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Viernes, 14 de octubre de 2016

TEATRO › MARCELO SAVIGNONE HABLA DEL ESTRENO DE MIS TRES HERMANAS. SOMBRA Y REFLEJO

Chéjov, tan lejano y tan reconocible

En esta puesta basada en Las tres hermanas, dice el actor y director, “se potenció un universo femenino tan fuerte que parecía no requerir de la presencia de los personajes masculinos”.

Hace diez años que, entre otros trabajos, el actor y director Marcelo Savignone estrena versiones de obras de Antón Chéjov, “un autor tan lejano y tan reconocible”, según lo define en conversación con este diario. Y aunque admite que desde hace un tiempo lo viene tentando El jardín de los cerezos, el teatrista cree que tal vez sea tiempo de buscar en Beckett, en Shakespeare o en Discépolo, según enumera, “un nuevo universo para decir algo interesante”. Trabajador incansable, Savignone presentó este año Ahora Homenaje a la Comedia del Arte, un espectáculo “centrado en el teatro popular, en el sentido colectivo del teatro”, otra de sus especialidades. Junto a Víctor Malagrino y utilizando las máscaras realizadas por Alfredo Iriarte, el propio Savignone despliega todas las herramientas expresivas de la improvisación. “Me gusta porque, en la Comedia del Arte, el teatro conserva el poder de hacer justicia”, explica el actor. “Cada vez que el público se ríe, el teatro gana una batalla al iluminar todo lo que la sociedad mantiene en la oscuridad”. La potestad virtual de impartir justicia poética le hace decir: “Desde que soy padre siento que tengo el compromiso de hacer un teatro que ayude a dejarles un mundo mejor”.

El otro estreno del año es su reciente Mis tres hermanas. Sombra y reflejo, sobre Las tres hermanas, de Chéjov, montaje construido a partir de la versión comprimida que hizo de la misma obra para el ciclo Teatro Bombón en La Casona Iluminada. Luego de esa experiencia, Savignone optó por formar dos tríos de hermanas, diferenciados por generación. Allí entonces, según cuenta, “se potenció un universo femenino tan fuerte que, en principio, parecía no requerir de la presencia de los personajes masculinos”. Hasta que el propio director se tentó en asumir el rol de Andrés, para así “revelar todo lo que ningún integrante de la familia quería poner en evidencia”, según destaca.

Mientras ensayaba, Savignone cayó en la cuenta de que la juventud de sus actrices mayores había sucedido en los años ‘70 y que, en tanto los personajes son hijas de un general y una de ellas se enamora de un coronel, el tema de la dictadura era imposible de eludir. “Estas tres hermanas –resume el director– se cruzan con León Gieco y con los años ‘70”. Las actrices son Mercedes Carbonella, Merceditas Elordi, Sofía González Gil, Andrea Guerrero, Marta Rial y Belén Santos. La obra puede verse los domingos a las 17.30 en La Carpintería (Jean Jaures 858).

–Usted ya es un especialista en versionar a Chéjov. ¿Qué encuentra en este autor?

–Chéjov me permite hablar acerca del comportamiento humano, de la infelicidad, de la frustración. Y de la tarea incansable de echarle la culpa a otro y de no hacerse cargo de nada. Esto nos pasa en Latinoamérica, con esa costumbre que tenemos de mirar hacia afuera.

–¿Puede precisar más esta idea?

–En giras que hice por países de Latinoamérica observé que está muy presente en la sociedad el deseo a imitar lo europeo y el observar a Estados Unidos como modelo. Es triste. Esto produce una enorme debilidad en nosotros, que tendríamos que sentir lo poderoso que significa ser latinoamericanos. Un autor como Chéjov me deja preguntarme dónde estamos parados y en qué estamos autoengañándonos.

–Interpretó muchos roles de este autor: el tío Vania, Kostia de La gaviota, el exitoso Trigorin en otra puesta de la misma obra, y ahora a Andrés, hermano de las protagonistas de Las tres…

–Todos tienen en común el estar insatisfechos con sus vidas. Kostia se siente marginado, Vania llega a admirar a un otro hasta sentir odio, y Trigorin, que tiene éxito en lo que hace, se pregunta qué hay más allá de sus logros. Andrés, por su parte, se pregunta en qué se convirtió y qué ocurrió con las esperanzas que todos pusieron en él.

–¿Le interesan las problemáticas que se repiten?

–Siempre está lo cíclico en Chéjov y eso que escribió antes del psicoanálisis. Lo que les pasa a todos sus personajes es que el golpe de la realidad atenta contra lo que soñaron. Claro que son personajes que pertenecen a una clase social que tiene tiempo para permitirse soñar.

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“Chéjov me permite hablar acerca del comportamiento humano.”
 
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