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Viernes, 19 de agosto de 2016

CULTURA › III FESTIVAL ESPACIO ENJAMBRE - HACIA UN AFUERA DE LA ESCRITURA

Huyendo de la mesa de lectura

Los escritores Victoria Schcolnik y Marcelo Carnero, creadores del Espacio Enjambre, cuentan que en esta edición quieren reflexionar acerca de lo colectivo. “Si la escritura es un fenómeno individual, ¿dónde estaría la conexión con el otro?”, se preguntan.

 Por Silvina Friera

El pensamiento abre puertas con ramalazos de inquietudes. El aguijón de la incomodidad es indispensable para experimentar con materiales disímiles. En la infinita constelación creativa, ¿cómo exploran los artistas plásticos, los bailarines, los coreógrafos, los arquitectos, los músicos y los escritores? ¿Cómo “piensan” o “hablan” las líneas de un cuadro, el movimiento de los cuerpos, el paisaje de una ciudad, los fragmentos de una narración o una canción? El III Festival Espacio Enjambre –Hacia un afuera de la escritura–, que empieza hoy y se extenderá hasta el domingo, propone cruces multidisciplinarios entre una diversidad de artistas como Eduardo Stupía y la escritora Anna Kazumi Stahl, que participarán a las 19.30 de la inauguración de la instalación interactiva Mecanismo de escritura colectiva –junto a Marcelo Katz (panista y compositor), Clara Muschietti (poeta), Mariano Quirós (escritor) e Ignacio Unrrein (artista visual y arquitecto)–, y luego protagonizarán un diálogo cruzado sobre los bordes y la construcción de una obra. Después, a las 21.30, llegará un encuentro entre música y literatura con Pequeño inventario de luces nocturnas, un espectáculo en el que prometen sacarse chispas las historias del escritor Luis Sagasti con la guitarra de Pedro Rossi. La ecléctica programación incluye la proyección del documental No hay mapas para estos territorios, film de Mark Neale que tiene como protagonista a William Gibson, autor de Neuromante y fundador del género cyberpunk; un diálogo sobre los espacios y la representación entre Mario Ortiz (escritor), Juan Bautista Duizeide (navegante, piloto de barcos pesqueros y escritor), Nicolás Lori (neurocientífico); y una charla con el arquitecto y urbanista Jorge Mario Jáuregui sobre su proyecto en el programa Favela Barrio (Río de Janeiro), entre otras propuestas.

Así surgió la idea de hacer algo entre todos con seis máquinas de escribir conectadas por un mismo rollo de papel, que funcionarán de manera simultánea a lo largo de los tres días del festival. Siempre hay una puerta nueva que se abre, como el deseo, que nunca se acaba”, compara Schcolnik. “Hay un despegue de las ideas anteriores y cómo nos vamos sintiendo respecto de este proyecto -agrega Carnero-. Este festival fue mucho más libre en la elección; estamos un poco más sueltos de ciertas ideas que teníamos al principio. La programación es mucho más versátil, tiene más aristas que otras veces”. Habrá un recital de la banda Loto –integrada por Luca Belotti en guitarra, Joaquín Dargenton en bajo, Martín Tortorelli en piano, guitarra y voz, y Juan Tello en batería–; se presentará Camino de ida, un espectáculo sobre la emoción del desarraigo como experiencia vital, con textos y puesta en escena de Macarena Trigo y Violeta Serrano, y música de Federico Justo; y también se podrá ver Arcadia (trabajo en proceso), un ensayo coreográfico que articula danza, objetos, video, sonido y texto a cargo de Camila Malenchini, Alina Marinelli, Natali Faloni y Bárbara Hang. Los movimientos en este proyecto, dirigido por Bárbara Hang y Ana Laura Lozza, hablan de lo colectivo, de crear acciones en la búsqueda por relacionarse, por encontrar sintonía con el otro.

Un viaje que hicieron a Naoshima, una pequeña isla poco turística de Japón, fue decisivo en la programación de esta tercera edición del festival. “Paramos en un museo-hotel, que tenía las habitaciones incluidas, diseñado por Tadao Ando, uno de los grandes arquitectos de Japón”, recuerda Schcolnik. “Varias casas de los isleños están intervenidas por Ando y otros artistas. La escritura es espacio que se transforma. La arquitectura nos volvió a conectar con el lado espacial de la escritura”. Carnero fundamenta “hacia un afuera de la escritura”, suerte de lema del festival y del espacio. “Cada vez es más necesario cruzarnos con artistas que están pensando con lo que trabajan. ¿Qué le pasa a cada artista con los materiales a la hora de producir obra? ¿Qué le pasa con los materiales a la hora de pensarlos? ¿Por qué usa tal o cual material, por qué en un momento de su vida trabaja con lápiz y en otro con cartón? Me parece que eso es muy enriquecedor. Hay que oxigenar el ambiente de la literatura para que no sean siempre las mismas propuestas: mesas de lecturas o de debates entre escritores. Necesitamos alimentarnos de otras experiencias. Ahora no nos miran tanto como bichos raros como lo hacían hace tres años, cuando empezamos. Aunque todavía falta un montón de recorrido y de trabajo, me parece que logramos instalar una forma de pensar la escritura”.

* La programación se puede consultar en www.centroenjambre.com.ar (Francisco Acuña de Figueroa 1656 Local A).

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“Logramos instalar otra forma de pensar la escritura”, dicen Schcolnik y Carnero.
 
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