobre lo actoral. Ahora ese análisis es fundamental para mí y están empezando a madurar sensaciones e ideas que vienen de hace tiempo. Es un momento que me entusiasma mucho. Estoy con mucha fuerza y energía, muy contento y agradecido. Por otro lado, me da mucho miedo porque empiezo a entrar en otro territorio. Empiezo a sentir que soy tenido en cuenta para trabajos más complejos y quiero ir acorde con eso, paso a paso, sin apresurarme ni tomar decisiones que sólo tengan que ver con el entusiasmo.

–Ultimamente está trabajando mucho con la poesía. ¿Le resulta más difícil ese trabajo?

–No mucho. En Poeta... incorporé el texto rápidamente y eso me permitió jugar, crear y construir, para después tirar todo abajo y empezar de cero. Además, cuando le encontrás un sentido al texto, todo es mucho más fácil. Aunque no sea un sentido cerrado ni unívoco como en este texto, que es más surrealista. Con un sentido propio basta. Por eso la poesía es increíble, porque abre mundos inesperados para el actor.

–En ese sentido, en una entrevista dijo que en Poeta... no había historia ni personaje que lo protegiera. Pero, ¿no cree que un texto como el de Lorca sí lo hace?

–Durante el proceso de ensayos tratamos con Mariano (Dossena) de buscar algún tipo de historia que conecte los poemas, y para eso construimos un personaje. Rápidamente nos dimos cuenta de que no tenía sentido hacer eso, que era algo explicativo y que lo único que teníamos que hacer era confiar en la palabra, en la poesía y las imágenes. Así que, sí. Hoy me doy cuenta de que todo tiene que estar al servicio de la palabra. Por más que no sea un texto escrito para teatro, sí es un texto para ser dicho y tiene mucha teatralidad en sí.

* Poeta en Nueva York va los sábados a las 23 en el Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543. Sacco y Vanzetti se puede ver de jueves a sábados a las 21 y los domingos a las 20.30 en el Teatro Nacional Cervantes, Córdoba 1155. Como les guste se ve los miércoles a las 21 en el Teatro La Comedia, Rodríguez Peña 1062.

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“Me cuido mucho en lo que elijo hacer, porque la elección muestra siempre una opinión”, afirma Pardi.
Imagen: Leandro Teysseire
 
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