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Domingo, 20 de abril de 2014

CULTURA › GUSTAVO GERMANO HABLA DE SU NUEVA MUESTRA FOTOGRAFICA, DISTANCIAS

“Hay una España que vive en el exilio”

El autor de la muestra Ausencias se concentró esta vez en imágenes que dan cuenta de los desgarros provocados por la Guerra Civil, cedidas por sus protagonistas. “Los exiliados son hoy gente muy mayor, pero tienen una coherencia histórica envidiable”, señala.

 Por María Daniela Yaccar

A los 12 años, Gustavo Germano perdió a uno de sus cuatro hermanos. Se llamaba Eduardo, tenía 18, vivía en Entre Ríos y está desaparecido. Años atrás, Germano quiso graficar, a través de la fotografía, esa sensación de falta, y creó Ausencias, una muestra en la que contrastaba imágenes del pasado e imágenes actuales de las mismas familias y grupos de amigos, en idéntico paisaje y posición, y que demostraba que alguien faltaba. Ahora presenta Distancias, en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación, que parte de la misma idea –dos fotografías, una al lado de la otra y, en el medio, el paso del tiempo–, pero esta vez el tema es el exilio republicano español.

En la casa de sus padres, Germano encontró una vez una caja de zapatos. Tenía papeles de su hermano Eduardo. En uno leyó un poema de Neruda, del libro Fin del mundo. En el prólogo de ese libro, el poema “La puerta”, el fotógrafo encontró la clave de su trabajo. “Hay una parte que dice: ‘Nos libertaba un preso y cuando lo cargábamos sobre los hombros, se tragaba un millón al calabozo. Luego otro millón salía desterrado. Luego un millón entraba por un horno y se convertía en ceniza’”, recita Germano, sentado en el recinto de Diputados. Cárcel, exilio y muerte. De eso hablaba Neruda. Y de eso habla Germano, con otro lenguaje: de “las constantes del siglo XX, los métodos utilizados por las dictaduras”. Distancias es el segundo capítulo de una trilogía que estará completa con un trabajo sobre presos políticos. La muestra, inaugurada la semana pasada, es una iniciativa de la Casa de Entre Ríos y de la diputada Carolina Gaillard para cerrar el Mes de la Memoria.

Primero, Germano leyó mucho. Habla como un especialista en la materia. “Es una cuestión de respeto. Uno tiene que saber qué va a buscar, con quién va a charlar. Tiene que lograr que le regalen la foto”, explica a Página/12. Viajó por cinco países en busca de los exiliados. Se encontró con todo tipo de historias personales y supo mucho más de lo que ya sabía. Por dar sólo algunos ejemplos: conoció a Rosa Laviña, anarquista de Palafrugell que refugiaba a los milicianos en su casa (y que falleció poco después del momento de la foto); a un grupo de ancianos que, de niños, fueron trasladados a la Unión Soviética; a Carmen Alonso de Fernández, una mujer que le contó que un comandante le propuso matrimonio por carta, desde Francia, simulando ser una amiga, para no levantar sospechas.

Esta es la primera vez que Distancias se exhibe en Buenos Aires. Ya pasó por Rosario y Entre Ríos. Todavía no la vieron los españoles. Desde 2001, Germano vive en Barcelona. Allí presentará la muestra en el marco de un festival de fotografía. “Empecé con este proyecto en 2008, y prácticamente terminé con las fotos entre 2008 y 2009. Coincidió con los primeros recortes del gobierno de Zapatero: teníamos apoyo del Museo del Exilio y de Casa América Catalunya y esperábamos apoyo de instituciones del Estado. Con el triunfo de la derecha esto quedó en el aire. El tema del exilio es tan problemático para la derecha como el tema de los muertos de las cunetas”, expresa. Y concluye: “El Partido Popular es heredero del franquismo. Hay una búsqueda de legalización de la dictadura. Y hay muchos sectores que la ven como algo normal”.

