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Miércoles, 8 de julio de 2015

CULTURA › FORO NACIONAL Y LATINOAMERICANO POR UNA NUEVA INDEPENDENCIA, EN TUCUMáN

Por una patria grande e intercultural

Dos mesas abrieron el juego en un teatro San Martín repleto: “De Tupac Katari a Evo Morales”, donde se destacó el rol de los pueblos originarios en las luchas por la independencia, y “Con mujeres tendrá que pelear”, también atravesada por la diversidad.

 Por Cristian Vitale

Desde Tucumán

Mueve Tristán Bauer. “Hoy nos encuentra una palabra muy hermosa, que es independencia. Una palabra tan hermosa como victoria o como revolución”, enmarca el director de Radio y Televisión Argentina (RTA). Aparece Ricardo Forster: “Cuando decidimos emprender el camino de los foros siempre imaginamos terminarlo acá, en Tucumán, porque estábamos convencidos de una construcción común federal, que saliese de Buenos Aires y pudiese generar un diálogo desde y con las diferentes regiones. Y en este caso, con la inclusión de Latinoamérica, que durante este milenio ha recuperado su memoria histórica. Hoy todos somos custodios de esa memoria, de aquellos que dieron la vida por la libertad del continente”, reenmarca el filósofo. Y define el local, Juan Manzur. “La visión de aquellos que declararon la independencia en esta provincia, hace casi doscientos años, la pensaban como independencia de América del Sur, de la patria grande. Hoy estamos empezando a recoger aquellos frutos, que tienen que ver con la soberanía política, la independencia económica y la justicia social”, peroniza el vicegobernador de la provincia anfitriona.

Los tres, al cabo y bajo diversas miradas, ponen en un contexto preciso lo que vendrá en el Foro Nacional y Latinoamericano por una Nueva Independencia, organizado por la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional que dirige uno de ellos (Ricardo Forster) y que ampara, desde su mismísima creación, el Ministerio de Cultura de la Nación. Lo que vendrá son cuarenta panelistas de doce países de toda América latina y algún europeo que esperan, ante un teatro San Martín radiante y repleto, esbozar sus ideas, exponer sus palabras destinadas a dar con el viejo deseo de sembrar el camino hacia una segunda y definitiva independencia. “Sin duda, para hablar de la emancipación de la patria grande no se debe dejar de lado la historia indígena, porque no se pueden entender las luchas por la emancipación de la patria grande si no se tiene en cuenta nuestra participación en ellas”, arrancó Juan Chico, investigador y escritor chaqueño, vinculado a la cultura qom en particular, y a la de los pueblos originarios en general.

El contexto es la mesa inaugural del foro en la que, bajo el título “De Tupac Katari a Evo Morales”, también participó el cacique de la comunidad Gunun a kuna (tehuelche) de la provincia de Chubut, Daniel Huircapan. “Recién en 1820 se invisibilizó la participación indígena en las luchas por la independencia, porque en las invasiones inglesas ya habían participado muchos caciques de nuestras comunidades. También en mayo de 1810, cuando varios miembros de la Primera Junta se reunían con caciques de nuestras comunidades, había ideas fuertes de formar estos nuevos gobiernos independientes entre criollos e indígenas, pero a partir de 1820 la mirada hacia el indígena cambia radicalmente, pasa a ser un otro, aunque siguiera soñando con una patria grande intercultural. Después, con la conquista del desierto, se plasmó la idea de que el indígena era un estorbo en la conformación del Estado argentino, hasta que un hombre de sangre tehuelche llegó a ser presidente de la Nación... estoy hablando de Juan Perón”, dijo el cacique Huircapan sobre el tema puntual (los pueblos originarios y las luchas de emancipación en América Latina) y provocó fervorosos aplausos en la sala.

