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Sábado, 14 de junio de 2014

HISTORIETA  › PRIMERA JORNADA PARA LOS PROFESIONALES EN EL LYON BD

Un festival para pensar y hacer acuerdos

En un día de mucha actividad, los historietistas argentinos jóvenes concertaron citas con editores para mostrar material, mientras que Eduardo Risso ofreció una master class. Hubo charlas sobre la utilización de las viñetas en la educación y en los videojuegos.

 Por Andrés Valenzuela

Desde Lyon

Pocos lugares más céntricos que el Palacio de Comercio de Lyon para organizar un congreso, una actividad multitudinaria o un festival. Justamente, el Palacio de Comercio de la ciudad alberga el festival de historieta que, tras una decena de actos, presentaciones y vernisagges, vio inaugurada su actividad el viernes, con un acto y las jornadas profesionales que reunieron a dos centenares de historietistas locales y extranjeros, editores, empresarios de distintas ramas de la industria, especialistas y funcionarios. El contexto no puede ser más formal, porque el Palacio de Comercio es literalmente eso: escaleras de mármol, molduras de oro, frescos en las paredes, bajorrelieves, portales de madera herrada, arañas de cristal y cuanto otro chiche se pueda pensar junto a los retratos de viejos directores de la institución, incluyendo algún que otro noble de antes de la Revolución.

Para los argentinos, la jornada fue variada. Mientras los más jóvenes concertaron citas con editores para mostrar material o acercarles algún libro ya publicado en la Argentina, el multipremiado internacionalmente Eduardo Risso ofreció una master class (el inglés contrastaba con el programa rigurosamente francés) sobre narración y composición de página, con ejemplos de su propio peculio. Un modo de acercarse al pensamiento de Risso y su perspectiva difícil de igualar que suele pedírsele en distintos eventos del circuito.

Pero además hubo una serie de charlas que permiten trazar un panorama del estado de situación de la historieta más allá de los meros aspectos editoriales y que van desde la relación que se puede construir con el lector para lograr su financiamiento hasta la utilización de la historieta con fines formativos o su posible relación con la industria de los videojuegos. La charla sobre financiamiento colectivo abrió la jornada y de ella participó un guionista local, que pone las palabras a la serie Webtrip (de la que participaron invitados argentinos de la edición anterior, como Pablo Túnica), una humorista gráfica camerunense con una interesante experiencia por relatar y dos responsables de sendos portales de financiamiento colectivo. De todas las conferencias del día, fue la que aportó los números más concretos.

Por ejemplo, Joelle contó una historia que puede resultar conocida para la experiencia argentina de hace una década: el agotador recorrido por las editoriales buscando sello que la publicara. “Nos gusta, pero no”, era la respuesta habitual incluso entre quienes la reconocían y felicitaban por sus miles de seguidores en Facebook. Finalmente, superando el miedo, optó por el financiamiento colectivo y superó en un 25 por ciento su objetivo de 12.000 euros. No poca cosa viniendo de un país donde, explicó, la gente vive con el equivalente de un euro por día. “Allí la cultura es un lujo de la elite, y dentro de eso, la historieta es aún más rara”, lamentó y reconoció que la financiación le llegó de buena parte del Africa subsahariana. El éxito de la convocatoria le permitió publicarlo en dos idiomas, inglés y francés.

En cuanto a los números del portal Sandwave.com, especializado en BD (historieta), una encuesta entre los adscriptos al sitio reveló que la mayoría eran varones de entre 35 y 49 años, ávidos compradores y coleccionistas (de a decenas de álbumes por año) y que en promedio aportan a distintos proyectos unos 350 euros. Sandwave, explicó su creador, ofrece distintos modelos a los postulantes, desde control total del proceso hasta un servicio cuasi-editorial o un modelo mixto. Su contraparte de Ulule, en tanto, puntualizó que de acuerdo con sus datos, el 67 por ciento de las convocatorias del universo de las viñetas tienen éxito en su sitio y que el promedio de lo que imploran la mayoría de ellas es de 3600 euros para poner en marcha el proceso.

La charla sobre posibilidades formativas de la historieta, en tanto, tuvo la virtud de desmitificar un poco el lugar preponderante de la disciplina y, por otro lado, mostrar distintas opciones que pueden incluir la mirada adulta de la historieta en la educación. Por caso, uno de los proyectos presentados utiliza el comic como herramienta de capacitación para los lugares de trabajo, aunque su coordinador reconoció que a algunos empresarios les preocupaba que el medio “infantilizara” la educación de sus empleados. Un prejuicio, señaló el especialista, que se erradica tras mostrar las experiencias previas en la materia. En este sentido, mostró una historieta interactiva dedicada a formar navegantes en lo que refiere a medidas de seguridad. Desde luego, no faltaron las experiencias de historieta educativa con niños, pero en estos casos lo llamativo es que no se trataba de historieta histórica, y ni siquiera temática. El proyecto buscaba introducir a los niños en una experiencia artística y la democratización del acceso a los objetos culturales.

En cuanto al debate sobre los videojuegos y la historieta, en el que los mismos participantes se sorprendieron por la cantidad de mujeres arriba y abajo de la tarima, lo que quedó claro es que, a diferencia de la Argentina, donde la industria de los videojuegos recién está comenzando, en Francia es un hecho, y lo que se busca son experiencias y formas de reflexión para acercarse a ella y ampliar sus posibilidades. Sus preocupaciones no son generar un público, sino llevar de un medio a otro personajes e historias. “A veces hay que luchar con el director o quien financia el proyecto, que no te acepta un contenido del papel en la pantalla”, lamentó el único varón de la mesa cuando contó que no le permitieron incluir en un juego una pelea en una iglesia, pues era “terreno consagrado”, algo que en la historieta original sucedía con mucha frecuencia.

Sin embargo, la relación con la historieta tiene varias ventajas, explicaron. La game designer de la mesa, por caso, explicó que la principal ventaja para su rol que tiene la historieta es que ofrece un universo bastante consistente, ya armado y con una estética y objetivos definidos, que facilitan el trabajo de desarrollo inicial. Es que, hasta no hace mucho, la historia era secundaria en el videojuego. “Era como el porno, un cachito de historia, acción, acción, acción, otro cachito de historia, acción, acción, acción.” Eso está cambiando a lo largo de la industria y, además, en la historieta se encuentran cantidad de tramas y argumentos por álbum y por serie. Los videojuegos que adaptan historietas, consideró otra panelista, también “traen la ventaja de entrar al bolsillo de un público más conservador: es más fácil que una madre le compre a su chico Astérix que un Mortal Kombat donde le arrancan un brazo a alguien”.

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La camerunense Joelle contó su experiencia buscando editorial que la publicara.
 
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