–¿Qué conclusiones sacó respecto del exilio, al realizar todo este proceso?

–Elegí el exilio republicano por mi acercamiento a la realidad española y sobre todo a la de Barcelona, que tiene una fuerte vinculación con el exilio, porque después de que cayó Barcelona comenzó el exilio final. La gente empieza a irse a Francia, es bombardeada... La huida es una situación muy dramática. La gente cruzó en pleno invierno, caminando con sus maletas, con la vajilla, con lo que pudo llevarse. Y fue abandonando cosas en el camino. Una vez que cruzó la frontera, suponía que llegaba a territorio amigo, a Francia. Pero ahí empezó el verdadero calvario. La salida fue dramática, pero me interesaba hablar de lo que pasó después, incorporando el tiempo. Hay una frase de Tennessee Williams que cierra con la intencionalidad de mi proyecto: “El tiempo es la distancia más larga entre dos lugares”. Uno está lejos de algo cuando no puede ir durante muchos años, por más cerca que esté.

–¿Por qué eligió el exilio republicano?

–En el siglo XX hubo muchos desplazamientos. Hay características que hacen muy particular al republicano. Una es la transversalidad: los exiliados son biólogos, profesores universitarios, comerciantes, industriales, peones de campo... prácticamente la sociedad entera. Los exiliados fueron más de 500 mil: hay una España que vive en el exilio. La otra característica es el tiempo: una vez acabada la Segunda Guerra Mundial, los exiliados estaban esperando, después de las derrotas de Mussolini y Hitler, que cayera el fascista que quedaba. Pero pasaron los años y se consolidó. Entonces la esperanza de los exiliados se fue apagando. Se fueron resignando a no volver.

–¿Cómo fue el proceso de trabajo de Distancias?

–Primero me documenté, compré libros, me contacté con historiadoras, fui abriendo puertas y conseguí teléfonos. Luego se fue tramando el proyecto, que era centrarme en los países que más acogida habían tenido para los exiliados: Francia y México. Y encontré casos particulares en la ex Unión Soviética, en Chile y la Argentina. Los exiliados son hoy gente muy mayor. Los más jóvenes tenían 80 años; la mayor, 103. Fue una experiencia muy interesante trabajar con los abuelos, tipos de una coherencia histórica envidiable.

–¿Ellos se prestaron enseguida a hablar y ser fotografiados?

–Mariano Constante vivía en Montpellier, como tantos otros exiliados, y terminó en el campo de Mauthausen, en Austria. Es uno de los sobrevivientes. Cuando lo llamé, me dijo: “Estoy un poco cansado, pero si es por la causa, venga usted que lo voy a atender”. Este era el perfil de todos los fotografiados, tenían mucho compromiso. Fui a ver a Sebastià Piera a Córcega, fuimos a almorzar al lado del mar, nos pedimos unas copas de vino, tomamos absenta... y siguió manejando su auto sin ningún problema. Falleció hace poco. Los testimonios de ellos los grabé, se escuchan algunos audios en la muestra. Muchos hablaban por primera vez.

–La foto de María Luisa Díaz Sola la muestra en Santa Fe, Argentina, en 2009.

–El caso de Argentina es particular. Si bien ha habido influencia de los republicanos en la Argentina, no son de este exilio. En 1904 se fundó el Centro Republicano, en La Plata. Aquí había una tradición española, republicana, pero se confunde esto con la llegada de exiliados, que fue prohibida por Ortiz. Tenemos esta idea de que somos muy abiertos, pero no lo fuimos con los exiliados republicanos, con ese drama humano.

* Distancias estará expuesta en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso (H. Yirigoyen 1835) hasta el lunes 21. Luego, la muestra será trasladada al auditorio de la Casa de Entre Ríos en Buenos Aires, Suipacha 844.

Permanecerá desde el 24 de abril al 7 de mayo.

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“Elegí este tema por mi acercamiento a la realidad española.”
Imagen: Nicolas Zonvi
 
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