“El fue quien volvió a generar una mirada positiva sobre los indígenas, igual que Néstor Kirchner, por eso nuestros abuelos dicen que Perón era de la gente nuestra”, sostuvo el referente tehuelche, en una mesa de la que también fueron parte el cacique y abogado de Amaicha del Valle, Eduardo Nieva; el etnohistoriador brasileño José Ribamar Bessa Freire, y el viceministro de Educación superior de formación profesional del Estado Plurinacional de Bolivia, el sociólogo Jiovanny Avila. “La visión de pluralidad es fundamental para construir un Estado, para desafiar procesos y para lograr nuevas instituciones, que den con el fin de la descolonización y el ‘vivir bien’”, reflexionó Avila, en medio de una larga y rica exposición sobre el proceso de construcción del nuevo Estado de Bolivia.

La segunda –y última– mesa del lunes fue cosa femenina. Bajo el tópico “Con mujeres tendrá que pelear”, conjugaron pasiones, miradas y razones las argentinas Milagro Sala y Hebe de Bonafini y la fundadora de la Federación de Mujeres de El Alto y actual senadora aymara, Máxima Apaza, con Marta Dillon como moderadora. “Sin las mujeres no hay nuevas independencias”, abrió Dillon y marcó el terreno. Se la dejó picando a la brava Apaza, que fue a más, sin perder la ternura jamás. “Las mujeres pasamos de ser discriminadas a cumplir un papel fundamental en la construcción del Estado plurinacional de Bolivia... estamos decididas a hacer respetar nuestros derechos, y las leyes, hoy, nos amparan. Todas las ciudadanas y ciudadanos tienen derecho a participar del poder político directamente o por medio de sus representantes, hombres y mujeres por igual, en igualdad de condiciones, sin dejarse avasallar en ningún sentido. Uno de los ejemplos es que la mitad del parlamento está integrado por mujeres”, sostuvo Apaza, en otra de las intervenciones que motivó intensos aplausos.

Tantos, como los que cosechó esa enorme luchadora jujeña que es Milagro Sala. Con las infaltables banderas de la Tupac Amaru (Evita + el Che + Amaru) como marco, la militante social y diputada provincial revisó el impacto que produjo en los barrios de Jujuy la devastación neoliberal de los ’90, y lo contrastó con los avances concretos de la década kirchnerista. “Nosotros, cuando luchábamos en los ’90, lo que queríamos era vivir bien, como dice el hermano Evo Morales, y en eso llegaron Néstor y Alicia, con la gente del Ministerio de Desarrollo Social. ‘Te voy a dar para que construyas casas’, recuerdo que me dijo él, cuando se reunió en Olivos de igual al igual con esta morocha, y ahí comenzó nuestra construcción, se respetó nuestra dignidad. Pasamos de recibir planes a formar cooperativas, construir casas, centros asistenciales, centros educativos y hasta una pileta de natación... pudimos recuperar el tiempo perdido, la dignidad y la cultura del trabajo, y lo hicimos entre hombres y mujeres, porque la construcción de un país mejor tiene que ser así, con esa dualidad, como nos han mostrado Néstor y Cristina”, sostuvo Sala.

“Madres de la plaza, el pueblo las abraza”, coreó la gente en un solo grito cuando, en esa misma mesa, le tocó hablar a Hebe de Bonafini, que también reparó en el matrimonio Kirchner. “Ellos hicieron algo que nadie iba a pensar que iba a pasar: que los jóvenes volvieran a la política. Es lo mejor que nos podía pasar, tener una juventud tan organizada y tan preparada. Esto nos muestra que la sangre y la lucha no fueron inútiles. Néstor y Cristina nos han dado herramientas increíbles que no podemos desperdiciar, tenemos que darle el gran valor que tienen”, refirió Hebe, a punto de cumplir 87 años, y en medio de referencias directas y sin vueltas –estilo Hebe, claro– sobre variopintos temas como Grecia y su deuda, Scioli, los desaparecidos, Evo y su antiimperialismo, la comida podrida de McDonald’s, la omnipresencia de TN y los medios hegemónicos, la violencia de género, y la solidaridad latinoamericana, entre otros abordajes, que determinaron una auspiciosa y rica jornada debut de un foro que ayer (ver aparte) continuaba con su sino.

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Marta Dillon, Máxima Apaza, Milagro Sala y Hebe de Bonafini, en la mesa “Con mujeres tendrá que pelear”.
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