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Sábado, 15 de agosto de 2009

HISTORIETA  › SALóN DEL COMIC Y EL ANIMé, EN EL CENTRO CULTURAL DEL BUEN AYRE

Un termómetro para el noveno arte

Se trata de uno de los encuentros más importantes del calendario comic. Y es una ocasión ideal para asomarse al estado de la edición nacional de historietas. Pero el invitado principal será una estrella del doblaje de dibujos animados: Humberto “Homero Simpson” Vélez.

 Por Andrés Valenzuela

Tras dos años, vuelve el Salón del Comic y el Animé. Esta vez en el Centro Cultural del Buen Ayre (Sarmiento 1272, Capital Federal), desde hoy hasta el lunes, a partir de las 12 del mediodía. El Salón es uno de los encuentros más comerciales del calendario de actividades dedicadas al noveno arte que se realizan en el país y su comienzo constituye una ocasión ideal para asomarse al estado actual de la edición nacional de historietas.

Un año atrás, cuatro editores le daban a Página/12 un panorama del sector: aunque estaban creciendo, tenían poca visibilidad en los kioscos, casi nula presencia en librerías y escasa atención de parte de los medios. A excepción de Fierro, además, casi todo del material publicado era extranjero o pertenecía a “la patria comiquera recopilada”: viejos éxitos (Mafalda, El Eternauta) o autores ya conocidos por trabajar en los medios tradicionales o el mundillo digital. La situación sigue sin ser la ideal, pero ha mejorado, como pueden dar cuenta los nuevos editores que se han sumado al mercado y cuyos productos estarán presentes en el evento de este fin de semana.

Las caras nuevas

Martín Casanova, editor de Moebius, califica de “positiva” la aparición de nuevos sellos. “El ambiente se estaba enviciando, éramos siempre los mismos y a cada proyecto medianamente interesante venía un inversor a intentar absorberlo”, analiza. El balance no está exento de paradojas. Aunque el sector crece, llama la atención que en una de sus convocatorias con vocación comercial el invitado principal no sea un historietista, sino una estrella del doblaje de dibujos animados: Humberto “Homero Simpson” Vélez. En la web oficial del evento no figura ningún ilustrador argentino, aunque varias editoriales confirmaron la presencia de sus artistas.

Bateas y letra de molde

La aparición de caras nuevas no es el único cambio que se registró desde el año pasado. Los esfuerzos de las editoriales por meterse en las estanterías de las librerías rindieron frutos: algunas ya distribuyen en cadenas de librerías. Otras participaron hace una semana de una ronda de negocios entre libreros y editores de comics organizada por el programa Opción Libros del gobierno porteño.

En los kioscos el material va ganando espacio sencillamente por cantidad de publicaciones. Es que hay tanto que salta a la vista en los kioscos. Otros puntos de venta también empezaron a prestar atención al medio, como destaca Marcos Vergara, editor de LocoRabia: “Antes ibas y te miraban raro, ahora ya saben de qué les estás hablando”.

“A los medios no les interesa la historieta”, era una queja frecuente de muchos actores del medio. La frase quedó fuertemente desmentida el último año, en buena medida gracias al empujón que significó para la industria local el festival Viñetas Sueltas, de extensa presencia mediática en gráfica, radios, televisión. Quizás aquí esté la clave de la presencia de “Homero” en el Salón del Comic: garantiza que buena cantidad de medios le prestarán atención al evento aunque más no sea por la nota de color (amarillo, claro).

Qué se imprime

En lo que a cantidad y contenido de las publicaciones se refiere, el balance es complejo. En los últimos seis meses aparecieron muchos libros con material inédito, sea porque languidecía en un cajón o porque fue realizado expresamente para un proyecto nuevo. Esto no significa una bonanza para los autores, pero permite intuir cierto crecimiento del sector y algún mercado laboral a futuro. Un repaso rápido presenta publicaciones de LocoRabia (El Campito, Grosso Mal, Los Mutantes Bukowski y Aquí Mismo), de Moebius Editora (Topo, Abreme, y El Quijote 2, en preparación), de OvniPress (Bizancio y Spark), de Editorial de los Cuatro Vientos (Debora Vitt y el Cuervo Azul), de La Pinta (Rachas). Además hay que agregar el mensuario Comic.ar, que publica material creado específicamente cada número. En total, once títulos en la calle y uno más por salir. Todos con páginas inéditas. Un año atrás, ese orgullo estaba limitado a la revista que dirige Juan Sasturain y a las apariciones patagónicas de La Duendes.

También se podría considerar en la misma corriente Odio y Rencor, la historieta digital del portal Terra (Página/12 publicó el lunes una entrevista a los autores). Aquí no sólo el material es inédito, sino que a diferencia de otros artistas que publican en Internet, los autores cobran por su trabajo. Además, conforme se va cubriendo la historieta clásica que puede ser recopilada, los editores dedicados a la recopilación apuntan a relatos más nuevos. Dos casos claros: las historias de Dora (20874 y Ratline), que Ignacio Minaverry publicó en Fierro y que salen a fin de mes por la Editorial Común. También de Fierro, Ediciones de la Flor lanzará El Hipnotizador, donde se lucen Pablo De Santis y Juan Sáenz Valiente.

En general se edita a buen ritmo, aunque suele haber ráfagas: para abaratar costos las editoriales envían a imprenta varios libros juntos y repiten el proceso cada tantos meses. Eventos como El Salón del Comic resultan ideales para mostrar la producción de la incipiente industria local, pues allí consiguen concentrar un buen número de ventas. Los responsables de cada empresa pueden discutir detalles de organización, criterios de invitados y hasta los stands. Pero rara es la ocasión en que alguno se ausenta.

Flujo de caja

La voz común entre las editoriales es que sigue faltando dinero para encarar nuevos proyectos. El flujo de caja es lento y cada libro que se planea toma un largo rato de producción. “Nosotros tenemos proyectos entre manos desde hace tres o cuatro años”, comenta Matías Trimarchi, de OvniPress, “pero siempre hay que evaluar en qué momento sacar cada cosa nueva”. Su editorial, sin embargo, trabaja en colaboración con otras extranjeras. Spark, por ejemplo, fue coeditado con la independiente Studio 407 de Estados Unidos, y asociando a los autores. Para ellos la fórmula es colocar el producto en otros países además de Argentina. Otras editoriales prefieren apostar a autores reconocidos en el medio y asociarlos. También están las que apuntan a tiradas más pequeñas, pero con ediciones cuidadas y bien expuestas en librerías. Desde ya, son varias las firmas que prefieren la apuesta más segura de republicar material, donde el autor pide menos dinero porque ya amortizó ese trabajo y el lector ya lo conoce.

Las estrategias son disímiles, pero los editores siguen buscando la fórmula para que la historieta crezca. Dónde está y cuál es el camino, nadie parece tenerlo por seguro. Quizás el Salón del Comic consiga arrojar alguna luz sobre el misterio. La respuesta estará esperando entre las bateas. Mientras se la encuentra, el medio avanza y presenta –a diferencia de otros sectores– un moderado optimismo.

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La situación sigue sin ser la ideal, pero mejoró, como pueden dar cuenta los nuevos editores que se han sumado al mercado.
 
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