La Opera de Cámara del Colón es un viejo sueño, tantas veces abandonado por algunos de quienes tuvieron a su cargo la adminsitración ese teatro, como resucitado por quienes siguen creyendo en su poder para democratizar bienes culturales. Marcelo Lombardero fue su último refundador y luego las gestiones de Sanguinetti y García Caffi interrumpieron el proyecto. Ahora nuevamente en el ruedo y recién regresada de una presentación n el Festival Cervantino de México, la compañía ofrece un espectáculo  en el Anfiteatro del Parque Centenario (Leopoldo Marechal 1000). Con funciones gratuitas mañana y el domingo a las 20, la Opera de cámara hace reallidad uno de los objetivos centrales para su director: su condición itinerante. En este caso con dirección musical de Marcelo Birman,  puesta de Pablo Maritano y coreografía de Carlos Trunsky se estrena El enfermo imaginario, un espectáculo alrededor de la obra de Molière que incorpora música de Marc-Antoine Charpentier y de Jean Baptiste Lully. La adaptación del texto y la dramaturgia son responsabilidad de Gonzalo Demaría, la escenografía es de Andrea Mercado, la iluminación de Betina Robles y el vestuario de María Emilia Tambutti. La orquesta, con instrumentos barrocos, es la Compañía de las luces.