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Viernes, 17 de septiembre de 2010

SAN SEBASTIAN > PRESENCIA ARGENTINA EN EL DONOSTIA ZINEMALDIA

Puente entre cinematografías

La 58ª edición del festival más importante de España mostrará una selección del mejor cine local de la temporada, una veintena de títulos latinoamericanos, una retrospectiva de Don Siegel y la presencia de Julia Roberts, que recibirá un premio a su carrera.

 Por Horacio Bernades

Desde San Sebastián

Cerro Bayo, de Victoria Galardi, es la única argentina en la competencia principal de San Sebastián.

Cine europeo de autor, una pizca de perfume oriental, la habitual presencia latinoamericana, un toque de glamour, retrospectivas bulímicas y cine argentino de estreno presentará a partir de hoy, a sus 58 años, el Festival de San Sebastián. Con austeridad y un día menos de programación (algo que ya había sucedido el año pasado, consecuencia del preocupante estado de la economía local), el mayor evento cinematográfico de tierra española proyectará cerca de doscientos largometrajes a lo largo de nueve días. La relevancia que desde siempre el festival otorga al cine latinoamericano quedará más expuesta que nunca, en tanto el film elegido para la apertura oficial es Chicogrande, lo último del veterano cineasta mexicano Felipe Cazals. El cine argentino estará representado por media docena de películas, encabezadas por la recién terminada Cerro Bayo, la única argentina en competencia oficial y primera que dirige en solitario Victoria Galardi, que pisa fuerte aquí. Dos años atrás, esta treintañera se llevó de San Sebastián el Premio del Jurado de la Juventud, otorgado a su ópera prima Amorosa soledad, que codirigió junto a Martín Carranza.

Naomi Kawase, exquisita directora de Shara y El secreto del bosque, estrena película nueva, lo mismo que ese eterno gladiador del más radical cine de autor que es el chileno Raúl Ruiz. Una veintena de títulos latinoamericanos, terminados o en proceso, abastecen secciones propias. Una selección del mejor cine español de la temporada se despliega a pleno. Una retrospectiva echa cuarenta miradas sobre el documental contemporáneo. Otra revisa la trayectoria entera de Don Siegel, nombre esencial de la segunda línea del cine clásico. Julia Roberts recibe, con la sonrisa desplegada, un premio a su carrera. Si se quisiera sintetizar en unas pocas fotos en qué va a consistir esta 58ª edición de San Sebastián, se podrían elegir esas instantáneas para representar los cruces y tensiones que marcan el evento de tierra vasca. Este evento hace equilibrio tendiendo puentes entre el cine español y el del resto de Europa, abriéndole una puerta al cine asiático y sirviendo de ventana para que el cine latinoamericano y el del Magreb se muestren al mundo.

La 58ª edición del Donostia Zinemaldia será la despedida de Mikel Olaciregui, que dirigió el evento durante una década. El disgusto por el recorte de fondos estatales, la necesidad de dar paso a nuevas generaciones y el simple cansancio son las razones que se barajan por aquí a la hora de explicar la renuncia de este hombre sobrio, robusto y amigable, que se va sin dar portazos. Tras la edición 2006, que dejó a todo el mundo con mal gusto por el nivel de la programación, Olaciregui procuró rejuvenecer un evento que entre lo conservador y lo renovador siempre tendió a elegir lo primero. Lo logró: en las tres últimas ediciones, términos como cine asiático, cine de arte y hasta cine francés dejaron de ser malas palabras en la Costa Vasca, gracias a ajustes de programación y oportunos cambios en el plantel artístico del festival.

Con la renuncia aceptada, Olaciregui permanecerá en el puesto hasta el último día del año y desde entonces lo reemplazará José Luis Rebordinos, quien hasta ese momento fungirá como director adjunto. Rebordinos viene de dirigir la Semana de Cine Fantástico y de Terror, que se celebra en esta ciudad. Habrá que ver si en futuras ediciones algunas de esas fantasías y terrores pasan a engrosar la programación del festival mayor de tierra española. Un anticipo puede ser el film coreano I Saw the Devil, una de las quince competidoras internacionales que forman parte de la sección oficial. Dirigida por el talentoso Kim Jee-won, cuyas películas suelen llegar al Bafici, el asesino serial de I Saw the Devil y el policía que lo persigue prometen bañar en la más fina sangre la impecable sala del Kursaal. Otros tragos fuertes de la sección de cabecera del festival prometen ser Genpin, que se suma a la ancha producción documental de Kawase; Amigo, denuncia antiimperialista del estadounidense John Sayles, y Misterios de Lisboa, nueva apología de lo descabellado a cargo de Raúl Ruiz.

Los locales abordan la competencia oficial con cuatro cartas. Entre ellas Aita, de José María de Orbe (quien compitió en el Bafici 2007 con su ópera prima La línea recta), y Pan negro, del siempre muy atendible Agustí Villaronga. Fuera de la competencia oficial, el cine español estrena los más recientes documentales de José Luis Guerín e Isaki Lacuesta, dos de sus nombres mayores en ese terreno. Unico crédito argentino en la sección principal de San Sebastián, Cerro Bayo promete un cambio de tono de Victoria Galardi con respecto a Amorosa soledad. Inés Efron reaparece aquí, pero ahora en el marco de un drama coral-familiar en el que deberá vérselas con Nahuel Pérez Biscayart, Verónica Llinás y la mexicana Adriana Barraza, conocida por Babel. Habrá que tener paciencia para verla: Cerro Bayo es una de las dos últimas películas de competencia. Pero eso puede funcionar como cábala: lo mismo sucedió dos años atrás con Amorosa Soledad y se fue de aquí con un premio.

Como de costumbre, la representación patria será abundante en la sección Horizontes Latinos. Allí se alinean Por tu culpa, Rompecabezas, La mirada invisible y Lo que más quiero, de Delfina Castagnino. Carancho, de Pablo Trapero, es parte de Zabaltegui (segunda sección en importancia del evento), mientras que por primera vez en años Cine en Construcción –iniciativa dedicada a facilitar la conclusión de films latinoamericanos– no incluyó esta vez ninguna película rioplatense en su proyecto de ayuda. Tal vez como premio consuelo, Trapero es uno de los siete integrantes del jurado oficial, mientras que Albertina Carri (La rabia es parte de la retro sobre documentales) lo hace en el de Nuevos Directores, que juzga óperas primas presentadas en distintas secciones. Si a ellos se les suma la presencia de los realizadores de todas las películas seleccionadas y de una delegación del Incaa que concurrirá para la ocasión, durante nueve días y como todos los años, el que Borges llamó “idioma de los argentinos” puede llegar a ser segunda lengua oficial en la zona de la Kontxa donostiarra.

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